PRIMERA PARTE
Culiacán, Sin.- Toda una institución del beisbol y habiendo incursionado en el profesionalismo, Gilberto “Gilillo” Villarreal Solís (qepd) dejó un gran legado, tanto por lo conseguido dentro y fuera del terreno de juego, que en esta ocasión sus familiares desearon compartir con los amantes del Rey de los Deportes.
En esa década de los 40s, actuó con conjuntos como Dorados de Chihuahua, Diablos Rojos del México, Venados de Mazatlán y con la novena de sus amores, Tacuarineros de Culiacán en la desaparecida Liga de la Costa del Pacífico.
Y la historia la describe así su familia en esta primera entrega:
“Gilillo” nos confesó que, aquella noche, él estaba un poco nervioso. Esto era porque él tenía temor de no hacer llegar la bola con la suficiente potencia hasta el catcher. Su nerviosismo previo al evento no era injustificado.
Cuando uno llega a la gloriosa edad de 92 años, las fuerzas se van yendo del cuerpo y uno ya no tiene la misma flexibilidad ni velocidad que se esperan de un hombre que consagró su vida al deporte, sin embargo, “Gilillo” estaba decidido a dar una buena actuación.
Precisamente, dar una buena actuación fue siempre su compromiso, el cual respetó fielmente a lo largo de su magistral carrera como beisbolista profesional en las décadas de los 40s, 50s y 60s del pasado siglo.
Fue también gracias a su compromiso y su entrega como entrenador deportivo que la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) obtuvo en 1982 su primer Campeonato Nacional de Beisbol a Nivel Estudiantil de Escuelas Superiores.
No podía quedar mal. Él iba a hacer llegar la bola a su destino a como diera lugar, por ello, después de concluidas las formalidades, los saludos y las fotografías, “Gilillo”, ya en el centro del diamante, con la afición a la expectativa y con los medios transmitiendo en vivo, se limpió los anteojos y se concentró para ejecutar su plan:
Bajándose del montículo del pitcher, dio unos cuantos pasos firmes al frente y, haciendo uso de todas sus fuerzas, lanzó su proyectil al catcher guinda. La esférica dio justo en el blanco, el aplauso de la multitud no se hizo esperar.
Misión cumplida. Era el 25 de octubre de 2019. Ese día fue una ocasión muy especial para su familia, pues a Gilberto Villarreal Solís, mejor conocido como “Gilillo” por sus amigos y sus admiradores, se le concedió el honor de realizar el primer pitcheo ceremonial que diera inicio a la llamada Serie Retro 2019-2020 de la Liga Mexicana del Pacífico en el Estadio de los Tomateros de Culiacán.
Fue una noche de celebración, con los Tomateros dominando al equipo visitante, los Mayos de Navojoa, con un merecido 8-3 en el primer juego de la temporada.
El motivo de la invitación extendida a “Gilillo“, fue en conmemoración de aquel lejano sábado 27 de octubre de 1945, en el que se dio el banderazo de inicio a la primera temporada de beisbol profesional en el noroeste de México en el marco de la legendaria Liga de la Costa del Pacífico (1945-1958), con juegos en Culiacán y Hermosillo y donde él mismo, fue el primero al bat por Culiacán.
Este evento arrancó con una magna ceremonia de inauguración, siendo los dos equipos que abrieron en Culiacán, los desaparecidos Ostioneros de Guaymas y los entonces llamados Tacuarineros de Culiacán. Al mismo tiempo, los otros dos equipos participantes, los Venados de Mazatlán y los Presidentes de Hermosillo abrirían la temporada en la capital sonorense.
El lugar del evento deportivo en Culiacán fue el Estadio Universitario de la UAS, contando entonces con la participación y el apoyo de cerca de tres mil aficionados. En aquella ocasión, el lanzamiento de la primera bola fue responsabilidad de Alejandro Aguilar Reyes, mejor conocido como “Fray Nano”, famoso cronista deportivo capitalino y cofundador de la Liga Mexicana de Beisbol, la primera liga profesional de beisbol en México.
Fue en ese día cuando Culiacán estrenó por primera vez los colores guindas, a propuesta de Don Héctor Peña Bátiz, socio fundador de la Liga. Con esto, él hacía referencia a los colores del Instituto Politécnico Nacional, fundado por su tío, Juan de Dios Bátiz Paredes.
