Culiacán, Sin.- “Yo aquí pienso morirme (promoviendo el softbol) si Dios me da fuerza y vida, mis planes son pedirle a mi Dios que me dé fuerzas de avanzar en lo que más pueda de los trabajos que tengo pensado hacer”, dijo en una entrevista --hace 13 años-- Pablo Eduardo Gutiérrez Álvarez, quien el pasado martes falleció.
“El softbol no lo dejo por nada”. “Mi vida es el softbol”, eran frases que él apuñaba con mucho énfasis, fuerza y seguridad que la reflejaba en su rostro cuando se trataba de referirse al deporte de la pelota blanda.
El 1988 quedó marcado para el softbol, ese año en que el popular “Paly” Gutiérrez, nacido el 7 de julio de 1935, ingresa como delegado del equipo ABESAC y a partir de ahí este deporte lo hace cambiar radicalmente, ya que le entró por las venas y le reemplazó totalmente la sangre que en ese momento le corría por todo el cuerpo.
Y es que el más beneficiado fue el softbol porque de inmediato empezó a figurar en la organización del mismo, a tomar responsabilidades como directivo, pero por sobre todas las cosas a ´moverse´ en la búsqueda de beneficios de infraestructura para el entonces campo llamado el CCC (Centro Cívico Constitución), pero también de organización, pues fue sentando las bases para una mayor recepción de equipos.
Su preocupación permanente fue el ascenso del nivel de pelota de los jugadores y fue tanta su insistencia, que lo logró y con creces.
Con él se vivió la mejor época de Culiacán y Sinaloa en certámenes nacionales, puesto que de los circuitos que él promovía, surgía el material humano para incrustarlos en los selectivos.
¡¡¡A él se le debe todo eso!!!
Tan grande era su visión por ver crecer a bastedades el softbol, que aún y la responsabilidad que le confería encabezar el Comité Municipal de Softbol y, por consiguiente, la coordinación de sus ligas en el CCC, se le abrió la oportunidad de extenderse a las instalaciones deportivas de la empresa Carta Blanca y Tecate de Sinaloa, (CATESISA) y no dudó en hacerlo a sabiendas de su capacidad.
Fue así como el sábado 18 de octubre de 1992, según consta en la bítacora de softbol del “Capi” Maldonado, puso en operación la Liga de Softbol Tecate, mientras que el 20 de abril de 1993, le tocó el turno a la Liga Interclínicas.
Tal era el bum por jugar en el softbol Tecate que hubo necesidad de aperturar el campo 2 en abril de 2001.
Para el 2002 se extiende aún más el espacio al abrir el 3 y 4 y en un momento dado funcionaron todos a la vez, razón por la cual se llegó a aglutinar hasta 140 equipos, la cantidad más numerosa que se tenga razón en la actualidad.
Pero regresando un poco al nivel que llegó a promover, en los circuitos Tecate operó la Liga Clase Abierta (viernes y sábado) que catapultaron al softbol de Culiacán, pues a la par en el CCC se disputaban jornadas los lunes.
Ahí fue cuando el sofbol alcanzó su máxima expresión y detrás de ello estaba la mano del popular “Paly” Gutiérrez.
Sin lugar a dudas su liderazgo y facilidad de organización le permitió escalar responsabilidades de dirección que lo posesionaron como un símbolo del deporte de la pelota blanda.
Para nada está en tela de duda todo lo que aportaron desde Antonio Zazueta “Pachuco” Villa y pasando por Armando “Dumbo” Angulo, Manuel A. García Meda, Horacio Díaz López, Juan Castro, Miguel A. Peñuelas Paredes, entre otros, pero lo que entregó el “Paly” Gutiérrez, es punto y aparte.
En su juventud y solo para establecer lo fuerte que es aspirar y respirar softbol, el “Paly” Gutiérrez, el primer objeto deportivo que tuvo en sus manos fue un balón de futbol, que cuando se le confirió la responsabilidad de la custodia, lo guardaba celosamente hasta en tanto se le requería para jugar y, con la pertinente aclaración que llegó a militar en la Primera Fuerza.
Pero que definitivamente ese deporte no era su pasión, así que incursionó en el beisbol, boxeo, ciclismo, frontón (aceptó en su momento que jugó unas ´cascaritas´ con el “Tomatito” Ramírez y todas las perdía) y el boliche, este último, por cierto, el que le abrió el camino que lo condujo al softbol y que lo abrazaría hasta el último día de su existencia.
Su gran promoción le permitió sembrar en algunas generaciones el amor por este deporte.
Él se entregó en cuerpo, alma y corazón, y ahora con la vida, para ser pieza angular en el fortalecimiento que hoy se tiene no únicamente en Culiacán, sino a otros niveles de importancia.
En aquella entrevista que me concedió el “Paly” Gutiérrez, le pregunté:
¿Para usted, qué es el softbol y qué representa para la ciudad de Culiacán?
Y respondió:
--“Para mí, el softbol lo es todo. Yo jugué todos los deportes, menos el basquetbol, mientras que el softbol yo lo había jugado en la Universidad en un Intramuros, nada más, y lo veía en una Liga Femenil que hacían en el estadio de la Universidad. Estadio a reventar todas las noches, es decir, una liga que no la volví a ver, llena de éxitos, con mucha categoría”.
También en esa entrevista asentó que: “Cuando arribé al softbol no pensaba que sería tanto el gusto, como lo era por el boliche, pero esto (el softbol) fue moviendo mi inquietud y nunca pensamos que íbamos a sembrar un GIGANTE. El softbol se destapó cuando la Tecate abrió los campos, ya lo hacían en el CCC y Villa Universidad, y no creíamos, pero se activó la Tecate, abrimos más campos y se vino el mundo encima. Fue cuando tronó la bomba y el softbol dominó, como hasta la fecha, el escenario”.
Y haciendo referencia a su fallecimiento producto de un infarto, desde que inició la Pandemia del Covid-19, el “Paly” Gutiérrez prácticamente permaneció encerrado en su casa (al lado de su esposa) ambos cuidándose del virus y ello nunca les afectó ni los atacó, mientras tanto, su hija Sandra era quien se hacía cargo de administrar las instalaciones
También en aquella charla le preguntamos:
¿Cree que para usted es un tanque de oxígeno el softbol?
--“Pues fíjate que a lo mejor es lo que me tiene así, como estoy, parado, porque yo soy muy inquieto porque aquí me sobra que hacer. Estoy con la naturaleza prácticamente, mano a mano y el trabajo cotidiano me mantiene, no se me acaba, y hago una cosa y todavía no la termino y estoy pensando en la otra y así va…así va…”.
Pero en la actualidad estaba alejado del softbol y seguramente ese oxígeno que le producía estar en las instalaciones deportivas poco a poco se fue escapando del tanque, hasta que quedó vacío y fue llamado por el señor porque allá le hacía falta un personaje deportivo de cinco estrellas.
Con todos los honores fue despedido con un sencillo homenaje en el campo principal de la Tecate donde vivió y se entregó por escasos 30 años, pues a esos espacios arribó el 18 de octubre de 1992.
¡Descanse en paz un grande del softbol!
PARA SABER
La cifra más grande de recepción de equipos en una liga es de 140 y ello lo posee la Tecate.
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