Culiacán, Sin. Históricamente el softbol nació bajo la premisa que cualquier ser humano lo pudiera practicar, sea esto a nivel convivencia o competencia, y en ese sentido a través de los años, es el deporte que más adeptos a ganado.
Lo pueden practicar chicos y grandes; hombres y mujeres, personas normales, así como con capacidades diferentes.
Pero en el caso de éstos últimos faltaba solamente quién levantara la voz, quién los capitaneara, quién se llenara de paciencia, sabiduría y esperanza de que el trabajo a realizar, tarde que temprano, traería su recompensa, no para quien se haría cargo de dicha labor, sino para esos niños Especiales que requieren de una atención personalizada y de extremada conciencia.
En ese sentido fue que en Clarisa Isabel Pérez Rojo nació la inquietud que niños con Capacidades Especiales tuvieran su espacio propio para llevar a cabo la práctica del softbol, sobre todo pensando que están ligados a este deporte, dado que actúan como aficionados de familiares que lo juegan de manera normal.
Me tocó ver muchos niños en las gradas con diferentes Capacidades Especiales, entonces me di a la tarea de buscarlos y que hubiera familia interesada en formar equipos.
Pérez Rojo.
A raíz de ese proyecto que enarboló y que lo compartió con el presidente de la Asociación Estatal de Softbol de Sinaloa, Jesús Alfredo Lerma Martínez, al grado de cristalizarse un certamen estatal y que no se llevó a cabo a falta de apoyo de otros municipios, hoy todo ello es una realidad.
“Pues a partir de ahí inicié una pequeña convocatoria en la liga (EME) y me funcionó muy bien, incluso con las niñas que yo entreno salieron tres niños que son familiares de ellas y que me había tocado verlos por aquí y que por cuidados especiales los hacían a un ladito, los subían a las gradas. Por eso más que nada fue mi interés, porque yo veía muchos niños que podían tener la misma oportunidad de jugar, pero no tenían el espacio y ni quien les ayudara”.
Desde luego que esto ya permeó pues con tres meses ya de intensa labor, son más de 10 los niños que reciben los conocimientos cuidadosos de lo que es el practicar el softbol, según sean sus capacidades, y se puede observar la química que existe entre niños-padres-entrenadora.
¿En ese lapso qué avances observas en los niños y que te ha dejado a ti como experiencia?
--“Es una alegría enorme de ellos, incluso uno de los niños que practica aquí, cuando agarró un bat, lo primero que hizo fue voltear a verme y decirme que ya era un beisbolista”.
Pérez Rojo, con licenciatura de Psicología y Educación Deportiva, sostuvo que ella está viviendo una etapa maravillosa como entrenadora y que con esos seres especiales está aprendiendo cosas de la vida más allá de lo que se hace o lleva a cabo en el terreno de juego.
“La verdad venía a apoyarlos, a que ellos aprendieran, a que tuvieran la oportunidad y creo que todo eso lo estoy terminando por aprender yo”.
Y fue todavía más clara y precisa en este punto al destacar que no hace esto para que la admiren como persona, “al contrario, yo los estoy admirando a ellos por todas las oportunidades de vida que ellos mismos se están abriendo”.
Una sesión completa de entrenamiento --desde el estiramiento inicial, correr, catchar y batear-- en ocasiones interactuando con los niños, pudimos observar, marco en el cual Clarisa Pérez, siempre mostrando hacia sus jugadores un interés muy especial teniendo siempre las indicaciones correctas para que cada uno hiciera lo que se les estaba encomendando.
Por cuanto a la comunicación con los niños, porque ahí tiene concentrados a algunos en silla de ruedas, con autismo, entre otros, refirió que no se le dificulta porque ha aprendido a tener paciencia y sabe apoyarse en los padres de familia en el momento que se requiere.
“Me apoyo mucho de los padres de familia, nada más trato de explicarles a ellos, luego al niño y si veo cualquier detalle pues ya me acerco y la explicación se hace más personal tratando que el niño logre hacer las cosas”.
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Pérez Rojo manifestó que abrazó este proyecto con mucho entusiasmo y porque estaba segura que podía ser partícipe en el crecimiento –como personas—de los niños Especiales, pero que haciendo equipo con los padres (como se los propuso) los resultados serían más halagadores.
¿En algún momento te desesperas o te presionas por saber que se trata de una alta responsabilidad?
--“No, no, para nada. Sí llegan de repente niños en los que probablemente pensé que se nos puede dificultar un poquito, pero luego platico con los papás, me acerco con ellos a decirles que no se desesperen, que poco a poco los mismos niños van a ir agarrando confianza; es parte del trabajo que se hace aquí, ganarnos la confianza de ellos porque es difícil, dependiendo de la capacidad del niño”.
¿Qué mensaje les emites a los papás de estos niños con capacidades diferentes?
--“Que los apoyen, que hay muchas disciplinas deportivas, no solamente el softbol, a las que ellos se puedan inclinar, el que más les llame la atención a los niños, pero que los encaminen, que les den esa oportunidad, que se den el tiempo de llevarlos porque deportes hay muchos y ellos pueden llegar a ser grandes representantes”.
Asentó que hay muchos campos de acción para niños especiales dentro del deporte, pero que tienen que abrirles el camino dado que ellos dependen directamente de sus familiares.
“Si nosotros los encaminamos a algo que sabemos que les gusta, ese niño, a futuro, va a ser un buen deportista, un excelente ser humano y de bien para la sociedad”.
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