/ lunes 15 de julio de 2024

Tiempos Políticos | El STJE, ¿urgido de una purga contra el nepotismo?

Comedido a mostrar su respaldo a la reforma presidencial del Poder Judicial Federal, que inevitablemente alcanzará a las entidades, el presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Jesús Iván Chávez Rangel se auto aprisionó en lo parco de sus expresiones. Más con ese medio silencio que forzó y que se asume que cuando se guarda algo también se hace referencia a un todo, enmarcó que el nepotismo existente se evitará a través del voto popular.

Probablemente es un cáncer que está donde despacha, dado que el STJE, nunca fue ni será la excepción de la regla.

En la nota periodística que se publica en el Sol de Sinaloa el pasado 10 del mes en curso y que firma el reportero José Miguel Souza, el magistrado deja ver que no depende de ellos el hecho de que la hija de la actual Fiscal General del Estado, -por ejemplo- Sara Bruna Quiñónez Estrada, recibiera el nombramiento de jueza, que recién dejara esta última.

Sin querer queriendo, el informante reavivó la espinosa temática que se sufre en el órgano aparentemente autónomo que hoy encabeza. De 20 años a la fecha, pero con mayor intensidad en los últimos 10, el acomodo de familiares en los cargos más sobresalientes, derivaron del manejo no tan limpio o ilegal, de una élite de abogados poderosos que llegó para adueñarse de la administración de la justicia.

Será cuestión de revisar la lista de esos mil 800 trabajadores que conforman la red laboral en todo el territorio estatal. Y probar si realmente hay disposición para ello, porque desde hace mucho que se habla de apellidos iguales que aparecen como eslabones que constituyen cadenas humanas.

Estas a su vez, integran círculos viciosos que no alientan la productividad ni la eficiencia para que haya una justicia pronta y expedita.

¿Por qué?

Porque entre quienes tienen lazos consanguíneos y prestan sus servicios en un mismo centro laboral, sea privado o público, se permiten y se aceptan, graciosas concesiones para que el ambiente se relaje al grado que se incurre en la irresponsabilidad. Está probado.

A menudo se tejen relaciones de protectores y protegidos, que incluso, les ocasionan pesadas cargas de trabajo, a quienes si cumplen con lo que les corresponden en su esfuerzo laboral cotidiano.

Es entendible que Jesús Iván Chávez Rangel se apurara con postura hermética a pronunciarse a favor de que los puestos para juzgador se otorguen mediante el voto popular, porque decir lo contrario, no sería conveniente desde el punto de vista político de quien lo esgrime.

Algo sabe sobre lo que sucede al interior del Poder Judicial sinaloense y si comparte la necesidad de cimbrarlo para que mejore, tendrá que hacerlo.

Los espacios laborales no solamente se apartan para quienes son parte del círculo familiar cuando la corrupción y la impunidad imperan. Hay igualmente beneficiarios por amistad o por cercanías inexplicables y sobre todo explicables, aunque perversas.

El momento por el que se atraviesa, es el más oportuno para que luego de que se reforme el Poder Judicial Federal, se preparen las labores para que renueven los de los estados, que requieren de cambios de fondo que no pueden postergarse más.

Los restos del PRI, en la lucha entre los más corruptos.

Al sinaloense Francisco Labastida Ochoa, le recordó el más corrupto de los directivos nacionales del PRI en la historia, Alejandro Moreno Cárdenas, sobre el crimen que cometió en el caso Pemex, empresa de la que le transfirieron más de mil 500 millones de dólares para su campaña presidencial que como candidato priista perdió ante el panista Vicente Fox Quesada en el año 2000.

Ello da cuenta de la lucha que se libra por los despojos del tricolor, entre los que asemeja que no hay uno limpio.

Las acusaciones se registran entre los personajes que se les ventilaron más actos de podredumbre en algún momento de sus trayectorias. En este episodio se salpica al sonorense Manlio Fabio Beltrones, del que habrá que preguntar mejor, qué cosa sucia no hizo.

Y qué no está resuelto a hacer para seguir en posiciones de poder político y económico.

La semanera, escenario de espera para sacudir el gabinete.

Tras afirmar que el cambio de miembros de su gabinete lo informará en el marco de una conferencia Semanera, analistas y sinaloenses estuvieron a la espera de que el pasado ocho de los corrientes, el gobernador Rubén Rocha Moya empezara a desdoblar el tablero de ajedrez y de movimiento de las fichas, que entrarán al “cambiadero”.

Aunque es claro que no especificó en qué encuentro con los medios de comunicación social, lo hará, los ojos de la sociedad están encima de cada lunes. Y no se diga, algunos funcionarios que se encuentran nerviosos desde el anuncio del gobernante en cuanto terminó el proceso electoral que se llevó a cabo, adquirieron una vista lunera.

Especialmente entre aquellos integrantes del gabinete que están conscientes de que su desempeño no les aporta puntos para seguir al frente de las oficinas que representan.

