/ lunes 5 de agosto de 2024

Tiempos Políticos | La explosión de gas, por una mezcla de intereses

Con la segunda explosión de gas LP en gran escala en la estación de la colonia Juntas de Humaya que puso en grave peligro a los pobladores de los asentamientos aledaños de la capital del estado este domingo, se probó que la desidia y la corrupción construyeron una red de intereses oscuros entre autoridades y empresarios que no tiene freno.

A 37 años de aquel estallido que por la mañana de un jueves de junio despertó igualmente a los vecinos de esos asentamientos y que al asomarse a la calle observaron que estampidas humanas se activaron en busca de salvar su vida y a las que se sumaron con terror al enterarse de lo que sucedía, no hubo quien ordenara el cambio de las instalaciones, que ya era necesario.

¿Qué tendría que pasar para que se resolviera su reubicación?

Sencillamente lo que pudo registrarse este última ocasión si los integrantes del cuerpo de Bomberos, los de Protección Civil, las corporaciones policiales y otros organismos de auxilio no actuarán a la altura como lo hicieron.

A los alrededores de la planta, se autorizaron cúmulos de proyectos inmobiliarios, que seguramente, carecen de la formalidad jurídica como tantos que existen en Culiacán y en lo que los responsables se hacen de la “vista gorda” porque también a estos les engordan las bolsas con dinero para que no paren el crecimiento de la mancha urbana.

Mucho se demandó tras sufrirse el primer incidente y los políticos al modo, emitieron promesas llenas de embuste. Los posicionamientos de organizaciones civiles y de las dependencias federales, estatales y municipales a favor de quitar la empresa abastecedora del producto, coincidieron en lo que fueron solo canciones de disco rayado.

En la práctica le jugaron el dedo en la boca y el gobernador en turno Francisco Labastida Ochoa, excelente para la diplomacia y la mentira, se ocupó de arreglar el asunto tan delicado.

E incluso se molestó, cuando uno de los directivos de los periódicos culiacanenses se adelantó y publicó una edición extra en la que exhibió a todo un aparato gubernamental ineficiente y poco comedido para estos accidentes.

Hoy, la clausura se impuso de inmediato y obviamente en categoría de temporal.

A la espera de que se acaben esos vínculos de podredumbre que perpetuaron la permanencia de una fuente con capacidad para volar en un santiamén la mitad de una ciudad y cambiar el curso de los ríos que atraviesan cercanos a la zona de donde se verificó la contingencia.

Más leña al fuego sobre el tema Ismael Zambada.

A pesar de que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador solicitó al gobierno de Estados Unidos un informe cierto sobre la entrega o arresto del Ismael Zambada García, todo está escueto y el caso tiende a enredarse más cada día.

A diario, se mira una carrera entre algunos comunicadores y programas informativos que en aras de lograr ser los primeros, lo que edificaron fueron escenarios de sensacionalismo irresponsable.

Lo más reciente son los datos que aparentemente un ex agente o persona con proximidades al FBI, se atrevió a decir que el aeronave en la que se trasladó El Mayo a un aeropuerto estadounidense en Santa Teresa, despegó de Culiacán, lo que dio un revés a la versión inicial de que salió el aparato aéreo de Hermosillo, Sonora.

Es probable que en esta semana se comiencen a conocer los pormenores de lo que parece una novela.

A la expectativa la sociedad sobre el caso Cuén.

Y es muy posible que igualmente la Fiscalía General del Estado, revele si hay o no avances en lo que respecta al homicidio de Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex diputado federal electo y fundador del Partido Sinaloense.

Es otro los temas que causó conmoción entre los sinaloenses y están al pendiente del curso que sigan las investigaciones para conocer a fondo lo que realmente aconteció, frente a las teorías del probable móvil que terminó con la existencia de quien además fue rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa-

La sociedad está a la expectativa.

Con la segunda explosión de gas LP en gran escala en la estación de la colonia Juntas de Humaya que puso en grave peligro a los pobladores de los asentamientos aledaños de la capital del estado este domingo, se probó que la desidia y la corrupción construyeron una red de intereses oscuros entre autoridades y empresarios que no tiene freno.

A 37 años de aquel estallido que por la mañana de un jueves de junio despertó igualmente a los vecinos de esos asentamientos y que al asomarse a la calle observaron que estampidas humanas se activaron en busca de salvar su vida y a las que se sumaron con terror al enterarse de lo que sucedía, no hubo quien ordenara el cambio de las instalaciones, que ya era necesario.

¿Qué tendría que pasar para que se resolviera su reubicación?

Sencillamente lo que pudo registrarse este última ocasión si los integrantes del cuerpo de Bomberos, los de Protección Civil, las corporaciones policiales y otros organismos de auxilio no actuarán a la altura como lo hicieron.

A los alrededores de la planta, se autorizaron cúmulos de proyectos inmobiliarios, que seguramente, carecen de la formalidad jurídica como tantos que existen en Culiacán y en lo que los responsables se hacen de la “vista gorda” porque también a estos les engordan las bolsas con dinero para que no paren el crecimiento de la mancha urbana.

Mucho se demandó tras sufrirse el primer incidente y los políticos al modo, emitieron promesas llenas de embuste. Los posicionamientos de organizaciones civiles y de las dependencias federales, estatales y municipales a favor de quitar la empresa abastecedora del producto, coincidieron en lo que fueron solo canciones de disco rayado.

En la práctica le jugaron el dedo en la boca y el gobernador en turno Francisco Labastida Ochoa, excelente para la diplomacia y la mentira, se ocupó de arreglar el asunto tan delicado.

E incluso se molestó, cuando uno de los directivos de los periódicos culiacanenses se adelantó y publicó una edición extra en la que exhibió a todo un aparato gubernamental ineficiente y poco comedido para estos accidentes.

Hoy, la clausura se impuso de inmediato y obviamente en categoría de temporal.

A la espera de que se acaben esos vínculos de podredumbre que perpetuaron la permanencia de una fuente con capacidad para volar en un santiamén la mitad de una ciudad y cambiar el curso de los ríos que atraviesan cercanos a la zona de donde se verificó la contingencia.

Más leña al fuego sobre el tema Ismael Zambada.

A pesar de que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador solicitó al gobierno de Estados Unidos un informe cierto sobre la entrega o arresto del Ismael Zambada García, todo está escueto y el caso tiende a enredarse más cada día.

A diario, se mira una carrera entre algunos comunicadores y programas informativos que en aras de lograr ser los primeros, lo que edificaron fueron escenarios de sensacionalismo irresponsable.

Lo más reciente son los datos que aparentemente un ex agente o persona con proximidades al FBI, se atrevió a decir que el aeronave en la que se trasladó El Mayo a un aeropuerto estadounidense en Santa Teresa, despegó de Culiacán, lo que dio un revés a la versión inicial de que salió el aparato aéreo de Hermosillo, Sonora.

Es probable que en esta semana se comiencen a conocer los pormenores de lo que parece una novela.

A la expectativa la sociedad sobre el caso Cuén.

Y es muy posible que igualmente la Fiscalía General del Estado, revele si hay o no avances en lo que respecta al homicidio de Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex diputado federal electo y fundador del Partido Sinaloense.

Es otro los temas que causó conmoción entre los sinaloenses y están al pendiente del curso que sigan las investigaciones para conocer a fondo lo que realmente aconteció, frente a las teorías del probable móvil que terminó con la existencia de quien además fue rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa-

La sociedad está a la expectativa.