Culiacán, Sin.- Desplegar una actividad deportiva a través de 40 años de manera ininterrumpida para cualesquier ser humano no es un proceso fácil considerando que a través de ese tiempo se presentan muchos imponderables en la vida.
Ahora bien, tratándose de una mujer, se torna en ocasiones un objetivo difícil por el rol que juega ante la sociedad, por cierto, muy diferente al del hombre.
Los tiempos de las mujeres son divinos, llega el momento en que deciden contraer matrimonio, formar un hogar, luego procrear hijos y finalmente brindarle toda la atención que requieren a los vástagos para formarlos como seres humanos de bien.
Todo ello es muy complicado y en esa posición se encuentra una mujer muy especial que resulta un referente para el softbol, disciplina a la que llegó a los 13 años de edad y, de ahí en adelante, se ha entregado en cuerpo y alma, con verdadera vocación, siempre buscando ser el mejor ejemplo para las niñas y jóvenes.
Nos referimos, y con todos los honores a Jazmín Rábago Espinoza, la jugadora con más años desplegando derroche de calidad como ser humano y pelotera en los diversos campos de softbol que existen en la ciudad, donde acude a cumplir con la responsabilidad que en su momento ha contraído.
A ella no la ha detenido nada, ni cuando proyectó convertirse en madre de familia. Cuatro embarazos y jamás dejó de jugar aún y sabiendo los riesgos que corría, pero todos ellos llegaron a feliz término.
Dicho en otras palabras, Rábago Espinoza (con participación de un sin fin de nacionales de Primera Fuerza y Máster, principalmente, con la cosecha de grandes éxitos; Internacionales y Torneos Olímpicos) simplemente es una guerrera del softbol, un ejemplo de perseverancia, el espejo en el cual muchas mujeres quieren verse reflejadas.
¿Y cómo nace tu deseo por el softbol?
Siempre he sido deportista, yo jugaba voleibol, era instructora de patinaje, estaba en un equipo de valet de patinaje artístico donde daba clases, entonces mi hermana me dice que ocupaban una tercera base en el equipo de Confía, entonces dije iría a ver si me gusta, de hecho yo de chiquita jugaba beisbol en la calle, entonces ya sabía qué era pegarle a la pelota, correr, catchar, me vio él manager y me dijo te quedas.
Y el cómo hacerle para todavía, pese a sus 40 años practicando el softbol de manera organizada, mantenerse activa, pero sobre todo, sana y sin lesiones.
Es mi pasión, yo no tengo ningún otro vicio que jugar softbol, practicar softbol, a mí no me gusta el alcohol, no me gusta fumar, no me desvelo. Siempre he sido muy dedicada y ya lo traigo. Es mi pasión; en cuanto despertaba yo siempre pensaba lo que es softbol.
Rábago Espinoza
Ahora bien, situación que la distingue por el resto de las softbolistas que en su momento han tomado la decisión de ser madres de familia, es que Jazmín Rábago no midió peligros, con todo y embarazos muy avanzados, ella decidió jugar pese a que en riesgo estaba su salud y la de su producto.
Incluso, sostuvo que con tres meses de embarazo de su hijo Kennedy Borrego (33 años) acudió a un nacional de Primera Fuerza a Ciudad Obregón, y que se barría de manos, que le pegaban pelotazos y que no lo veía como un impedimento porque se sentía fuerte y sana.
“En ese embarazo, ya para parir de nueve meses, el equipo (liga local) en que jugaba no se completaba y me metí a batear y tapaba el home con la panza y terminé pegando de hit. Arribé a primera y luego llegó otra jugadora y ya me sacaron. A los días tuve a mi hijo”, recalcó.
Y esa práctica se repitió con sus tres vástagos restantes, por cierto su hija Kennya de 24 años, tuvo la fortuna de participar en un Campeonato Mundial Juvenil de Softbol.
¿Qué siente Jazmín por ser la jugadora con más años en activo dentro del softbol?
--“Me siento muy honrada, feliz porque a pesar de mis 52 años sigo dando guerra, porque me siento una guerrera, lo he demostrado dentro y fuera del campo. Siempre he estado en las buenas y en las malas. Aunque tenga temperatura, me duela una pierna, el brazo, yo nunca lo manifiesto, siempre voy con la actitud a todo lo que da para poder participar en cualquier tipo de evento. La actitud debe estar siempre por delante”.
Desde 2005, año en que acudió a un Centroamericano en Cartagena de Indias, Colombia, Jazmín Rábago Espinoza enviudó, pero ni eso la detuvo para continuar su carrera como softbolista. Ella se dividía en partes; cumplía las veces de madre, padre y profesora del nivel preescolar, todo ello encaminado en salir adelante ella y luchar por sus hijos.
¿Jazmín, eres maestra jubilada de preescolar, que enseñanza te dejó ello?
La verdad, una gran enseñanza, los niños son algo especial que cada día te sorprenden en el aula con las vivencias que tienen en sus casas. Ello me ayudó a fortalecerme, a saber luchar, a comprender que no debía caerme y no ceder ante nada, fueron y son mi razón de vivir como lo sigo haciendo.
FRASE
Nueve meses, estar jugando exponiéndome, yo siento que lo traigo en las venas lo que es la pasión al softbol. Mis hijos también lo traen en la sangre, a ellos les encanta y les fascina lo que es el deporte, y más el softbol".