Culiacán, Sin. - Si existe una madre de familia que se sienta orgullosa de que todo el esfuerzo moral, educativo y económico que ha realizado en aras de un crecimiento profesional de sus hijas en el terreno deportivo, sin lugar a dudas lo es María Elena Ramos Lorenzo.
Y es que tal es la dicha de ella que actualmente sus hijas Rossy Anahy (20 años) y Karen Michelle Lizárraga Ramos (15) están defendiendo los colores de México en diferentes certámenes Internacionales de Softbol Femenil.
Mientras María Elena realiza sus labores cotidianas para 'sacar’ el sustento económico y poder sobrevivir, Anahy participa con México en los Juegos Panamericanos de Lima, Perú, en tanto que Michelle a sus 15 años de edad ya toma parte en su primer Campeonato Mundial XIII U-19 que tiene como sede Irving California, EEUU portando los colores verde, blanco y rojo.
Así de afortunada es María Elena, progenitora de dos prometedoras jugadoras que a temprana edad ya ponen en todo lo alto el nombre de Culiacán, Sinaloa y de México.
Ramos Lorenzo no resultó una jugadora extraordinaria sobre el terreno de juego, pues apenas tuvo la oportunidad de mostrar sus habilidades por espacio de cinco años, retirándose producto de una lesión en su rodilla izquierda.
Cierto, se retiró del terreno de juego, más no del softbol en sí y eso le bastó para ser la inspiración principal de su hija Anahy que ya la acompañaba a cada uno de los juegos.
Dicho coloquialmente, la semilla que en su momento sembró, empezó a generar los frutos que hoy se pueden observar como toda una realidad, pues las jovencitas fueron formadas para que tuvieran la capacidad de llevar sobre sus hombros la responsabilidad de representar al país entero.
Lo máximo que espero de ellas es que sigan igual de sencillas, responsables, que cumplan todos sus metas que tienen vistas, que para eso nosotros como familia estamos aquí, lo que ellas quieran alcanzar, lo que se han propuesto.
María Elena
Estableció que sus hijas van por etapas, cada una tiene sus metas y que en el caso de Anahy su mayor reto es alcanzar los Juegos Olímpicos, mientras que Michelle va por ese camino donde precisamente su admiración principal es la hermana mayor, “es su espejo, es su motor”.
“Yo qué más puedo pedir. Han llegado a donde ellas quieren llegar, han conseguido su propio éxito, se han abierto camino, quienes las conocen saben que son niñas muy disciplinadas”.
En cuanto al sentir de madre, el saber que sus hijas están representando actualmente al país, destacó que es un orgullo inmenso, que se siente la progenitora más afortunada del mundo al contar con dos hijas brillantes, “son buenas en lo que hacen y se les ha reconocido y el hecho de que representen a México es algo maravilloso”.
María Elena, de oficio Enfermera Quirúrgica desde 1998, consideró que el trabajo de sus hijas resulta muy importante por el buen nivel que han adquirido ambas con una trayectoria de mucha preparación y perseverancia donde papel muy importante también han jugado sus entrenadores de vida como son Roxana Santacruz, Clarisa Pérez y Jorge Germán “Chino” Corvera Rojo.
¿Han valido la pena los sacrificios que como madre ha realizado?
--Claro que sí, aunque ahorita tengo casi tres meses que no veo a Anahy, eso es algo que (se le quiebra la voz) trabajo mucho en mí, en estar diciendo ella está feliz, está contenta, de ver las fotos cuando se está riendo, que está disfrutando lo que está haciendo, eso nos satisface mucho a nosotros. Vemos que Anahy deja muchas cosas por hacer y más de la familia.
María Elena
“Ahorita que las dos están fuera pues es algo para mi algo muy pesado, pero a la vez estoy feliz pero con sentimientos encontrados. Yo soy apegada a ellas, pero trabajamos mucho la psicología porqué Anahy es la que más se ha ausentado. Esta salida de ellas ha sido la más extensa para nosotros”.
Y desde luego que otro tipo de acciones que enfrentan, en este caso para sacar adelante todos los procesos previos que llevan a cabo sus hijas, aparte de cuando ya son electas para selección nacional, es el tema económico, y sobre ello sostiene que una de las razones principales es que tanto ella como su esposo Ricardo Lizárraga Flores (Comerciante de Pinturas) trabajan.
Ambos trabajamos, de ahí sacamos algo. Cuando Anahy inició en el softbol sí batallamos mucho para los viáticos, a concentraciones, Mundiales, pero ya como fue pasando el tiempo el ISDE nos ha apoyado, además de personas que la conocen y el CMS. Ahorita Michelle, gracias a Dios ha tenido mucho apoyo, pero sí nos hemos visto poco ajustados, pero para eso estamos, trabajamos para ellas.
Ramos Lorenzo
¿Esos cinco años que usted jugó, le sirvió en algo a las niñas?
--“Creo que sí, por eso Anahy decidió a meterse al softbol, tenía 6-7 años, su primer juego fue a los 8 con Roxana (Santacruz). Pienso que sí le gustó porque abrazo el entrenamiento para hacer un buen papel y cada vez se prepara más”.
Más adelante añadió que también al ver grandes jugadoras como Gloria Borrego, Clarisa Pérez, a la misma Roxana como buena entrenadora, se fue generando más pasión “y ella me decía que su sueño más grande era participar en un Panamericano y ya se le hizo”.
Por cuanto a Michelle, no nacía cuando Anahy empezó a jugar softbol, a ella le dio por jugar beisbol (bajo las instrucciones de Ricardo Villalobos) y después se inclinó por el softbol, aunque también le apasiona el atletismo (lanzadora de jabalina).
Anahy ha participado en el Mundial Juvenil en Oklahoma, Mundial en Florida, Centroamericanos, Copas Irving y Panamericanos.
Cinco los años que jugó solamente María Elena quien hubo de retirarse debido a una lesión en su rodilla izquierda.
FRASE
MARÍA ELENA RAMOS LORENZO
“Son buenas en lo que hacen y se les ha reconocido y el hecho de que representen a México es algo maravilloso”.
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