Vivimos en un puerto donde, por todo, hay fiesta, desde el primer día del año tenemos cita para celebrar con jolgorio; sigue el Carnaval, que es parte de nuestra identidad, con un arraigo de más de 100 años; nos alcanzan la alta afluencia de visitantes por vacaciones de Semana Santa, sigue la Semana Internacional de la Moto, en fin, fiestas podemos seguir contando. No hay duda que estos eventos representan una importante derrama económica para todos los sectores, principalmente para el turístico.
En contexto de grandes eventos y entrada de recursos, el Gobierno municipal invierte bastante de nuestro presupuesto para esos eventos. Recordemos que son recursos que provienen de la recaudación de impuestos, de lo que pagamos los ciudadanos, pero algo sucede que esa derrama no se refleja en la calidad de nuestros servicios públicos.
Es cotidiano caminar de noche por calles oscuras porque el alumbrado público no sirve, en contraste, también es común ver lámparas nuevas encendidas en pleno día, las mismas lámparas que costaron millones de pesos y que se pagaron con nuestros impuestos. Sin embargo, por alguna razón, quedan encendidas y lo vemos diario en cualquier avenida, esto genera alto gasto en energía eléctrica y mayor gasto público, porque el Municipio le paga a la CFE lo que consume en servicios para la ciudad.
En ese punto, información confirmada con datos públicos del Gobierno municipal, indican que el Ayuntamiento paga a la CFE alrededor de 8.1 millones de pesos cada mes, esto es más que el presupuesto anual que se llega a destinar a una Dirección municipal.
Esta situación no cuadra con el discurso público de que las lámparas nuevas, incluso algunas de las que permanecen encendidas, se han comprado para ahorrar energía y dinero.
Otro problema que implica deficiencia en servicios públicos son calles y avenidas llenas de baches, algunos existen desde administraciones pasadas. Por ejemplo, podríamos pensar que transitar por la Avenida del Mar, es una chulada por su calidad, pero una cuadra hacia abajo, en el cruce con la Avenida Insurgentes, las condiciones ya no son iguales.
Si tenemos que hablar de servicios públicos tenemos que hablar de las aguas negras y limpias, porque una gran parte de las colonias de Mazatlán enfrenta ese problema, incluso hemos visto que, cuando la Jumapam atiende algún reporte, se olvida de reponer el pavimento de la zona donde trabajó y deja más baches en plena calle. Sabemos que la infraestructura del puerto es muy vieja, que probablemente eso provoca el rompimiento y la aparición de socavones. Sin embargo, las autoridades no han presentado proyectos concretos ni específicos para resolver el problema, no es de ahora, es de años.
Hace unos días, el Alcalde Luis Guillermo Benítez Torres, anunció la posibilidad de un préstamo con Banobras para adquirir camiones recolectores de basura, una buena noticia si consideramos que, otro problema en la ciudad, es la deficiente recolección de basura y, a su vez, el crecimiento de tiraderos clandestinos. Ya es hora que la Dirección de Ecología aplique sus facultades legales de sanción por eso.
Cuestionar, exigir y colaborar en la calidad de los servicios públicos no sólo es tarea de organizaciones o activistas, somos una comunidad, y nos toca a todos.
Aquí les comparto unos datos.
Los ingresos presupuestados el año pasado por el Municipio fueron de 2 mil 162.8 millones de pesos, de los cuales se recaudaron 2 mil 591.5 millones de pesos, es decir, un excedente de 428.7 millones de pesos, una cantidad muy importante.
De esos ingresos poco se conoce su destino real, es aquí donde se nota el desaseo de las autoridades en administración, ejercicio y aplicación efectiva de recursos, porque no se percibe que ese dinero se invierta en mejorar la calidad de servicios públicos.
La forma en cómo se está comprando y/o contratando servicios probablemente no sea la adecuada, pues hemos documentados que la autoridad pulveriza las compras para hacerlas de forma directa y no mediante procedimientos legales establecidos. La percepción es que se compra caro, se privilegia proveedores y los que lo padecemos somos los ciudadanos.
Y mientras la sociedad paga los costos de una deficiente administración de recursos, por fiesta no paramos, ya está en puerta el Mazatlán Fest, con el grupo Matute de invitado, para este evento se cerrará la Avenida Quirino Ordaz, se han olvidado que ésta es una vialidad fundamental para el desfogue de tráfico de la Avenida del Mar.
Como todos los temas públicos, éste también es amplio. Por ahora me despido con la reflexión sobre los retos que tenemos para mejorar los servicios públicos que merecemos, está claro que el dinero del erario se invierte en eventos para todos, pero sus ganancia no son en beneficio de todos.
Espero con gusto sus comentarios por correo electrónico y mis mejores deseos en estos días de asueto.
“Un Gobierno eficaz, transparente, responsable y confiable, que actúe bajo el predominio de la Ley, es la base de un desarrollo sostenible, no el resultado de éste”.
Kofi Annan.
Ex secretario General de la ONU.
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*El autor es Director de la Asociación Civil Observatorio Ciudadano de Mazatlán. Contador Público y estudiante de Derecho, especializado en auditorías a recursos públicos y temas anticorrupción.
