El origen de la Rosca de Reyes es una tradición que tuvo sus comienzos en la Edad en países europeos como Francia y España que poco tiempo después, llegó a México durante la conquista. Desde entonces es costumbre partir una rosca de pan, la cual se caracteriza por tener forma circular.
La historia cuenta que tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltazar, montados en un camello, un caballo y un elefante, viajaron desde el Oriente hasta Jerusalén guiados por una estrella, para adorar a un profeta recién nacido y llevarle tres ofrendas: oro, incienso y mirra. Los tres “Reyes” encontraron al Niño, quien tenía tres días de nacido, se postraron ante él y le dieron las tres ofrendas, a este día el que los Reyes Magos conocen al Niño Jesús, se le denomina como epifanía, encuentro que simboliza la Rosca de Reyes.
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La forma ovalada de la rosca, representa el círculo infinito del amor a Dios; las frutas secas cristalizadas que adornan el pan, simbolizan las joyas incrustadas en las coronas de los Reyes Magos, el muñeco escondido, representa al Niño Jesús.
Es así que en la actualidad, la madrugada del 6 de enero, los niños reciban regalos que los reyes les dejan en sus casas en representación de los obsequios que le llevaron al Niño Jesús.
El muñeco escondido
El muñeco escondido dentro de la rosca simboliza el “Niño Jesús” que fue escondido por María y José para salvarlo de Herodes cuando mandó a sacrificar a todos los niños. Solamente los 3 Reyes Magos fueron los únicos que pudieron ser guiados por la estrella de Belén para encontrar al niño Jesús.
Al momento de partir la rosca y encontrar al Niño Jesús significa que estamos en comunión con él y representa un momento de alegría y la tradición es que a quien le salga el niño será encargado de cuidarlo para presentarlo el día 2 de febrero, tal cual lo hizo la Virgen María cuando lo presentó al templo. Actualmente esta tradición se celebra con los ricos tamales que son puestos por el afortunado que encontró al Niño Dios en la rosca.
Prepara tú la Rosca de Reyes
Este seis de enero ponte el mandil y elabora un delicioso volteado de piña
Ingredientes:
1/2 tazas de azúcar mascabado
1 lata de piña en almíbar, (800 g) escurrida
5 cerezas
2 1/4 tazas de harina
11/2 cucharaditas de polvo para hornear
1 cucharadita de sal
1 barrita de mantequilla, (90 g) a temperatura ambiente
3/4 tazas de azúcar
3 huevos
1 cucharadita de vainilla líquida
1 1/4 tazas de leche de vaca
1/8 tazas de aceite vegetal
Preparación:
Precalienta el horno 180° C.
En una sartén a fuego bajo derrite la mantequilla con el azúcar mascabado. Agrega esta preparación a un molde para pastel de 24 cm de diámetro.
Agrega las rebanadas de piña acomodándolas de forma que no se amontonen y coloca las cerezas. Reserva.
Mezcla todos los polvos para el pastel en un bowl y reserva.
Acrema la mantequilla con el azúcar en la batidora y agrega poco a poco los huevos y la vainilla.
Agrega el resto de los ingredientes alternando los polvos y los líquidos y bate hasta obtener una mezcla homogénea.
Vierte en el molde con cuidado para no mover las piñas. Hornea por 25 minutos o hasta que esté cocido. Enfría y desmolda.