/ viernes 26 de julio de 2024

Tiempos Políticos | ¿La rendición de El Mayo, estaba anunciada?

Finalmente Ismael Zambada García se rindió. Y confirmó lo que dijera al periodista Julio Scherer García en 2010 en la única entrevista que concedió, de que no sabía si tendría los arrestos suficientes para quitarse la vida al momento en que las autoridades, que ocasionalmente le “pisaban los talones”, lo cercaran para meterlo a la cárcel.

Insinuó el terror que le causa ir a prisión.

Desde hace más de un año “El Mayo”, el más duradero en libertad de los líderes del Cártel de Sinaloa, anticipó que el poder habría que dejarlo a las nuevas generaciones, o de lo contrario, se los arrebatarían a la fuerza.

Y de acuerdo a las versiones de personas que aseguraron conocerlo y platicar con él, lo consideraron como el verdadero negociador y “contacto” con el gobierno de Estados Unidos, habilitado para entregar a las figuras que a petición de parte le hacían a través de los tantos años que operó en las actividades del narcotráfico.

E incluso, esos mismos personajes, advirtieron que se aproximaba inexorablemente el instante en que debía ponerse en manos de los fiscales que lo requerían en los estados de California, Texas y Washington.

Que por cierto, pronosticaron “creo que no tarda la fecha” porque a los pactos, tampoco escaparía.

La noticia de que agentes del Buró Federal de Investigación o de la DEA lo arrestaron este jueves en el aeropuerto internacional privado del condado de Doña Ana en Santa Teresa Nuevo México, sobresaturó las redes sociales y los medios de comunicación interrumpieron sus programas ordinarios para informar de lleno sobre el caso en que igualmente cayó Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, preso en EU.

Algunos tardaron en confirmar el hecho porque creyeron imposible que un capo de estrategia que por décadas se movió en el mundo de las drogas sin que le pusieran la mano encima, era difícil que apareciera en tales circunstancias.

Más tarde, datos del Departamento de Justicia del vecino país del norte, desmintieron que se tratara de una entrega, sino de una detención a la que le dieron seguimiento, especie que tiró de cierta manera la expresión usual que Ismael Zambada García, hiciera más de una vez: que era del monte y de éste no salía para que no lo atraparan.

Entonces, ¿Qué hacía al otro lado de la frontera?

Lo que a todas luces se observa es que al final le llegó la hora de rendir cuentas y atemperar con su cooperación la dureza de las leyes y de una sentencia que lo arrodille como a su compadre y socio al que le dieron cadena perpetua.

Entre las conjeturas, es que entendió que arribó al término de un camino que en apariencia anduvo a “salto de mata” y que por su enfermedad a la edad de 76 años lo mejor es cooperar y enfrentar un juicio que lo librará de muchas imputaciones.

Sin olvidar que en una de las llamadas telefónicas que le permitieron sostener con su hijo Vicente Zambada Niebla, por quien sufrió mucho y al que no pudo proteger de que cayera prisionera o le ordenara entregarse, le autorizó que hiciera lo que tuviera qué hacer o decir, para que le aminoraran el castigo.

Algo muy importante exhibió de las labores del narcotráfico, que posteriormente, quedó libre y como testigo protegido.

En el resto de las especulaciones, encaja perfectamente que esta trama traza una acción de campaña política por la sucesión que en Estados Unidos se registra. Y que Donald Trump el candidato republicano esgrime en sus discursos contra México, o la raja que pudiera sacar su opositora si es ungida por el partido Demócrata Kamala Harris, para presumir que este acontecimiento se dio todavía en el gobierno de Joe Biden.

Mientras que en Sinaloa y entre los analistas nacionales, se deduce que Ismael Zambada Sicairos, uno de sus vástagos o Sergio Valenzuela, familiar otros de sus familiares, podrían ser los sucesores, tras un plan de entrega voluntaria en el que El Mayo, no tomaría una decisión tan trascendente sin dejar un acomodo de piezas de una organización que seguirá vigente, cuando en Culiacán, las horas posteriores al suceso, la calma fue el factor dominante.

Lo cierto, es que concluyó una era.

¿La Marina le seguía los pasos?

Hay indicios de que los constantes operativos de la Marina Armada de México, el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, en los territorios de influencia del Cártel de Sinaloa, se desplegaron para ubicar y arrestar al más antiguo de los dirigentes del grupo delictivo más poderoso del mundo.

