Culiacán, Sin.- Hace 17 años, una de las jugadoras que tuvo un impresionante desempeño en cuanto a su crecimiento, cumplió con éxito su etapa en Olimpiadas Estatales y Nacionales de Softbol dejando así una huella que en estos tiempos otras ya están siguiendo como una forma de poder crecer y obtener resultados altamente halagadores no solamente en lo individual, sino para Culiacán, Sinaloa y México.
Fue una estrella exitosa en todo el proceso de Olimpiada que arrancó vertiginosamente cuando contaba con apenas 13 años de edad, que fue allá por el año de 1998 y la culminó el 2 de febrero de 2003 con la etiqueta de campeona.
Fueron cinco años de gloria, de grandes aprendizajes y quien en aquel lejano 2003 declarara que viendo jugar a sus papás se interesó por el softbol.
Nos referimos a Clarisa Isabel Pérez Rojo, quien cuando arribó a sus 18 años de edad y con apenas cinco de activa en el deporte de la pelotablanda, ya había saboreado el haber participado en justas como un Centroamericano, un Mundial Juvenil y un Panamericano.
Así de grande ya era Clarisa Pérez quien se forjó camino a pulso propio, con trabajo diario, entrega, asesorándose con personas de respeto en este deporte, pero sobre todo que los eventos siempre los tomó con la misma importancia y, a decir de ella, todo el tiempo jugó con el corazón por delante llevando el objetivo de aprender en cada paso que daba.
El 8 de febrero de 2003 Pérez Rojo sostuvo que los objetivos se le iban cumpliendo uno a uno, “mi primera Olimpiada resultó una gran experiencia, fue un poco difícil porque no me querían dejar jugar por la edad (13 años), pero gracias a Dios sí se pudo y hasta salidas Internacionales tengo”.
Ya le quedaba en claro que su andar por el softbol le traía beneficios y exponía que de cada Olimpiada y salida Internacional aprendía demasiado para luego ponerlo en práctica.
Fue así como, aunado a su indiscutible calidad y nivel de pelota que ya había adquirido, se le abrieron las puertas y fue muy bien visoreada por directivos de la Federación Mexicana de Softbol.
En ese sentido, de inmediato es como pasó a formar parte de la Selección Mexicana y que para ella era un sueño anhelado.
Diría en 2003 que, “primero pensé en portar los colores de Sinaloa, me fui exigiendo a mí misma, a tener algo más importante. En el primer Centroamericano (18 años y menores en Bahamas y donde México fue cuarto lugar) al que acudí, me fue muy bien y creo que es la experiencia más bonita que he vivido. Todavía no la cambio por nada”.
Y como conformista nunca fue, su crecimiento continuó, se fijó otras metas ya que en puerta estaba el Mundial (en Florida, EEUU en 2001) e hizo todo lo que se requería para obtener una plaza en el equipo.
Una pregunta muy interesante en aquel lejano 2003 fue el que, ¿cómo se siente Clarisa cuando se interna a un campo de softbol a defender el uniforme que porta?
Siempre he entrado con la mentalidad de salir adelante, de luchar por una causa, estamos ahí para defender nuestros colores, sea Sinaloa o México, siempre entro con todo, a dar el máximo, a entregarme en cada jugada y toda mi experiencia ahí la he puesto.
Clarisa Pérez Rojo
Pérez Rojo, quien nació el 20 de agosto de 1985, en su proceso niña-juvenil, navegó por las Olimpiadas Nacionales de 1999 al 2003, a los eventos de Federación (todos fuera de Sinaloa) y cerró su ciclo con un Panamericano en Hermosillo, Sonora donde México culminó en quinto lugar.
Ese fue el legado que dejó en aquel entonces la juvenil estrella del softbol femenil culichi, y que muchas que se iniciaban querían reflejarse en ese espejo, y porque no, alcanzar algunos de sus logros.
Ciertamente repuntaron muchas, pero no alcanzaron tan alto podio hasta que surgieron las figuras imponentes de las hermanas Rossy Anahy y Michelle Lizárraga Ramos que ahora son el referente del softbol en Culiacán y Sinaloa.
Ahora bien, a Clarisa Pérez la desdibujamos de cómo fue su proceso infantil-juvenil, de lo exitosa que resultó y tiempo a través del cual cimentó las bases para forjarse como una gran jugadora, seleccionada nacional por varios años y participaciones altamente importantes defendiendo la casaca de México, quedando así la figura de ella como un claro ejemplo de perseverancia, pero, sobre todo, que en nuestro estado se forjan guerreras de verdad y con casta de triunfadoras natas.
Como prueba fehaciente de todo ello es que estuvo por espacio de 12 años consecutivos en la selección nacional, que para ella será más importante actuar en un Mundial que unos Juegos Panamericanos (2011 en Guadalajara, Jalisco), pero que el aliciente extra y significativo de este último es que fue capitana del equipo nacional.
Significó mucho para mí y aparte de eso se logró el histórico pase al Mundial que se celebró en Canadá el 2012.
Clarisa Pérez Rojo
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LOS AÑOS que tenía Clarisa Pérez cuando empezó a abrirse camino en el softbol.
PARA SABER
EN 2003 concluye su proceso de Olimpiada Nacional y ya poseía tres participaciones en eventos de corte Internacional.
Estuvo un total de 12 años consecutivos en selección nacional.
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