Sin la sombra de los 14 integrantes electos por voto que eliminaron al acusarlos de provenir del Partido Sinaloense, Morena registró su sesión número uno de consejeros estatales que legitimó a Merary Sánchez Villegas como la primera lideresa formal y ello le añadió un componente más a la escena política y a las diferencias entre el gobernador Rubén Rocha Moya y el alcalde de Mazatlán, Guillermo Benitez Torres.
Aunque ambos en el evento de este domingo, cubrieron muy bien las formas que se pueden caer en cualquier instante, por los antecedentes de forcejeos y por los desencuentros que seguramente se verificarán, intempestivamente, la relación pende de hilos muy endebles.
El arribo de la ex diputada federal a la dirigencia, empezó a regodear las actitudes del edil porteño quien afirmó entre los de su confianza que le ganó un episodio más de lucha Ejecutivo del Estado.
Lo dijo en un momento en que se libra un recrudecimiento entre los grupos que se reacomodan tanto priistas, panistas, perredistas y morenistas, en las avanzadas de los aspirantes a la Presidencia de la República que comenzaron a hacer hondo el camino con visitas veladas.
La ex legisladora no perdió oportunidad y aunque lo expresó al margen del suceso que presidió este domingo, lanzó una advertencia que pareciera solo mediática, aunque dicho entre broma y serio, evidentemente que cobra vigencia y tiene que tomarse en cuenta.
Lanzó que no permitirá la injerencia y en esto incluyó que será la que mandará dentro de Movimiento de Regeneración Nacional. Incluso le puso nombre del actual titular del poder local, quien no deberá querer dar instrucciones.
Lo que no reparó la muchacha es que independientemente de que sea parte del grupito que encabeza el munícipe mazatleco y contras del oriundo de Batequitas, Badiraguato, no se puede pelear con quien realmente es el jefe político de todo el territorio, y por supuesto, del morenismo.
Y a pesar de que desde el puerto sureño, se intentará manipular a la directiva que podría obedecer de manera ciega. Sin embargo, “en su salud lo hallará”.
Solo tiene que fijarse en el caso del ex presidente municipal de Culiacán, que se puso muy rijoso y no midió la fuerza de un gobernante que le demostró que no debe “ponerse a las patadas con Sansón”.
O de la reacción contra el ex secretario de salud, Héctor Melesio Cuén Ojeda que sobrevive políticamente porque sabe adaptarse a todas las circunstancias y parece que tiene blindaje contra el alto impacto.
No cesa en sus operaciones partidistas y comunitarias. NI sus encuentros con altos personajes del quehacer público en la Ciudad de México, donde estuvo parte de la semana pasada.
La residente de Aguaruto, no podrá equivocarse y las tarjetas informativas sobre los más importantes acontecimientos políticos se los deberán enviar al gobernador en turno y no a quien a control remoto, dice que manejará como marioneta.
La militancia tiene derecho a contar con un liderazgo que entienda lo que es una cadena política de mando y hacer labores en presencia efectiva.
Especialmente cuando a días de que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador entregó al Congreso de la Unión el Cuarto Informe de Gobierno, en la entidad los grupos se convulsionan por la sucesión del 2024 que empezó a fragmentar a los sinaloenses.
Por debajo del agua, para que esquivar los ojos del “Gober”, líderes políticos y funcionarios de su gabinete toman partido a hurtadillas para no ser descubiertos.
Burlan asi, la línea de respeto que están obligados a guardar escrupulosamente a quien los cobijó en el aparato estatal, pero prefieren arriesgarse con miras a asegurar su futuro, en medio de un presente que consideran confuso.
Son particularmente aquellos que procedentes del Partido Revolucionario Institucional, misteriosamente, se incrustaron en Gobierno del Estado, a pesar de que Morena, los dejó en el arrancadero electoral. Y que propiciaron el enojo de quienes se asumen como morenistas de “hueso colorado”.
A Merary la acosan sus propios fantasmas.
Contra quien también dejó ver sus temores Merary Villegas Sánchez, fue contra el alcalde de Ahome, Gerardo Vargas Landeros y mostró cierto resquemor. Realmente a lo que le huye es a sus propios fantasmas, cuyas figuras le aumentaron la rueda en torno su cabeza.
Precisamente porque la eligieron para crear una estructura humana que sirva para el futuro, y de entrada, no sabe qué es lo que tomó en sus manos. Carece de un punto de partida para acuerpar a los propios y a los extraños.
Y el ahomense, cuenta con una red de personas activas a través de su asociación “El Trébol”, capaz de movilizar en tiempo récord brigadas para cumplir cualesquier misión política o social.
Lo que ignora la directiva morenista, es que el funcionario del municipio norteño será necesario en cualquier terreno, porque lo traen en todas las listas, los pretensos a suceder a Andrés Manuel López Obrador, que buscan líderes rentables para las labores que están a vuelta de la esquina.
Los maestros de la 27, rumbo a un año perdido.
Con Genaro Torrecillas a la cabeza, los miembros el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación Sección 27 en el estado, siguen extraviados y están a punto de contabilizar un año sin frutos.
Están perdidos.
Es la herencia que les dejó el también triste y célebre ex secretario general Edén Inzunza Bernal, que no aportó nada a los maestros y mucho menos a las aspiraciones de superación laboral.
A partir de la aparición de estos dirigentes venales, la otrora SNTE que defendió los intereses de los profesores federalizados, entró a la etapa de decadencia. De la vergüenza, que a pesar de que permanecieron de rodillas con los gobernantes de la Federación y del Estado, no consiguieron más que migajas con las que se quedaron ellos mismos.
No hubo algo que bajara hacia el profesorado.
Qué lástima.