/ lunes 11 de septiembre de 2023

Estación Rosales | ¿Robarle un beso?

La práctica de robar un beso, suena inocente, a travesura, a “muchachada”, nuestra cultura la normaliza y hasta romantiza, en la red se encuentran una basta cantidad de recursos digitales que dan guía y tips para lograrlo, y en una menor cantidad apuntes que disienten en ello, para dar paso a la importancia del consentimiento.

Las redes sociales estallaron de nuevo con el escándalo por el beso captado por las cámaras durante la final de la Copa Mundial Femenina FIFA, de Luis Rubiales, Presidente de la Real Federación Española de Fútbol, a Jennifer Hermoso, jugadora de la selección española, equipo ganador.

Los hechos han despertado la polarización, por un lado se encuentran argumentos de la vox populi que lo califican de una exageración, es una celebración, está bien; declaraciones del presunto responsable lo describen como “espontáneo, eufórico, mutuo”, incluso refiere que previo hubo una conversación, donde él pedía un beso de “piquito”, y ella respondió con un “vale”. Y por otro lado, el rechazo total.

Rubiales ha salido a defenderse, tratando de explicar hasta el comportamiento obsceno y los auto tocamientos que durante el juego realizó y que también han sido señalados, sin embargo, continúa minimizando la situación, aludiendo que son sus detractores quienes están generando la polémica con la finalidad de no permitir disfrutar de la victoria ganada, a su vez desvirtuando los dichos de la víctima, todo esto a través de videos y declaraciones plagadas de connotaciones machistas.

La misma conversación, (si es que la hubo) es un indicador de acoso, pues en la posición de autoridad de Rubiales no deberían suceder tales acciones, pues se valen de la influencia y el poder que representa la figura que ostenta, para permitirse robar un beso o hacer quién sabe qué más… mientras no lo mire una cámara o un testigo.

En ese escenario, Jenni Hermoso publicó un comunicado en el que pide a la Real Federación Española de Fútbol que apoye y promueva activamente la prevención e intervención ante el acoso, abuso sexual, machismo y sexismo…días más tarde formalizo su denuncia en forma presencial, tal y como la fiscalía nacional española lo expresó el pasado miércoles 06 de septiembre de 2023.

En tanto, Rubiales ya se encuentra suspendido de sus funciones y de su sueldo por 90 días; así es como lo indican la mayoría de los protocolos sobre acoso y hostigamiento sexual y laboral, de entrada ante la posibilidad de que estén sucediendo situaciones de acoso o de hostigamiento, debe actuar la institución bajo los principios de buen fe y oficiosidad, buscando implementar medidas para proteger a la víctima, cesar los actos o la violencia, e investigar, y posteriormente emitir un fallo al respecto, que no sustituye la labor de las fiscalías y las de impartición de justicia.

Para efectos ilustrativos, toda vez que no es marco legal aplicable en el caso, decir que en Sinaloa hay una excelente disposición para aprobar protocolos para prevención y atención del acoso y hostigamiento sexual en las instituciones, pero una parcial aplicabilidad. En cuanto el consentimiento, el Código Penal de nuestro Estado, lo señala y relaciona con distintos delitos tales como: abuso sexual, estupro, violación a la intimidad sexual, violación, corrupción y explotación de menores e incapaces, pornografía infantil, prostitución de menores y turismo sexual, entre otros.

Jenni Hermoso, a la luz pública y rompiendo su silencio expone una compleja problemática, que frente a expresiones de sexismos y machismo justifican en inmediato el acoso y la condena hacia las víctimas; robarse un beso, es la romantización de otra forma de violencia hacia las mujeres, es otra manera de no visibilizar y reconocer el acoso sexual y hacia lo que conduce como el maltrato, abuso y violación entre otras conductas.

Su valentía convoca a que otras mujeres rompan el silencio, especialmente niñas, adolescentes y jóvenes que en condiciones semejantes pasan desapercibidas conductas que les incomoda en su espacio, su cuerpo o su persona, llegando a atentar contra su dignidad, ya sean de parte de un compañero (a) o de un empleado (a), profesor (a), entrenador (a) o autoridad de una institución, y requieren un oportuno tratamiento, pues probablemente se encuentran ante un delito.