/ martes 3 de septiembre de 2024

La narrativa de las cosas que pasan

El gobernador, reiteradamente, ha buscado tapar el sol con un dedo. Más bien, ha querido tapar los hechos realizados por el crimen organizado el pasado jueves 29 de agosto, buscando otros culpables, a los ciudadanos.

Así lo dejó entrever en su Semanera del lunes 2 de septiembre, cuando también responsabilizó a algunos medios de incitar al pánico aquella tarde.

¿No es más fácil combatir el crimen organizado que culpar a medios y ciudadanos? Todo es porque "son cosas que lamentablemente pasan".

Resulta que, es culpa de los ciudadanos no estar informados cuando el mismo mandatario estatal, tardó varias horas para comunicar sobre hechos violentos que acontecían en el Limón de los Ramos y no en el casco urbano de la ciudad.

Hay que recordarle al gobernador que cuando él salió a tuitear en su cuenta, las cosas ya habían sucedido: las escuelas habían enviado a los alumnos a sus casas, la Universidad habían cancelado clases, el transporte público había dejado de circular y los comerciantes habían cerrado sus negocios.

Sin información oficial, no hay tranquilidad. Y no se puede hablar de tranquilidad en una ciudadanía que ha sufrido ya, dos culiacanazos y una ciudadanía que diariamente lee en las noticias asesinatos y desapariciones y es víctima de robo.

No se maximinizó el hecho, el gobierno no tuvo la presteza de informar con tiempo que todo se limitaba a la zona norte. En una ciudad como Culiacán, donde convivimos con el monstruo, no se puede tomar a la ligera un suceso de esta naturaleza. No es "rochalandia", es el Culiacán donde el aparato criminal del cartel de Sinaloa tiene asentado sus reales... ¿O quién le dice algo a las parvadas de punteros que persiguen a los convoyes militares, de la Policía Estatal y de la Guardia Nacional?

El gobernador, reiteradamente, ha buscado tapar el sol con un dedo. Más bien, ha querido tapar los hechos realizados por el crimen organizado el pasado jueves 29 de agosto, buscando otros culpables, a los ciudadanos.

Así lo dejó entrever en su Semanera del lunes 2 de septiembre, cuando también responsabilizó a algunos medios de incitar al pánico aquella tarde.

¿No es más fácil combatir el crimen organizado que culpar a medios y ciudadanos? Todo es porque "son cosas que lamentablemente pasan".

Resulta que, es culpa de los ciudadanos no estar informados cuando el mismo mandatario estatal, tardó varias horas para comunicar sobre hechos violentos que acontecían en el Limón de los Ramos y no en el casco urbano de la ciudad.

Hay que recordarle al gobernador que cuando él salió a tuitear en su cuenta, las cosas ya habían sucedido: las escuelas habían enviado a los alumnos a sus casas, la Universidad habían cancelado clases, el transporte público había dejado de circular y los comerciantes habían cerrado sus negocios.

Sin información oficial, no hay tranquilidad. Y no se puede hablar de tranquilidad en una ciudadanía que ha sufrido ya, dos culiacanazos y una ciudadanía que diariamente lee en las noticias asesinatos y desapariciones y es víctima de robo.

No se maximinizó el hecho, el gobierno no tuvo la presteza de informar con tiempo que todo se limitaba a la zona norte. En una ciudad como Culiacán, donde convivimos con el monstruo, no se puede tomar a la ligera un suceso de esta naturaleza. No es "rochalandia", es el Culiacán donde el aparato criminal del cartel de Sinaloa tiene asentado sus reales... ¿O quién le dice algo a las parvadas de punteros que persiguen a los convoyes militares, de la Policía Estatal y de la Guardia Nacional?