Por sus propiedades medicinales, el jengibre ha sido empleado durante siglos por muchas culturas alrededor del mundo; esta tradición lo hace prioritario esta temporada, en la que hay que comer saludable.
Pertenece a la familia de los tubérculos, se trata de una raíz que tiene un sabor notablemente picante, detalle que lo convierte en un gran aromatizante en la gastronomía. Además, posee efectos curativos, ya que está compuesto de vitaminas, minerales, aminoácidos y aceites esenciales como el citronelal, el limonelo y el canfeno, entre otros. También es rico en Vitaminas B y C, aluminio, fósforo, calcio y el cromo.
BENEFICIOS
Antioxidante
El jengibre es rico en antioxidantes, que retrasan el proceso de envejecimiento.
Refuerza el sistema inmune
El té de jengibre mejora la respuesta del organismo frente a las infecciones, por lo que es un buen aliado contra las gripes y los resfriados, por ejemplo.
Digestivo
Absorbe nutrientes en el organismo, alivia dolores abdominales causados por inflamación estomacal. Combate el estreñimiento y mejora la digestión.
Controla estrés y ansiedad
La sustancia ginerol que se encuentra en el jengibre alivia la ansiedad y equilibra los niveles hormonales.
Mejora la circulación sanguínea
Reduce el colesterol y el riesgo de coagulación de la sangre por lo que podría convertirse en parte de un tratamiento para la enfermedad cardíaca y la diabetes.
FORMAS DE CONSUMO
Es un producto muy versátil, se puede usar fresco, seco, entero, en trozos o en polvo, son muy comunes las infusiones; también se puede agregar al agua de cualquier sabor, así como a las salsas, jugos y hasta a las sopas. Su sabor es muy sutil, pero si le pones de más, puede llegar a picar, por lo que la recomendación es usarlo en dosis moderadas.
PRUÉBALO EN TÉ
INGREDIENTES
Medio litro de agua.
Un bulbo de tamaño medio o dos pequeños de jengibre.
Opcional una cucharada de miel y unas gotas de limón.
PREPARACIÓN
Pelar los rizomas de jengibre y cortarlos en finas rodajas.
Ponerlos a hervir en un recipiente tapado en medio litro de agua a fuego lento por 20 minutos.
Se cuela el líquido y se le añade miel y limón al gusto, aunque también hay quien lo toma natural.
Servir bien caliente y a disfrutar.
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