El line up de Culiacán para este legendario encuentro incluyó a “Gilillo” Villarreal en la segunda base, David “Llorona” Ocampo en la
tercera, Jesús Mora como receptor, Blas “Máscara” Guzmán en el short stop, Jesús “Mú” Núñez en el jardín derecho, Manuel “Negro” Morales en el jardín central, Francisco Sosa en el prado izquierdo, Guadalupe Ortegón como pitcher y Rodolfo Sánchez en la primera base.
El legendario Manuel “Shorty” Arroyo fue el responsable de dirigir al equipo de Culiacán. Por su parte, el line up presentado por el manager de los Ostioneros, Agustín Bejerano, incluía a Ambrosio Camacho en la segunda base, Salvador “Rata” Vargas en el terreno corto, al propio Agustín Bejerano en el jardín central, Filomeno Ríos en la tercera base, Alfredo “Moscón” Jiménez en el prado derecho, Manuel Ríos en la primera base, Julio Alfonso como pitcher, Joaquín “Mago” Robles en el jardín izquierdo, y Luis Villanueva como receptor.
Carlitos López Alvarado fue el umpire principal.
En palabras de “Gilillo”, fue un partido difícil para Culiacán, con Guaymas amenazando desde la primera entrada y su primer bateador, Ambrosio Camacho, llegando hasta la tercera base.
Por otro lado, Culiacán fue retirado en orden en el primer episodio. Ya en la segunda entrada, Guaymas fue dominado, mientras que Culiacán se apuntaba su primer hit, salido de Blas “Máscara” Guzmán.
Con caja llena en el tercer episodio, Ortegón fue capaz de dominar a Filomeno Ríos con un elevado al jardín central, evitando mayor daño. Julio Alfonso, el pitcher cubano estrella, dominó a los siguientes 14 bateadores de Culiacán, hasta que “Gilillo” Villarreal, en la sexta entrada, se lograría colar a la primera base por error de Manuel Ríos.
Puedes leer: Fallece el Inmortal Gilberto "Gilillo" Villarreal
En la novena entrada, Alfredo Jiménez abrió con hit al derecho, robándose la segunda base. Manuel Ríos fue dominado, pero Julio Alfonso produjo un hit al derecho anotando la primera carrera del encuentro, seguido de Luis Villanueva, quien bateara triple entre central y derecho, empujando la segunda carrera del triunfo.
En entrevista con Jorge Luis Télles, “Gilillo” confesó: “jugamos prácticamente con puros peloteros locales y Guaymas pues ¡traía un equipón! Julio Alfonso era el mejor pitcher del beisbol mexicano en aquel momento y nos tiró una blanqueada: perdimos 2-0”. Así es esto del beisbol.
Pero, para “Gilillo” y su equipo, darse por vencidos no era lo suyo y a la mañana siguiente, recuperados del descalabro, llegaría la revancha de Culiacán con la victoria de los Tacuarineros sobre Guaymas por 6-3 con pitcheo de Manuel “Negro” Morales.
Así comenzó la Liga de la Costa, que duró hasta 1958 y en la cual Culiacán se coronó campeón en cinco de las 13 temporadas que duró.
¡Qué orgullo ser hijos de un padre que tuvo el honor de ser el primero al bat en el primer juego de pelota profesional en nuestra región!
¡Qué privilegio también tener un padre que, durante su carrera, escribió historia en las páginas del beisbol profesional de nuestro país!
Puede que “Gilillo” se nos haya adelantado en el camino, ¡pero sus proezas como beisbolista profesional, su entrega como entrenador deportivo y su dedicación como padre de familia, hacen eco en la eternidad! Nuestro más sincero agradecimiento al Club de Tomateros de Culiacán por todas sus atenciones con él durante todos los años de su ilustre vida.
¿Recuerda usted alguna de las anécdotas de “Gilillo” Villarreal o vivió junto con él algún momento memorable? ¡Entonces, póngase por favor en contacto con nosotros! Escriba un correo a: egarcia060282@gmail.com. ¡Muchas gracias! (Autor: Dr. Enrique García Villarreal).
Te recomendamos el podcast ⬇️
Lee más aquí ⬇
