Ekaterimburgo.- Todas las “chingo….” realizadas en los dos primeros encuentros de la Copa del Mundo, se fueron por la borda y México regaló la peor exhibición tras ser apabullada de principio a fin por la furia vikinga de los suecos al son de 3-0, resultado que manda a los de Juan Carlos Osorio al segundo lugar del Grupo F y a la ciudad de Samara en donde esperará al líder del sector E por los octavos de final.
México fue una caricatura en toda la extensión de la palabra, no tuvo pies ni cabeza y menos descubrieron el plan B en busca de regresar al partido y marcador. Suecia desnudó al Tricolor, le quitó las máscaras y el maquillaje, finalmente hoy lució el verdadero nivel de los nuestros.
Pidiendo suplicios sobre la hora, México tuvo que recurrir hasta en favores coreanos, pues los asiáticos echaron a la campeona del mundo en tiempo agregado desde Kazán, dicha victoria favoreció al Tricolor y fue una gran manita, que a partir de hoy no necesita de discursos “chingo…” sino en la recuperación de un buen futbol como lo fue ante Alemania. A replantear lo que se viene.
EL JUEGO
Pese a existir un ambiente positivo y bajo la premisa de que Juan Carlos Osorio repitió a sus once guerreros, algo histórico en el tema de las rotaciones, México inició el duelo con el rosario en la mano.
Los pupilos de Osorio sufrieron más de lo esperado, en fracción de cinco minutos vieron de todo como la amonestación de Gallardo al segundo trece y sendas llegadas por Berg y Forsberg que pasaron un poco desviado, además de la oportuna intervención de Ochoa, quien fue bien por las alturas y hasta en el trallazo del número 10 de los vikingos en tiro libre.
Fuerte fue el comienzo de los europeos, quienes no tenían de otra más que sacar la victoria. Bien estudiado tenían al equipo de Osorio que le costó trabajo llegar al mediocampo. Fueron casi quince minutos de turbulencia para los nuestros que vivían los minutos más complicados en lo que va de Rusia 2018.
Sin posesión del campo y menos de la pelota, los aztecas no desplegaban líneas, pero no fue sino hasta el minuto 16 y en la recuperación de un balón, que Lozano y Hernández realizaron pases para llegar a la puerta del rival, y en el último tramo Carlos Vela mandó su trallazo por un lado. Al fin México dijo presente en el partido.
Suecia no regalaba espacios ni espaldas, estaban bien ubicados, pero al momento de caer en la distracción llegaban las patadas para el ágil “Chucky” Lozano. Osorio pedía garra e intensidad, pero lo más importante era ponerle hielo al juego mediante el balón a ras de pasto, ya que por las alturas tenían todas las de perder.
Los vikingos seguían en el guión: presionar las salidas y los espacios, así que Chícharo cometió una clara mano dentro del área en la que Pitana se compadeció al no pitar como penalti, pese a la revisión mediante el VAR, México fue perdonado y Suecia estaba más que enojado.
Hernández no pudo creer su equivocación y recobró el aliento a la hora en que él y todo México fueron perdonados. Enseguida, Suecia metió el acelerador y mediante otro tiro de Berg, Ochoa confirmó su gran nivel, el meta se batió y mandó a tiro de esquina.
El vendaval amarillo nunca se cansó, una y otra vez presionaban, México sufría más de la cuenta y lo único que esperaban era que llegara el entretiempo para calmar la energía del rival y recomponer la situación. No obstante, el mismo Berga se abría paso entre Moreno y Salcedo y nuevamente avisaba.
Herrera y Guardado no podían controlar el embate, la lateral de Gallardo fue la más exigida y Osorio pedía la hora para ir a las regaderas. Nuevamente destacable lo realizado por Lozano y Vela y Ochoa, quienes estaban a la altura de las torres amarillas.
Reanudado el complemento, llegaba lo peor para México. Nuevamente el nerviosismo azteca se traducía y es que la floja marca a nivel defensivo permitió el primer gol sueco con un gran cruce de Augustinsson, quien aprovechó cómo únicamente lo miraba Edson Álvarez.
Enchufados, los suecos iban por más, nuevamente tenían a México sobre la cuerdas, por lo que Moreno perdió la espaldas y se llevó entre las piernas al habilidoso Berg, penalti inobjetable que mandó a guardar el capitán, Andreas Granqvist. El Tricolor regalaba el peor partido en Rusia 2018.
Anulados, sin ideas de salida, menos sin la posesión del balón y campo, México sacaba la calculadora y televisor para saber lo que ocurría en Kazán entre alemanes y coreanos. El plan A o B no despertaba, Fabián a escena en lugar de Gallardo y Layún bajaba a la lateral en busca de tener el balón.
Aunque lamentablemente no fue así. La mala tarde de Edson Álvarez se tradujo en autogol en el intento por desviar, con la pierna vacunó a Ochoa que veía su cuarto gol en esta Copa, pese a su buen rendimiento.
México ya no estaba concentrado en el duelo, le importaba más lo que se jugaba en Kazán entre Alemania y Corea, “Tecatito” entró al juego, pero ya todo estaba resuelto. Los minutos finales eran completamente cardiacos, todos estaban preocupados por lo que ocurría en Kazán.
Los aficionados no les interesaba lo que pasaba entre aztecas y vikingos, a través de su celular seguían el detalle entre alemanes y coreanos, y para muestra el momento en que el coreano Kim Youngggwoon anotaba pese al dramatismo del VAR.
El festejo en las tribunas se asemejó al momento en que el Tricolor anotaba, el gol les daba los tres puntos a los asiáticos sobre el campeón del mundo que dejaba su corona. El duelo terminaba en Ekaterimburgo y poco importaba, eran más las emociones que estaban Kazán, ya que Alemania iba en busca del empate, pero Son Heungmin redondeó el marcador en descolgada. Las tribunas aztecas lo festejaban como si se tratara de Lozano o Hernández, sabían que la victoria le daba e pase a México a los octavos de final.
Dramatismo y dependencia fue lo que vivió el pueblo mexicano, pues en esta ocasión la Selección “no rifó, no fue chingo…”