Culiacán, Sin.- Desde el año 1990 a la fecha, cuando fue creado el Salón Internacional de La Fama del Boxeo en Canastota, Nueva York (EEUU), un total de 17 pugilistas mexicanos, en base a sus logros de corte mundial en sus respectivas carreras, han sido entronizados.
En el citado recinto están Inmortalizados un total de 139 boxeadores y cuya lista la encabeza el considerado más grande de este deporte, Muhammad Alí, quien obtuvo foja de 56-5 con 37 nocauts a favor.
Durante ese año de apertura ingresaron 20 peleadores, 16 de ellos de ascendencia estadounidense y el único mexicano entronizado fue José Ángel “Mantequilla” Nápoles, de ascendencia cubana, quien dejó cifras de 81 triunfos (54 por Ko) y siete derrotas.
“Mantequilla” Nápoles, llegó a México procedente de Cuba a principios de los 60, se nacionalizó mexicano, ha sido el mejor peleador extranjero que ha venido a nuestro país. Tenía todas las cualidades y virtudes para un peleador de excelencia, todos los peleadores de su categoría le ´sacaban´ la vuelta hasta que muchos años después de su debut, le dieron la oportunidad de pelear por el campeonato del mundo derrotando al norteamericano Curtis Cokes y defendió la corona welter en contadas ocasiones.
Para 1991 fueron considerados a tal honor Rubén “Púas” Olivares (89-13-3, 79 nocauts) y Salvador Sánchez (44-1-1, 32 por la vía rápida).
El famoso “Púas”, del Barrio de La Bondojo en el DF, fue un peleador espectacular y con una pegada increíble para ser peso gallo. Fue Campeón Mundial y defendió su corona varias veces.
“Sal” Sánchez, un peleador muy completo, del estado de Querétaro, muy disciplinado, que se encumbró al estrellato cuando venció en Las Vegas al puertorriqueño Wilfredo Gómez.
Su única derrota fue en Mazatlán ante “Toño” Becerra, lamentablemente falleció en un accidente de carretera. Le gustaba la velocidad.
El turno le tocó a Carlos Zárate en 1994, mismo que alcanzó números de 66-4-0, entre ellos 63 nocauts.
El “Cañas” de Tepito, de estilo muy parecido a Rubén Olivares, fue Campeón Mundial Gallo y defendió el título en varias ocasiones, una de sus defensas fue en esta ciudad en el estadio Ángel Flores, noqueando en siete rounds al africano-japonés Philips Nakayama.
Miguel Canto (61-9-4, 15 Ko) arribó al recinto de honor en 1998.
“El maestrito yucateco”, fue el mandón en la categoría de los moscas, fue Campeón Mundial y defendió el título más de 10 veces. Tenía un fino boxeo, pero sin punch, era un excelente estilista.
Llegó el 1994 y el espacio de los Inmortales ya esperaba a Vicente Saldívar, cuya marca fue de 37-3, 26 de esos éxitos culminados por la vía del cloroformo.
El zurdo de oro en la época de los 60 fue un peleador muy completo que siempre iba para adelante sin dejar de tirar golpes. Se coronó en peso pluma en el DF en El Toreo de 4 Caminos, en una trepidante pelea contra Ultiminio Ramos, defendió su título varias veces, pero se tiró a la farándula, haciéndose famoso por sus amoríos con artistas conocidas en el medio.
Por esa razón perdió su título, después realizó pocas peleas antes de retirarse joven, pero sin condición física ni muchas aspiraciones.
El 2001 fue el año de Ultiminio Ramos (55-7-4, 40 nocauts).
El apodado “Sugar” Ramos, llegó junto a “Mantequilla” Nápoles, de Cuba, en los 60, fue un pelador muy poderoso, con una pegada mortífera. Resultó Campeón Mundial Pluma logrando defender el título en varias ocasiones y que finalmente lo perdió a manos de Vicente Saldívar.
José “Pipino” Cuevas se abrió paso para formar parte de la rica historia del boxeo mundial en el 2002 luego de forjar números de 35-15, 31 de esos éxitos por la vía del cloroformo.
“Pipino” Cuevas, peso welter era de una pegada muy fuerte, con poca técnica. Sus triunfos se basaban en su golpeo, fue Campeón Mundial, lo defendió varias veces y lo perdió ante Tommy “La Cobra” Hearns, recibiendo muchos golpes.
Ha sido muy disciplinado en su vida personal.
El 2004 fue benéfico para México pues llegaron al sagrado recinto dos grandes exponentes como lo son Carlos Palomino (31-4-3, 19 Ko) y Daniel Zaragoza (55-8-3, 28 noqueados).
