Culiacán, Sin.- El pasado 10 de octubre, con motivo del Campeonato Nacional de Softbol Femenil Máster, marcó la pauta para terminar de madurar un objetivo, de los muchos que cada deportista se propone, cuando se inicia en la disciplina que eligió para dar lo mejor de sí en cada una de sus intervenciones.
Desde luego que no se trató de una decisión cualquiera, aquí sí que en juego estaba la lealtad a un deporte y el respeto, pero sobre todo la salud, que al final del camino es lo más importante para un ser humano.
Y abordamos este tema por el hecho de tratarse de una jugadora que a temprana edad abrazó con ahínco el softbol, que luego adquirió grandes responsabilidades, tal es el caso de defender con dignidad los colores de Culiacán, con fuerza y garra el uniforme de Sinaloa y con lealtad y honor la casaca de México en justas de corte Internacional: ella es Clarisa Isabel Pérez Rojo.
La brillante jugadora de posición (short stop) determinó no más participaciones a nivel competitivo, sean estatales, nacionales y cualquier otra justa de corte Internacional.
“He decidido no jugar más nacionales, así como una vez me despedí de torneos Internacionales, en esta ocasión lo hago en lo que respecta a eventos de carácter nacional. Como jugadora me quedo en lo local, en aportar lo que humildemente esté en mis posibilidades y tal vez en algún momento jugar en alguna liga, pero nada más”.
Pérez Rojo se inició a jugar el softbol a los 9 años de edad y en 1998 arrancó su carrera a nivel nacional, representando siempre a Sinaloa.
Actuó en siete Olimpiadas Nacionales, 32 eventos nacionales (aproximadamente), 10 justas Internacionales; destacando que en el 2011 fue abanderada y capitana de la Selección Nacional.
Lo hizo jugando posiciones como short stop, segunda y tercera base, además de filder.
Gracias a toda su perseverancia, entrega total, nivel de juego y responsabilidad, estuvo integrada 12 años de manera consecutiva en la Selección Nacional.
En su paso por la categoría Juvenil tuvo la fortuna de acudir a un Mundial (2001) y cuando ingresó a la selección Mayor (2012) también participó en una justa de la misma magnitud.
Innumerables premios obtuvo en su limpia e intachable trayectoria, pero sobresale el Premio Municipal del Deporte 2012.
“Mi vida deportiva desde corta edad fue demasiado exigente físicamente y, sinceramente mal atendida cuando se trataba de lesiones. Nunca me quejé, porque estando en el campo todo se olvidaba y mi deseo siempre fue jugar, solo me aventaba una ´mexicanada´ o recibía ayuda de las mismas compañeras que a veces estaban en la misma condición física que yo y listo, seguíamos, no había lesión que nos parara”, sostiene
Clarisa Pérez, quien forma parte de la Escuela Especial de Softbol, dirigida a niños y jóvenes especiales y que ha resultado todo un éxito, citó que “me despido con el nacional de Mochis, (con una gran jugada contra Sonora, a su estilo) que me define completamente como lo que fui siempre. Me despido con un campeonato más, con el mejor equipo y un excelente torneo para Sinaloa. Tal vez les caiga de sorpresa, pero, aunque mi alma de deportista dice no, mi cuerpo dice sí y… a veces hay que hacerle caso, más cuando no sabemos jugar ´tranquilas´, como tanta gente que me aprecia me ha dicho”.
Clarisa siempre jugó de manera espectacular, jugadas difíciles las hacía fáciles y como ella también quiere llevarse consigo misma esos momentos que la condujeron a ser considerada una estrella, en la última final que jugó y ganaron para Sinaloa, en la séptima entrada el primer out sucedió gracias a un espectacular lance en terreno de foul. Fiel a su explosiva manera de desempeñarse en el terreno.
Manifestó que en un futuro ella quiere estar físicamente bien, lo mejor posible para vivir el día a día, para poder disfrutar a su familia y amigos. “No es nada fácil la decisión, pero creo que es lo mejor, sólo espero de corazón no quedar a deber nada a nadie y que mi trabajo en el campo haya gustado a más de uno, quiero que se queden con la Clarisa Pérez que fui siempre. Pudiera seguir porque soy muy terca, pero sinceramente no se jugar menos de lo que saben y han visto de mi toda la vida, incluso ahora en Mochis, donde por esa última jugada, terminé con esguince cervical y algunas otras lesiones leves y bueno, la verdad de aquí en adelante, simplemente quiero cuidarme”.
Y añade que siempre dijo que dejaría de jugar nacionales cuando estando en el campo no sintiera ese nervio tan bonito que vive el deportista estando en el terreno de juego, o definitivamente lo físico, que es la razón por la que llegó el momento.
Ella entiende y le queda en claro que en todo su peregrinar no estuvo sola, que no la soltaron, por lo que da las gracias a su familia que siempre la apoyó, a mi esposo, a su hijo, a sus padres, hermano, abuelos, a su entrenador de toda la vida, a los presidentes de asociación que le tocaron en su tiempo.
También lo hizo extensivo a todos los directivos, autoridades, a la prensa y patrocinadores que siempre siguieron sus pasos y fueron de gran apoyo, a sus amigas y amigos del softbol, umpires, a Fisio Activa y Unidad Médica San Francisco que siempre estuvieron ahí.
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