Comedido a mostrar su respaldo a la reforma presidencial del Poder Judicial Federal, que inevitablemente alcanzará a las entidades, el presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Jesús Iván Chávez Rangel se auto aprisionó en lo parco de sus expresiones. Más con ese medio silencio que forzó y que se asume que cuando se guarda algo también se hace referencia a un todo, enmarcó que el nepotismo existente se evitará a través del voto popular.

Probablemente es un cáncer que está donde despacha, dado que el STJE, nunca fue ni será la excepción de la regla.

En la nota periodística que se publica en el Sol de Sinaloa el pasado 10 del mes en curso y que firma el reportero José Miguel Souza, el magistrado deja ver que no depende de ellos el hecho de que la hija de la actual Fiscal General del Estado, -por ejemplo- Sara Bruna Quiñónez Estrada, recibiera el nombramiento de jueza, que recién dejara esta última.

Sin querer queriendo, el informante reavivó la espinosa temática que se sufre en el órgano aparentemente autónomo que hoy encabeza. De 20 años a la fecha, pero con mayor intensidad en los últimos 10, el acomodo de familiares en los cargos más sobresalientes, derivaron del manejo no tan limpio o ilegal, de una élite de abogados poderosos que llegó para adueñarse de la administración de la justicia.

Será cuestión de revisar la lista de esos mil 800 trabajadores que conforman la red laboral en todo el territorio estatal. Y probar si realmente hay disposición para ello, porque desde hace mucho que se habla de apellidos iguales que aparecen como eslabones que constituyen cadenas humanas.

Estas a su vez, integran círculos viciosos que no alientan la productividad ni la eficiencia para que haya una justicia pronta y expedita.

¿Por qué?

Porque entre quienes tienen lazos consanguíneos y prestan sus servicios en un mismo centro laboral, sea privado o público, se permiten y se aceptan, graciosas concesiones para que el ambiente se relaje al grado que se incurre en la irresponsabilidad. Está probado.

A menudo se tejen relaciones de protectores y protegidos, que incluso, les ocasionan pesadas cargas de trabajo, a quienes si cumplen con lo que les corresponden en su esfuerzo laboral cotidiano.

Es entendible que Jesús Iván Chávez Rangel se apurara con postura hermética a pronunciarse a favor de que los puestos para juzgador se otorguen mediante el voto popular, porque decir lo contrario, no sería conveniente desde el punto de vista político de quien lo esgrime.

Algo sabe sobre lo que sucede al interior del Poder Judicial sinaloense y si comparte la necesidad de cimbrarlo para que mejore, tendrá que hacerlo.

Los espacios laborales no solamente se apartan para quienes son parte del círculo familiar cuando la corrupción y la impunidad imperan. Hay igualmente beneficiarios por amistad o por cercanías inexplicables y sobre todo explicables, aunque perversas.

El momento por el que se atraviesa, es el más oportuno para que luego de que se reforme el Poder Judicial Federal, se preparen las labores para que renueven los de los estados, que requieren de cambios de fondo que no pueden postergarse más.

Los restos del PRI, en la lucha entre los más corruptos.

Al sinaloense Francisco Labastida Ochoa, le recordó el más corrupto de los directivos nacionales del PRI en la historia, Alejandro Moreno Cárdenas, sobre el crimen que cometió en el caso Pemex, empresa de la que le transfirieron más de mil 500 millones de dólares para su campaña presidencial que como candidato priista perdió ante el panista Vicente Fox Quesada en el año 2000.

Ello da cuenta de la lucha que se libra por los despojos del tricolor, entre los que asemeja que no hay uno limpio.

Las acusaciones se registran entre los personajes que se les ventilaron más actos de podredumbre en algún momento de sus trayectorias. En este episodio se salpica al sonorense Manlio Fabio Beltrones, del que habrá que preguntar mejor, qué cosa sucia no hizo.

Y qué no está resuelto a hacer para seguir en posiciones de poder político y económico.

La semanera, escenario de espera para sacudir el gabinete.

Tras afirmar que el cambio de miembros de su gabinete lo informará en el marco de una conferencia Semanera, analistas y sinaloenses estuvieron a la espera de que el pasado ocho de los corrientes, el gobernador Rubén Rocha Moya empezara a desdoblar el tablero de ajedrez y de movimiento de las fichas, que entrarán al “cambiadero”.

Aunque es claro que no especificó en qué encuentro con los medios de comunicación social, lo hará, los ojos de la sociedad están encima de cada lunes. Y no se diga, algunos funcionarios que se encuentran nerviosos desde el anuncio del gobernante en cuanto terminó el proceso electoral que se llevó a cabo, adquirieron una vista lunera.

Especialmente entre aquellos integrantes del gabinete que están conscientes de que su desempeño no les aporta puntos para seguir al frente de las oficinas que representan.