Raúl Espinoza Aguilera
Culiacán, Sin. - Con motivo de la “cuarentena” recomendada, entre otros grupos sociales, a las familias por las autoridades sanitarias para evitar mayores contagios con ocasión la pandemia del coronavirus que asola los cinco continentes, pensaba en aquella célebre pregunta:
- ¿Y qué libros te llevarías para leer si estuvieras en una isla desierta?
Ayer estuve con un amigo que tiene gran afición por la Literatura y cuenta con numerosos volúmenes de los autores clásicos que han recibido Premios Nobel.
Es verdad que los pedagogos en estos días de forzoso encierro, también han recomendado videojuegos y películas formativas y con valores.
Pero considero que lo que deja un buen libro no tiene comparación con los materiales audiovisuales o de las redes sociales.
Subrayo la importancia de buscar “buenas lecturas” porque hay libros que resultan perniciosos y desorientadores en la formación de los chicos y jóvenes.
Lee Aquí: Muere por coronavirus Vittorio Gregotti, maestro de la arquitectura italiana
¿Qué es lo que activa en el cerebro al despertar la afición por las lecturas?
1)En primer lugar, hay que tomar en cuenta que la inteligencia tiene una capacidad asombrosa de aprender fechas, lugares, historias de personajes, anécdotas, etc. Si los hijos no la ejercitan es similar a cuando se tiene un coche de carreras Fórmula 1, con un motor imponente, y se prefiere guardarlo en la cochera, quedando la mente entelarañada y perezosa.
2)En cambio, cuando se practica la lectura se tiene una participación muy activa dentro de la trama, ya que el lector va hilvanando ideas y conceptos y sacando sus propias conclusiones. Es decir, se aprende a razonar y a ejercitar la lógica.
3)Las lecturas también contribuyen a las personas a expresarse mejor; a manejar con mayor acierto y seguridad la sintaxis y la ortografía.
4) También, avivan la creatividad, el ingenio y la imaginación, que son herramientas claves para el posterior desarrollo académico.
5) Es notorio que cuando un chico no lee, se manifiesta en que le falta lógica en su discurso, no discurre con facilidad y muchas veces se contradice en su exposición.
6) Y, finalmente, carece de un bagaje cultural tan necesario en el desempeño profesional.
Lee más aquí ⬇