Causó sorpresa el anunció anticipado -muy anticipado- que hizo el gobernador Rubén Rocha Moya sobre la salida de su gabinete principal del señor de los dineros, don Enrique Díaz Vega, cuando todavía faltan meses para que ese cambio en la estructura gubernamental se concrete.
El Sol de Sinaloa encontró e hizo pública su declaración patrimonial actual, en donde consigna que desde que entró a la Secretaría de Finanzas compró 11 terrenos, el mayor con un valor de más de 6 millones de pesos. Todos al contado.
De hecho, en una revisión al resto de declaraciones patrimoniales de los otros secretarios de Estado, es Díaz Vega el que más ha incrementado sus propiedades y bienes, pero claro, se trata de un empresario del ramo inmobiliario que desde hace años, junto con su familia, han amasado una gran fortuna. Rocha incluso lo había anunciado en 2021 en que dio a conocer su nombre. Dijo que ya tenía dinero y que eso no era malo, lo que sí recomendó es que no tenían que beneficiarse de su encargo.
Pero es difícil y complicado que acciones de gobierno, no terminen por beneficiar a las empresas de Díaz Vega. Un ejemplo es su empresa inmobiliaria Housesin, la cual expande sus modelos de vivienda de alto costo hacia el rumbo del norponiente de la capital y que, de manera indudable, terminará por ser beneficiada por la futura construcción de un periférico en aquel rumbo. Esos terrenos, la mayoría en este momento de vocación agrícola, elevarán su plusvalía de manera increíble.
Eso lo sabe ahora las autoridades estatales. En México cuando un funcionario decide retirarse por “motivos personales” o “de salud”, se desatan las especulaciones de fondo. Porque en realidad Enrique Díaz, aunque señaló que quiere dedicarse ya a sus negocios, no dijo que desde el encargo que todavía tiene, sus empresas no han ido a la baja, sino por el contrario, han prosperado. Así las cosas con este Enrique.
El otro Enrique
Quien declaró recientemente que él estará donde le ordene el gobernador es el segundo Enrique, sí, Inunza Cázarez, quien tiene ganada la senaduría, pero de quien Rocha ha dicho que lo necesita todavía en la Secretaría General de Gobierno.
Y es claro que lo necesita en tanto el conflicto con la UAS no termine, así como los juicios penales en contra de la élite universitaria. En campaña fue muy evidente que se concedió una tregua, pero terminando las elecciones, de nuevo jueces y ministerios públicos apretaron la pinza en torno a figuras como el depuesto rector Jesús Madueña, Robespierre Lizárraga y el hijo de Héctor Melesio Cuén Ojeda, a quien incluso ya le tienen una orden de aprehensión para el día en que lo tengan a modo para apresarlo y llevarlo a la fuerza a comparecer ante el juez de control
De ahí que el trabajo de Inzunza Cázarez es clave para manejar los hilos de esta problemática, que generará nuevos encontronazos ahora que el Congreso del Estado empieza a generar un dictamen producto de presuntas 30 iniciativas de reforma a la Ley Orgánica de la UAS, y que todo parece indicar que se fragua el albazo legislativo que pudiera descalabrar el cacicazgo de Cuén en la Universidad. Lo veremos, por lo pronto se ve muy activo “al señor del podcast”, casi a diario contraatacando desde sus redes sociales, en una defensa tanto de su coto de poder, como de su hijo.
Esta historia de novela negra no terminará mañana. Es seguro que los ciudadanos continuaremos atrapados en un duelo de narrativas, en donde quien tenga más dinero, logrará instalar su verdad como la única que prosperará hacia la siguiente elección.
