Culiacán, Sin. - Japón, el país donde se creó el popular estilo de animación llamado ‘Anime’, es conocido en el resto del globo por su arte, cocina, música y cultura.
Asimismo, los nacidos en el país oriental destacan por ser personas educadas, respetuosas, ordenados y disciplinadas; gracias al exitoso nivel educativo que hay en la nación.
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Su ritmo de vida exigente, desde que son jóvenes estudiantes, deriva en una sociedad con conciencia de respeto social y ambiental.
Apreciación del medio ambiente
Los japoneses tienen una profunda consideración por la naturaleza, pues es una parte presente en sus vidas; por lo que suelen preocuparse por desechar y aprovechar sus recursos correctamente.
Son pioneros en el reciclaje y constantemente trabajan para hacerlo a mayor escala; cuentan con un sistema funcional de recolección de basura en el que cada día se recogen desechos específicos desde muy temprano.
Kamikatsu, ubicado en una de las islas de Onikawa, es la región que más recicla en el planeta, y uno de los pueblos más sostenibles.
Obediencia a reglas viales y señalamientos
La sociedad oriental tiene la costumbre de designar sentidos para subir y bajar las escaleras de cualquier sitio, sin chocar unos con otros; así, mejorar la circulación.
Los escalones tienen señalamientos para indicar la dirección a la que los caminantes deben dirigirse.
Dichas indicaciones son respetadas por los japoneses, sin importar qué tan lleno esté el sentido por el que van; algo que no pasa en la cultura sinaloense.
Pues incluso los lugares de estacionamiento, rampas o hasta baños con señalamientos que indican ser de uso exclusivo para discapacitados, suelen estar ocupados por personas que no lo son.
Respeto y orden en las filas
Cuando los japoneses esperan el transporte público, hacen filas, respetando el lugar del que llegó primero, y no tratan de meterse para acortar la espera.
Incluso dejan que las personas que bajan del transporte salgan primero cómodamente.
En contraste, en Culiacán es común ver a personas intentando adelantar su turno en cualquier tipo de fila, como al ordenar o pagar un alimento en un restaurante de comida rápida; mientras manejan, zigzagueando entre vehículos para apresurar su camino; o entrando velozmente a los camiones urbanos para alcanzar un asiento.
Limpieza
Parte de la educación japonesa obliga a los estudiantes a limpiar los planteles educativos diariamente, aseando bancas, pisos, pizarrones, podando el césped, entre otras actividades; con la finalidad de enseñarles a mantener aseado y crear conciencia del cuidado de su entorno.
Por otro lado, los aficionados del deporte acostumbran llevar sus bolsas de basura a los estadios para recoger sus desechos al terminar el partido de sus equipos favoritos; actividad que replican fuera de Japón.
En tierras sinaloenses es frecuente escuchar frases como “al cabo, yo no voy a limpiar” o “cómo tú no limpias”, ya que la población acostumbra a deslindarse de sus desechos.
Muchas personas que van a los cines dejan su charola de palomitas en su asiento, pues también, hay múltiples clientes que comentan que “para eso les pagan” a los trabajadores.
Áreas para fumadores
Como estrategia para combatir la adicción al cigarro, en Japón hay espacios designados para fumar, debido a que es una actividad prohibida en áreas comunes, así como en la vía pública.
Tanto en parques, calles y trenes, hay pequeñas áreas para quienes quieren disfrutar de un tabaco; así respetan a aquellos que prefieren respirar aire limpio, y a quienes quieren disfrutar de un cigarro.