Cuando se empieza a practicar un deporte no siempre se piensa en la grandeza, muchas veces solo por ejercitarse, sin embargo conforme se avanza crece la pasión, escalando desde jugador, manejador, hasta llegar a patrocinador.
Con una amplia y rica trayectoria de 50 años, Pedro Tapia Arellano ha sido parte del crecimiento del beisbol en varios circuitos de Culiacán y Navolato, desde categorías infantiles hasta la más fuerte, la Liga Japac Clase Abierta.
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Esta pasión por el llamado “Rey de los Deportes” la comenzó en su niñez, en ese entonces promovidas por el “Pachuco” Villa, empezando por la categoría infantil, hasta la segunda fuerza en el Francisco de la Rocha, también pasó por la universitaria, en donde también se convirtió en coach y posteriormente patrocinador.
En su época de estudiante participó en la Liga Universitaria y además jugó en la Liga Japac de primera fuerza.
A lo largo de su carrera como jugador y entrenador, ha cosechado 4 campeonatos en Segunda Fuerza Especial, 2 en tercera fuerza, 2 en infantiles y 5 en juveniles, teniendo un gran camino en el beisbol.
¿Cómo empezó a jugar beisbol?
Todo esto empezó con sus amigos en el barrio, ya que en las calles de la colonia Tierra Blanca en Culiacán había un equipo llamado Los Leoncitos el cual fue el primer equipo en donde participó en las ligas infantiles.
“Nos juntábamos en la colonia y hacíamos careada era muy difícil tener los arreos, jugábamos descalzos”, comentó en sus inicios en el beisbol.
“Siempre me emociona agarrar un bat o un guante, es algo que me apasiona mucho” expresó.
50 años de trayectoria en el rey de los deportes
Una gran vida se la ha dedicado a esta disciplina que le apasiona muchísimo, pues también ha recorrido algunos de los estados de la República Mexicana representando a Sinaloa dentro de los nacionales, pues su gran trayectoria lo ha llevado a Tijuana, en donde llegaron por dos ocasiones a las semifinales y Lagos de Moreno.
“Es una de las bonitas experiencias que he vivido porque nos toca convivir con jugadores de todas las partes de la República y es una sensación bonita” comentó.
Experiencia como jugador
“La alegría que te da el deporte y amistades, es el motivo por el cual me gusta mucho, pero a través de mi experiencia hubo un momento que más me ha marcado, ya que recibí un golpe muy fuerte en donde todavía traigo la cicatriz, fue en la liga juvenil, en un encontronazo con el centro filder, pues me abrió hasta la cara al llegar al hueso”, recordó ese momento.
Experiencia como manager
“Como entrenador te puedo decir que respeto a los que conforman el equipo, a jugadores, patrocinadores, directivos de ligas, ampayer a ellos le debo todo junto con mi familia, que siempre me han apoyado. Mi esposa, hijos y nietos que siempre están, la confianza de todos para formar una gran familia”.
Reconocido en el beisbol de Navolato
El hijo adoptado por Navolato vivió uno de sus grandes momentos sobre el terreno de juego que él jugaba, pues le hicieron un reconocimiento a esa gran labor que él realiza sin pedir nada a cambio.
Tapia Arellano es un hombre que ha apoyado al beisbol por cuatro décadas, particularmente entre las comunidades del municipio, en donde se inauguró la Tercera Temporada de Beisbol de la Liga Juvenil e Infantil de Navolato, afiliada a la Región III, donde concursan 18 escuadras distribuidas en las diversas categorías.
Tapia Arellano, entre sus más de 50 títulos que ostenta como manager en diversas categorías, sobresalen dos Estatales que ha propiciado a Navolato en el nivel de Primera Fuerza.
Cinco más como coach de Marcial Zazueta con Taller El Capule y misma cantidad como estratega oficial de FCA UAS-Manjarrez Impresores (tres) y Bachimeto-Manjarrez Impresores (dos), todos en la Liga de Beisbol JAPAC de Primera Fuerza.
Durante la ceremonia estuvieron presentes autoridades ejidales, municipales, de las ligas hermanas Culiacán Recursos, Humaya, Tres Ríos, así como de la Región III.
50
Años lleva Pedro Tapia Arellano metido en el beisbol
Para saber:
Recuerda que aún tiene una cicatriz tras un encontronazo en donde se le abrió hasta la cara al llegar al hueso
