Como si fuera una burla, a unas horas de que la Secretaría de la Defensa Nacional anunció la llegada de 100 elementos de las Fuerzas Especiales, grupo de élite del Ejército Mexicano, así como el refuerzo de tropa vía terrestre con vehículos blindados conocidos como “Ocelotl”, la delincuencia perpetró una vez más, una madrugada de vandalismo y violencia.

Como si fueran escenas de la purga, en la madrugada salieron jóvenes a despojar vehículos y los quemaron al menos en dos puntos de la capital, en el Lola Beltrán y en Aquiles Serdán.

Luego rompieron cristales y saquearon varios comercios en Barrancos y en Valle Alto, con una retroexcavadora, intentaron remover un cajero automático, enseguida en una agencia de motocicletas se robaron decenas de ellas, ¿ocupan motos para punterear?

Esta ola de robos se suma a las bicicletas con valor de un millón de pesos, a la ferretería donde se llevaron material y dinero, entre otros robos, sin contar los de vehículos que cada día se suman a la lista de daño patrimonial a la ciudadanía.

Mientras tanto, la Sedena y Gobierno parecen más preocupados por la imagen y la propaganda, la Defensa invitando a medios a paseos a bordo de las patrullas, a cubrir la llegada de personal y unidades blindadas, pero todo parece indicar, por sentido común, que tan pronto como llegan los acuartelan, porque esta madrugada, por lo menos, no hubo nadie que contuviera a los jóvenes desatados haciendo su agosto.

En fin, esperemos que el operativo militar sea más estratégico y con inteligencia y con menos faramalla, propaganda y quema de combustible para andar por las calles, siendo perseguidos, por cierto, por los jóvenes punteros. Ya necesitamos ver la luz en este túnel amargo.