A la crisis de seguridad pública que ocasionó la disputa entre dos facciones de la delincuencia organizada, la política en Sinaloa no podría desencadenarse paralelamente y en ese entorno, la salida de Javier Gaxiola Coppel como secretario de Economía de Gobierno del Estado se postergó para no cimbrar las estructuras. El funcionario desde el año pasado comenzó a ser una pieza incómoda en el gabinete y antes de que Enrique Díaz abandonara la titularidad de Administración y Finanzas, se advirtió que lo haría él primero.
Desde que los señalamientos de conflicto de interés lo agobiaron por la probable compra de camionetas que se habilitaron como patrullas para la policía y que se pagaron a una de sus empresas del giro por un monto de 47 millones de pesos, su imagen cambió y se constituyó como “una piedra en el zapato” para quienes lo propusieron y para quienes lo aceptaron en el encargo.
En su momento, el propio secretario General de Gobierno Enrique Inzunza Cázarez, que hoy ocupa un escaño en el Senado de la República, lo informó y lo enmarcó ello en una indagatoria en la lucha que la administración pública de Rubén Rocha Moya, desplegaba por la transparencia.
Probablemente después de esta operación que puso en alerta a muchos, tampoco convenció a nadie cuando en diferentes instantes se trató de aclarar sin éxito. Desde ese momento, según trascendió, el colaborador empezó a “preparar sus maletas” por si era necesario partir.
A pesar de los esfuerzos de algunos hombres del dinero en la entidad y que igualmente le entran a los juegos del poder en la política y que se aprestaron a que continuara dentro del andamiaje sinaloense, el plazo se cumplió y no fue posible su permanencia.
En su círculo cercano que está por desaparecer hoy o mañana, como lo anunció el oriundo de Batequitas, se habla que sus pretensiones de convertirse como candidato a un espacio de elección popular, a la par lo dañaron.
Antes del proceso electoral que culminó el dos de junio, al parecer de la mano de quien llegó como mandamás de la secretaría de Administración y Finanzas, que hoy ostenta Joaquín Landeros Guicho, sin tener la venia de su jefe, integraron un grupo como contrapeso para estar en la jugada, lo que al final no les salió como lo pensaron.
Eso generó choques silenciosos que no gustaron a quien tiene las riendas de la autoridad estatal.
Y como la caída de uno alienta la subida de otro, Edgar Augusto González Zatarain que obtuvo la alcaldía de Mazatlán como un premio de lotería sin comprar cachito, se frota las manos para saltar como sustituto, luego de que no pudiera repetir en la presidencia municipal, porque se impuso la candidatura de Estrella Palacios.
Dado que desde hace tiempo puso sus ojos en la secretaría General de Gobierno del Estado, que quedó acéfala pero le ganó la tirada Feliciano Castro, quien ya despacha sin contratiempos e incluso, encabeza una Vocería.
La asunción de las alcaldías, con un blindaje atípico.
Con dos nuevas alcaldías que inaugurarán sus funciones formales, aunque se deban establecer bajo la sombra de un árbol al no contar con oficinas, en 20 ayuntamientos rendirán su protesta de rigor tanto mujeres como hombres que lograron el triunfo en la justa comicial de este año. Todos tomarán posesión en un ambiente de tensa circunstancia por la violencia que se asentó desde septiembre y que no termina.
Los actos protocolarios o sesiones, serán con un blindaje atípico que intenta proteger la integridad de autoridades e invitados. De cualquier maneta el temor es galopante por el evidente peligro que representan los sucesos trágicos que tras horas o días de calma, perpetran los delincuentes que se enfrentan en los lugares que menos se imagina la sociedad.
Empero, la autoridad es la autoridad y asi tiene que probarlo.
Guardias Nacionales, al servicio de funcionarios del IMSS.
Ante la contingencia de inseguridad y la intromisión de hombres armados en los hospitales y clínicas del estado, se reveló que elementos de las policías, de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano, presidirían el resguardo de las instalaciones.
Hay todavía quejas de familiares de pacientes a los que internaron, que versan en el sentido que no ven a los agentes por algún lado de ese tipo de establecimientos.
Lo que si vieron, en el caso del Instituto Mexicano del Seguro Social, es que empleados con rango de subdelegados, utilizan como escoltas personales a los efectivos y camionetas de la GN para su servicio personal. Hasta para que los cuiden cuando asisten a comer a restaurantes.