Alexandre Da Costa guía a la OSSLA por un mágico viaje desde Culiacán hasta Sevilla

El reconocido violinista fue director huésped de la sinfónica sinaloense durante este noveno programa de la temporada, que también tuvo de invitada a la soprano española Ana Cadaval

Alex Morales / El Sol de Sinaloa

  · domingo 3 de noviembre de 2024

La cantante logró representar a su adorada Sevilla con cada nota, gesto y vestuario. Foto: Cortesía / ISIC

Culiacán, Sin.- Los culiacanenses vivieron la magnífica experiencia musical de la mágica Sevilla en el emblemático Teatro Pablo de Villavicencio, en el que la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes interpretó un energético y brillante repertorio español, con invitados de renombre, tanto en dicho país, como a nivel internacional.

En este noveno programa de la Temporada Otoño-Invierno 2024, llamado “La Experiencia: Sevilla La Mágica”, la gran sinfónica sinaloense estuvo acompañada de talentosos músicos extranjeros, quienes le añadieron ese toque encantador característico de la región del flamenco.

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Las riendas de este concierto las llevó el galardonado músico originario de Montreal, Alexandre Da Costa, reputado violinista y director de orquesta de talla internacional, acreedor a prestigiosos premios como JUNO; el Sylva Gelber Foundation Award al mejor artista canadiense menor a 30 años; el primer premio en el Musical Instrument Bank del Canada Council for the Arts; el Virginia-Parker, por mencionar algunos.

“Tenemos aquí los mejores, una de las mejores orquestas del mundo, la OSSLA”, dijo Da Costa antes de que el público estallara en aplausos y rechiflas.

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El espectáculo arrancó con “La Guardia de Sevilla”, compuesta por el español Manuel Marvizón, pieza que marcó un inicio alegre, vibrante, apasionado y creciente, que logró sumergir al público a un emocionante viaje por la bella ciudad europea.

Así continuó el repertorio con “La Saeta”, de Antonio Machado; “Gran poder”, de Marvizón; “De España vengo”, creada por Pablo Luna; Carceleras (de las hijas de Zebedeo), de Ruperto Chapí; “Carmen”, de Pablo Sarasate y Georges Bizet; “Habanera”, también de Bizet; “Amanecer en la Rocina”, de Marvizón; y “Cantares”, de Joaquín Turina.

Durante el majestuoso programa musical, las presentaciones se intercalaban entre interpretaciones puramente instrumentales, y piezas cantadas por la prodigiosa soprano residente de Sevilla, Ana Cadaval, quien representó a su natal España con cada nota, movimiento, vestuario y accesorio.

Foto: Cortesía / ISIC

La experimentada cantante de alta tesitura, derrochó talento en el escenario culiacanense con potentes agudos, aunados a firmes y prolongados melismas que le robaron el aliento a más de uno, generando tanto los aplausos como las porras de quienes no dudaron en gritar “bravo”, “guau” y “hermoso” al final de cada interpretación.

Su ropa al rojo vivo, como la flor que posaba sobre su oreja, gritaba “España” por donde se viera, mientras contoneaba sus caderas al son de la música; danzaba sus muñecas; tronaba castañuelas; ondeaba un gran abanico blanco como parte de su coreografía; y lanzó flores a su adorado público.

Tras un breve receso de intermedio, los músicos regresaron al escenario para fascinar a los culiacanenses con dos piezas de Maurice Ravel, “Alborada del gracioso”, y el conocido “Bolero”, cual fue liderado por el percusionista Fernando Correa rumbo a una ascendente intensidad que retumbó en los corazones de cada asistente.

Ya en lo que parecía el cierre de “La Experiencia: Sevilla La Mágica”, el público regaló una prolongada ronda de aplausos a cada sección de instrumentos, solistas e invitados de la noche; pero en cuanto Cadaval salió a recibir la ovación, la música resonó una vez más para sorprender a todos con “Sevillanas del Siglo XVIII”.