Culiacán, Sin.- Rodeada de una familia eminentemente inclinada a la disciplina del ciclismo, desde su padre, pasando por hermanos, esposo y hasta uno de sus hijos, Hilda Leticia Avendaño Soto se entregó por espacio de 35 años a la práctica del softbol.
El hecho que ella, desde los 16 años de edad haya decidido ser parte del inventario del softbol, jamás tuvo impedimento alguno de la familia ciclista para que lo practicara y, en cambio, sí recibió el apoyo total para que se desarrollara como jugadora al grado que, gracias a su perseverancia y nivel adquirido, logró formar parte de las selecciones de Culiacán para encarar las etapas estatales y luego enfundarse en la casaca de Sinaloa para la fase nacional donde tuvo la oportunidad de obtener algunos premios individuales.
También, gracias a que siempre se distinguió como una pelotera ejemplo y entregada en el terreno de juego, en el 2007 recibió un homenaje por parte del Comité Municipal de Softbol de Culiacán, AC, por cierto, el único recibido en su larga trayectoria.
También es oportuno asentar que Avendaño Soto, hija de Don Héctor Avendaño, promotor del ciclismo desde hace 50 años, siempre tuvo en claro que la preparación académica era prioridad al grado de titularse como Licenciada en Educación Preescolar, pero tuvo la certeza de saber combinarla con el deporte obteniendo grandes satisfacciones en ambos.
¿Porque el softbol y no el ciclismo?
--“Nunca se me dio esa afición de subirme a la bicicleta, me gustaba más a esa parte que fui por vez primera. Me dio gusto el softbol y acudía a entrenar”.
Avendaño Soto llegó al softbol a invitación de su tío Enrique Soto, que le ayudaba a Juan Wong (qepd) del equipo Papas Costeñas y lo hizo para quedarse.
Leticia Avendaño es esposa del reconocido ciclista Enrique Aldapa con quien procreó dos hijos (Juan Enrique --también ciclista—y María José que practica el basquetbol).
Sus hermanos Mauricio Arturo, Héctor Dionicio e Iván de Jesús, también fueron practicantes del deporte del pedal.
Sus últimos juegos oficiales sucedieron hace dos años, debido a una lesión en la rodilla derecha que le empezó a limitar su accionar y actualmente (para estar bien físicamente) solo se dedica a entrenar.
¿Qué satisfacciones le dejó el softbol?
Primeramente conocer grandes amigas como Gloria Borrego, Elisa Carrillo, Karina Hernández, Jazmín Rábago, todas empezaron conmigo, pero sobre todo las experiencias de asistir junto con ellas a competencias nacionales y ser parte de los logros de Gloria (juegos sin hit ni carrera, juegos perfectos y campeonatos), aparte de la satisfacción de poder hacer algo que me gusta. En el magisterio he tenido la oportunidad de aportar, lo poco o mucho, a mis compañeras cuando a uno le preguntan, y lo hago con gusto porque yo pasé por esa etapa.
Leticia Avendaño
Para Leticia Avendaño el softbol es una disciplina que al pelotero lo hace sentir la oportunidad de reunir amigos y familias y que se viven emociones en común.
¿Su papá (Don Héctor Avendaño) en algún momento le inculcó u obligó a que practicara el ciclismo?
No, yo creo que más que nada se inclinó por mis hermanos.
Leticia Avendaño
Pese a ello Leticia siempre se sintió apoyada por sus padres y hermanos a quienes cada vez que jugaba se les podía observar en las gradas apoyándola, impulsándola y demostrándole que lo único que querían para ella era la inclinación hacia una disciplina deportiva que le ayudara a ser un mejor ser humano y que así sucedió, pues actualmente es directora de un Kinder.
¿Nunca se sintió la oveja negra?
No, no, al contrario, si cuando me casé, mi esposo Enrique (Aldapa) también me acompañaba y también mi hijo ahí estuvo acompañándome.Avendaño Soto
Avendaño Soto de 51 años de edad, con esa experiencia de 35 en el softbol, estableció que al final del camino lo importante es practicar algo que a uno le guste y siempre tener el ánimo de apoyo para de esa manera poder abrirse camino.
Al recordar los tiempos en que ella llegó al softbol, destacó que había hasta 16 equipos y jugaban de viernes a domingo y que, pese a que más adelante fue disminuyendo la cantidad, el nivel de las jugadoras iba en ascenso.
“En aquel tiempo había pitchers con gran velocidad, pero no con buena mecánica, pero los niveles de equipos muy bien al grado que los domingos se llenaban las gradas para vernos jugar.
Leti, que jugaba con gran alegría la primera base, y que académicamente se preparó lo necesario, le dice a las jugadoras jóvenes que se abren camino en esta disciplina que “lo que están haciendo no lo desaprovechen, y que traten de practicarlo al máximo, es un deporte muy bonito”.
FRASE
Nunca se me dio esa afición de subirme a la bicicleta, me gustaba más a esa parte que fui por vez primera. Me dio gusto el softbol y acudía a entrenar.
Hilda Leticia Avendaño Soto
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