Palomino, no es mexicano de nacimiento, es nacido en USA, pero de padres mexicanos (Pocho).
Su carrera la hizo en el área de California y New York, no fue ídolo para México por su origen, pero resultó Campeón Mundial Welter.
En tanto que Daniel Zaragoza, el ex medallista olímpico, fue excelente boxeador en varias categorías. Con un boxeo aceptable y poco punch, su virtud era llegar bien preparado a sus peleas.
El 2006 quedó reservado para el gladiador Humberto “La Chiquita” González, cuyos números al final de su carrera fueron de 43-3, 30 de ellos a través del nocaut.
“La Chiquita” González, del barrio de La Merced en el DF, fue un minimosca de muy baja estatura, pero con gran agresividad, mucho punch, noqueador nato. Fue Campeón Mundial y defendió su título varias veces.
Muy disciplinado y siempre llegaba bien preparado a sus peleas. Su dinero ganado lo invirtió en bienes raíces y en una cadena de carnicerías.
Hasta ahorita el único pugilista mexicano en el Salón Internacional de La Fama del Boxeo que colgó los guantes con foja invicta (51-0-1), Ricardo López, fue exaltado en 2007.
“Finito” López, del DF, quizá uno de los mejores boxeadores mexicanos con mejor técnica para boxear, no era noqueador, pero con fino estilo y certero, tenía para ganar sus peleas. Fue Campeón Mundial Paja y lo defendió varias veces y no hubo nadie quien lo derrotara.
Todo un ejemplo como boxeador, muy preparado académica y culturalmente y actualmente es comentarista de TV.
Fue hasta el 2011 cuando de nuevo se abrieron las puertas de dicho recinto para ver el ingreso de uno de los boxeadores más prolíferos que ha producido México, ello en la persona de Julio César Chávez González.
Su impresionante récord fue de 107 triunfos (86 por la vía rápida), seis derrotas y par de empates.
JC Chávez es uno de los cinco mejores peleadores de todos los tiempos a nivel mundial.
Un fuera de serie, lamentablemente no le tocaron los grandes sueldos que pagan en la actualidad, fue el mejor en su época que muchos que en el presente cobran mucho dinero.
Tarde, pero también arribó a la Inmortalidad Guadalupe “Lupe” Pintor, sucedió en 2016 una vez que estableció números de 56-14-2 sobresaliendo 42 definidas por la vía del cloroformo.
“Lupe” Pintor, El Grillo de Cuajimalpa, un aguerrido boxeador de peso gallo y pluma, compañero de establo y de época de Carlos Zárate, con un punch demoledor y un fino boxeo.
Fue Campeón Mundial y defendió su título varias veces, resultó muy responsable en sus peleas y siempre iba hacia adelante, su golpeo era muy certero y demoledor.
Marco Antonio Barrera con marca de 67-7, incluidos 44 por la vía del cloroformo vio la luz de la Inmortalidad en 2017.
Barrera, El Seminarista, del D.F., fue un peleador muy serio, con fino boxeo y fuerte punch. Siempre llegaba bien preparado a sus contiendas, se erigió Campeón Mundial Pluma e hizo una serie de defensas.
Ha sido muy disciplinado en su vida personal y actualmente es un exitoso comentarista en TV.
Erick Morales fue exaltado en 2018 luego de alcanzar foja de 52-9 derribando antes del límite a 36 rivales.
El oriundo de Tijuana, de un estilo ortodoxo pero efectivo, siempre hacia adelante con poco punch, pero encimoso.
Sin buena defensa, recibía muchos golpes, pero fue el primer mexicano en vencer a Manny Pacquiao.
Obtuvo corona mundial, aunque con pocas defensas.
Esta lista, hasta el 2020, la cierra otro de los grandes mexicanos del cuadrilátero, Juan Manuel Márquez quien dejó registros de 56-7-1, 40 de ellos los definió antes del límite.
Márquez, quizá uno de los peleadores más completos que ha habido, pero sin mucha proyección, no tuvo buenos representantes.
Fue un boxeador con todas las virtudes y cualidades que debe poseer un buen pugilista. Se hizo conocido por las cruentas peleas que sostuvo frente a Pacquiao. Perdió la primera, le robaron la segunda y en la tercera le propinó un espectacular Ko al filipino para que no quedara duda.
PARA SABER
EN 1990 con la entronización de 20 Inmortales, entre ellos Muhammad Ali, nació el Salón Internacional de La Fama del Boxeo.
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