Desde muy temprano Ricardo llegó a La Noria para despedirse de jugadores, trabajadores en La Noria y de la directiva de Cruz Azul.
Con una charla que duró poco de 30 minutos fue donde Peláez expuso a Billy su malestar por las decisiones que están tomando y con ello presentó su renuncia.
Por la noche se desató una discusión entre el vicepresidente de la institución, Víctor Garcés y el director deportivo, Ricardo Peláez.
Y es que mientras Garcés exponía su perspectiva con temas relacionados a los Cementeros, Peláez se comunicó al programa televisivo en el que estaban para replicar lo asegurado por el otro directivo.
Conforme avanzó el debate, las declaraciones fueron más acaloradas, al grado de que Ricardo puso sobre la mesa públicamente su renuncia.
Peláez le echó en cara a Víctor el no haber hecho acto de presencia durante año y medio en los asuntos relacionados con el club, mientras que Garcés le replicaba el hecho de su intromisión en temas económicos y la falta todavía del título de Liga, al grado de echarle en cara que le cambiaría todas las copas que ya ganó por el campeonato que terminé con el ayuno de casi 22 años.