Claudia Sheinbaum desató el moño de uno de los tres paquetes que contenía piezas de lo que será su gabinete como la primer presidente de la República y al abrirlo causó privilegios a la mayoría de los sinaloenses al nombrar al paisano Julio Antonio Berdegué Sacristán como ministro de Agricultura, más en contraste político, ocasionó temores y pesadumbre entre los morenistas como Enrique Inzunza e Imelda Castro, que observan a un figurón que lleva mano en la puja por la gubernatura.
A los grupos locales, de antemano, les complicó el proceso sucesorio.
El nacido en Escuinapa, tiene su centro de gravedad en su propio peso. Su hoja curricular como ingeniero agrónomo y especialista en la temática hídrica, agrícola, científica y de desarrollo rural sustentable que también complementa con la producción de alimentos y semillas, lo colocan como uno de los mejores para el encargo que pronto ejercerá.
A su larga, efectiva y permanente trayectoria lo avala el hecho de que fungió como sub director General de la FAO, brazo de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, a la vez de que fue representante del mismo en América Latina.
Tiene en su registro profesional y como investigador una extensa dedicación a los asuntos del campo y de sus poblaciones, que lo convierte desde que la mandataria electa lo nombrara este jueves, como un colaborador de lujo del equipo que presidirá.
Entre los sectores campesinos y de agricultores privados, generó muchas expectativas porque se designa a un hombre que habla su mismo lenguaje y que conoce a fondo la problemática estatal, nacional e internacional.
Alentó esperanzas para todos que ayer compartió el propio gobernador Rubén Rocha Moya.
En el escenario político que se construye para el 2027, la nominación del profesionista en agronomía prácticamente movió los hilos hacia el otro extremo del juego que después del dos de junio, se comenzó a desplegar.
Al virtual senador que retornó a la Secretaría General de Gobierno del Estado, le empezó a desencadenar calambres en toda su humanidad la noticia. Al igual que a Imelda Castro, se le reducen ampliamente las posibilidades de lograr la silla que dejará el oriundo de Batequitas.
Por tradición al existir un Ejecutivo Federal en el país de la misma afiliación partidista que la de los gobiernos locales, las decisiones se toman desde arriba porque el mandamás requiere de la lealtad y de la capacidad de sus preferentes para materializar el control y el bienestar comunitario.
Solo basta recordar que para el 2010 el priista Jesús Aguilar Padilla pudo escoger a su amigo y socio empresarial Jesús Vizcarra Calderón para que lo sucediera con el emblema en mano del Partido Revolucionario Institucional, porque los tiempos presidenciales pertenecieron al panista Felipe Calderón Hinojosa. Éste le puso en frente a Mario López Valdez, quien le quitó el trono.
En el sexenio de Enrique Peña Nieto las cosas no se manejaron de manera distinta. De entre 10 prospectos del tricolor que hicieron trabajo durante seis años, impuso a Quirino Ordaz Luna –el onceavo- y Malova, al ser de la oposición, no logró dejar heredero, como quiso, a Gerardo Vargas Landeros.
Es la fórmula que se utiliza desde hace décadas.
Y la situación será más embarazosa para los locales, en cuanto se sume a Tatiana Clouthier Carrillo, que seguramente ocupará un lugar de singular importancia en la nueva Administración Pública Federal.
Si a la dama y al caballero que asumirán sus escaños en el Senado por nuestro estado se les hará difícil la disputa, más lo será para Juan de Dios Gámez Mendívil, Teresa Guerra Ochoa, Gerardo Vargas Landeros, Graciela Domínguez o en su eventual caso, a Feliciano Castro, que cada día está más lejos de los ánimos de quien ostenta el poder, asi como a los que se sumen a la pista de las carreras de aquí a dos años y medio.
Se habla incluso, de que un personaje de mucha proximidad a Eneida Rocha Ruiz, presidenta del sistema DIF estatal, entrará a la contienda porque se las rifó con la ex jefa de la Ciudad de México.
Y que ésta misa muchacha podría estar en la jugada, lo que reafirma que las cosas cambiaron para quienes las creyeron seguras y hasta cierto punto fácil.
Zoé, Rocha y Tania en el refugio de Villa Unión.
Zoé Robledo, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social en el país, de quien se comenta que repetirá en el puesto con Claudia Sheinbaum, estuvo en la entidad y en compañía del gobernador Rubén Rocha Moya, inauguró el Albergue Comunitario del Hospital Rural de Villa Unión, este 20 de los corrientes.
En medio de la crítica colectiva que se mantiene y que se intensificó por meses en las campañas presidenciales por los opositores que se refirieron a la falta de medicinas en las clínicas, la puesta en marcha de estas instalaciones, re oxigenó el ambiente.
En sus datos técnicos los expositores puntualizaron que el refugio para familiares de pacientes, cuenta con 30 camas y tuvo una inversión de casi 30 millones de pesos. A las personas que están al tanto de los enfermos les dotan de comida y estancia sin costo alguno.
Finalmente y tras los apuros, el director del nosocomio de ese municipio Javier Arturo López Chávez y la delegada estatal del IMSS, Tania Clarisa Medina López, rindieron cuentas “saludables” al entregarse un proyecto que urgía en la región, dado que es el segundo en tu tipo porque el primero se localiza en la municipalidad de El Fuerte.
La planeación deberá incluir más unidades de estas características si la salud se quiere elevar a rangos más eficientes y altos.
Empresarios locales apurados en la reunión con Claudia.
Empresarios sinaloenses que sistemáticamente le meten millones de pesos a las campañas de desprestigio de todo lo que suene a Movimiento de Regeneración Nacional y que cazaron pelea con el presidente Andrés Manuel López Obrador, fueron de los primeros que aparecieron en la reunión a la que convocó el miércoles en la ciudad de México el Consejo Coordinador Empresarial, que congregó a la “crema y nata del dinero”, en la intención de “hacer las paces” con Claudia Sheinbaum.
Saben que no les es rentable estar en contra de la autoridad federal y se dieron cuenta de que todo lo que dijo Xóchitl Gálvez y sus acompañantes Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano, asi como Claudio X González, al final fue una gran mentira que el pueblo derrumbó el día de las votaciones.
Los dueños de las empresas de la llave, acudieron presurosos a cambiar sus relaciones con el poder político.
Cuentan que lastimosamente Claudio González, padre, no tuvo éxito de platicar con la presidenta electa para pedirle perdón, luego de que su hija fuera su principal detractor y le inventara lo de “narco candidata” y otras tantas aberraciones más.
