Durante horas una nueva jornada violenta se apoderó de Culiacán y sus alrededores, y amenazó con trasladarse al sur del estado.
En ese escenario la vía que comunica al puerto con la capital del estado atrapo a cientos de personas y conductores, que solo veían pasar convoyes con gente armada y autotransportes incendiados.
Para quienes vivieron horas de terror en la carretera de cuota la pregunta que se hacían era ¿y dónde está la autoridad? El cuestionamiento es sumamente válido porque esa gente no sabía qué hacer ni cómo reaccionar.
Apenas horas después el Gobernador y el secretario de Seguridad Pública en unos videos reconocían que la violencia podría extenderse en las siguientes horas y días. Pues sí.
Pero eso no resuelve el temor de los ciudadanos. En estos casos la desinformación es la fuente que impera y la gente se cree lo que ve, ante la falta de información de las autoridades que aplaque las noticias falsas en esta era digital.
En Mazatlán las autoridades salieron tarde a declarar que el puerto estaba seguro y que no había indicios de grupos armados en el puerto, incluso el alcalde conminaba a los ciudadanos a realizar sus actividades normales.
Por más “culiacanazos” que se han vivido, el Gobierno no ha aprendido la lección de la desinformación, las redes le ganan, pues su área de comunicación no ha sido efectiva en ante estos sucesos.
Reforma ilegal, dicen
La consulta universitaria es un fiasco, a decir de la docente Delma Mendoza, férrea opositora a la intentona del Congreso del Estado por modificar la Ley Orgánica de la UAS.
El conflicto pareciera haber salido de los reflectores públicos tras el asesinato de Héctor Melesio Cuen Ojeda, porque este personaje en sí mismo era la representación omnipotente de la defensa de la UAS.
La consulta es un proceso que definiría si se modifica o no la Ley, ¿quién gana y quién pierde? Todos los bandos.
Generar un conflicto en una universidad por las razones que sean, alarga una disputa que golpeará principalmente al alumnado.