Mientras el patrullaje de las fuerzas federales se intensificó para enfrentar cualquier contingencia o desborde de violencia.

Finalmente Ismael Zambada García se rindió. Y confirmó lo que dijera al periodista Julio Scherer García en 2010 en la única entrevista que concedió, de que no sabía si tendría los arrestos suficientes para quitarse la vida al momento en que las autoridades, que ocasionalmente le “pisaban los talones”, lo cercaran para meterlo a la cárcel.

Insinuó el terror que le causa ir a prisión.

Desde hace más de un año “El Mayo”, el más duradero en libertad de los líderes del Cártel de Sinaloa, anticipó que el poder habría que dejarlo a las nuevas generaciones, o de lo contrario, se los arrebatarían a la fuerza.

Y de acuerdo a las versiones de personas que aseguraron conocerlo y platicar con él, lo consideraron como el verdadero negociador y “contacto” con el gobierno de Estados Unidos, habilitado para entregar a las figuras que a petición de parte le hacían a través de los tantos años que operó en las actividades del narcotráfico.

E incluso, esos mismos personajes, advirtieron que se aproximaba inexorablemente el instante en que debía ponerse en manos de los fiscales que lo requerían en los estados de California, Texas y Washington.

Que por cierto, pronosticaron “creo que no tarda la fecha” porque a los pactos, tampoco escaparía.

La noticia de que agentes del Buró Federal de Investigación o de la DEA lo arrestaron este jueves en el aeropuerto internacional privado del condado de Doña Ana en Santa Teresa Nuevo México, sobresaturó las redes sociales y los medios de comunicación interrumpieron sus programas ordinarios para informar de lleno sobre el caso en que igualmente cayó Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, preso en EU.

Algunos tardaron en confirmar el hecho porque creyeron imposible que un capo de estrategia que por décadas se movió en el mundo de las drogas sin que le pusieran la mano encima, era difícil que apareciera en tales circunstancias.

Más tarde, datos del Departamento de Justicia del vecino país del norte, desmintieron que se tratara de una entrega, sino de una detención a la que le dieron seguimiento, especie que tiró de cierta manera la expresión usual que Ismael Zambada García, hiciera más de una vez: que era del monte y de éste no salía para que no lo atraparan.

Entonces, ¿Qué hacía al otro lado de la frontera?

Lo que a todas luces se observa es que al final le llegó la hora de rendir cuentas y atemperar con su cooperación la dureza de las leyes y de una sentencia que lo arrodille como a su compadre y socio al que le dieron cadena perpetua.

Entre las conjeturas, es que entendió que arribó al término de un camino que en apariencia anduvo a “salto de mata” y que por su enfermedad a la edad de 76 años lo mejor es cooperar y enfrentar un juicio que lo librará de muchas imputaciones.

Sin olvidar que en una de las llamadas telefónicas que le permitieron sostener con su hijo Vicente Zambada Niebla, por quien sufrió mucho y al que no pudo proteger de que cayera prisionera o le ordenara entregarse, le autorizó que hiciera lo que tuviera qué hacer o decir, para que le aminoraran el castigo.

Algo muy importante exhibió de las labores del narcotráfico, que posteriormente, quedó libre y como testigo protegido.

En el resto de las especulaciones, encaja perfectamente que esta trama traza una acción de campaña política por la sucesión que en Estados Unidos se registra. Y que Donald Trump el candidato republicano esgrime en sus discursos contra México, o la raja que pudiera sacar su opositora si es ungida por el partido Demócrata Kamala Harris, para presumir que este acontecimiento se dio todavía en el gobierno de Joe Biden.

Mientras que en Sinaloa y entre los analistas nacionales, se deduce que Ismael Zambada Sicairos, uno de sus vástagos o Sergio Valenzuela, familiar otros de sus familiares, podrían ser los sucesores, tras un plan de entrega voluntaria en el que El Mayo, no tomaría una decisión tan trascendente sin dejar un acomodo de piezas de una organización que seguirá vigente, cuando en Culiacán, las horas posteriores al suceso, la calma fue el factor dominante.

Lo cierto, es que concluyó una era.

¿La Marina le seguía los pasos?

Hay indicios de que los constantes operativos de la Marina Armada de México, el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, en los territorios de influencia del Cártel de Sinaloa, se desplegaron para ubicar y arrestar al más antiguo de los dirigentes del grupo delictivo más poderoso del mundo.

Mientras el patrullaje de las fuerzas federales se intensificó para enfrentar cualquier contingencia o desborde de violencia.