Una de las flores que ha formado parte de nuestra cocina desde la época prehispánica, un elemento de gran importancia que se cultiva en el país desde hace más de 10 mil años. Incluso se encuentra representada en códices y en artesanías mexicanas.
A pesar de que se obtiene de la planta de dicha verdura, es considerada al igual que los quintoniles, los romeritos y la hoja santa, entre otros, como un quelite; crecen generalmente en temporada de lluvias y son característicos de la milpa.
APARIENCIA
Es de textura suave y aterciopelada, de color amarillo o naranja; es flexible, pero al mismo tiempo crujiente, dulce y sutil.
USOS GASTRONÓMICOS
Su sabor hace buena mancuerna con el epazote, juntos crean una deliciosa sopa de guías típica de Oaxaca. También se pueden hacer cremas, tamales, ensaladas, guisos muy caseros como las tortitas de flor de calabaza. Además, se puede agregar a pastas, pechugas de pollo y pescados. En todo México es muy conocida por incluirla a las tradicionales quesadillas.
NUTRIENTES
Es rica en vitamina A, ácido fólico, potasio y calcio por lo que ayuda a combatir la osteoporosis (debilidad de los huesos), gripes, problemas urinarios, cardíacos y de desarrollo del bebé durante el embarazo.
Su característico color amarillo y/o naranja indica que contiene flavonoides, compuestos que funcionan como antioxidantes, los cuales inhiben la oxidación del colesterol malo que obstruye las arterias. No contiene calorías, así que sin culpa puedes añadirla a los guisos que quieras permitiendo una sensación de llenado en forma saludable, ya que contribuye contribuyendo a una adecuada presión arterial y por ende disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
TIP
Se conservan por poco tiempo, por lo que es importante consumirlas el mismo día o al día siguiente que se adquieren.
COSTO
Según la Profeco el manojo de flor de calabaza se puede costar entre 10 y 15 pesos.
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