/ domingo 1 de diciembre de 2024

Hacer las paces

Héctor Melesio Cuen Ojeda estuvo presente en el tercer informe de gobierno de Rubén Rocha Moya… por lo menos simbólicamente.

Han pasado ya cuatro meses de su asesinato y su ausencia se nota en el escenario político del estado.

La presencia de su esposa y su hijo, éste vinculado a proceso por irregularidades en compras y contratos cuando era funcionario de la UAS es quizá, sin proponérselo, el “perdón” hacia el mandatario estatal de la familia Cuen Díaz.

Desde luego lo es también la asistencia al informe del rector Jesús Madueña Molina, recién “perdonado” por la Fiscalía General del Estado en el proceso que llevaba contra varios ex funcionarios de la UAS por compras irregulares.

Pero pa’ que la cosa no se viera tan turbia, apenas le dejaron unas medidas cautelares que no ponen en aprieto su margen de maniobra al interior de la Universidad.

Apenas una semana atrás el caso Cuen-UAS-Rocha se veía difícil de desenmarañar.

Por eso lo visto el viernes en el pleno del Congreso del Estado pareciera una negociación hecha al vapor para tumbarle uno de tantos problemas que enfrenta Rocha.

Si fue un acuerdo para calmar la temperatura política del estado, en breve puede terminarse, pues aunque se diga que el Estado dobló las manos a los cuenistas y éstos aceptaron la imposición de los rochistas, la inseguridad que vive Sinaloa puede volver a poner como los malos de la película a la “pléyade de semidioses” de la UAS.

El gobernador ya se está quedando sin aliados, principalmente dentro del estado, por eso le urge una inyección de credibilidad para sortear el océano de problemas que enfrenta desde el 25 de julio-9 de septiembre.

El arropamiento que asegura tener lo es más hacia afuera, pero no le garantiza que esa suma de voluntades cuatroteístas lo mantengan en el poder.

La gente en el estado, principalmente en Culiacán, azotada por la violencia, ya no lo ve como el mandatario que llegó al poder con ese respaldo popular, no, ahora cuestionan cada paso que da y exigen que dé la cara y ataque la violencia e inseguridad que los mantiene sometidos y encerrados.

Héctor Melesio Cuen Ojeda estuvo presente en el tercer informe de gobierno de Rubén Rocha Moya… por lo menos simbólicamente.

Han pasado ya cuatro meses de su asesinato y su ausencia se nota en el escenario político del estado.

La presencia de su esposa y su hijo, éste vinculado a proceso por irregularidades en compras y contratos cuando era funcionario de la UAS es quizá, sin proponérselo, el “perdón” hacia el mandatario estatal de la familia Cuen Díaz.

Desde luego lo es también la asistencia al informe del rector Jesús Madueña Molina, recién “perdonado” por la Fiscalía General del Estado en el proceso que llevaba contra varios ex funcionarios de la UAS por compras irregulares.

Pero pa’ que la cosa no se viera tan turbia, apenas le dejaron unas medidas cautelares que no ponen en aprieto su margen de maniobra al interior de la Universidad.

Apenas una semana atrás el caso Cuen-UAS-Rocha se veía difícil de desenmarañar.

Por eso lo visto el viernes en el pleno del Congreso del Estado pareciera una negociación hecha al vapor para tumbarle uno de tantos problemas que enfrenta Rocha.

Si fue un acuerdo para calmar la temperatura política del estado, en breve puede terminarse, pues aunque se diga que el Estado dobló las manos a los cuenistas y éstos aceptaron la imposición de los rochistas, la inseguridad que vive Sinaloa puede volver a poner como los malos de la película a la “pléyade de semidioses” de la UAS.

El gobernador ya se está quedando sin aliados, principalmente dentro del estado, por eso le urge una inyección de credibilidad para sortear el océano de problemas que enfrenta desde el 25 de julio-9 de septiembre.

El arropamiento que asegura tener lo es más hacia afuera, pero no le garantiza que esa suma de voluntades cuatroteístas lo mantengan en el poder.

La gente en el estado, principalmente en Culiacán, azotada por la violencia, ya no lo ve como el mandatario que llegó al poder con ese respaldo popular, no, ahora cuestionan cada paso que da y exigen que dé la cara y ataque la violencia e inseguridad que los mantiene sometidos y encerrados.