Cuando se piensa en Italia, uno de los primeros placeres culinarios que viene a la mente es el café espresso. Este país mediterráneo es famoso por su amor por el café, considerando la preparación y el consumo de esta bebida como un arte. Sin embargo, hay una bebida que no ha sido tan bien recibida en Italia: el café americano.
A pesar de ser una bebida adorada por muchos amantes del café en toda América, que no puede faltar en cualquier tienda de café o en casa, la historia de su origen resulta bastante diferente a la realidad que podemos encontrar.
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Aunque el término "café americano" se popularizó en la década de 1970, existe una interesante leyenda que sugiere que esta bebida podría haber existido mucho antes. Esto ha generado un debate sobre los verdaderos orígenes del café americano.
Esta remonta su creación a la Segunda Guerra Mundial, cuando las tropas americanas se asentaron en Italia durante las batallas donde, ya sea por ahorrar suministros o por las faltas de costumbre, los soldados pedían un café más suave y ligero que los típicos espresso y ristretto italianos, rebajando la bebida con agua caliente.
La aversión de los italianos hacia el café americano se basa principalmente en las diferencias fundamentales en su preparación y sabor en comparación con el espresso italiano. Para algunas personas, el café americano es prácticamente un café de filtro, pues es como tradicionalmente se prepara en Estados Unidos y otros países, para otras es un café espresso rebajado con agua caliente.
Y es que el café americano es conocido por su suavidad y menor concentración, mientras que el espresso italiano es una pequeña cantidad de café altamente concentrado y aromático. Los italianos aprecian la intensidad y la calidad de este café y lo disfrutan en pequeños sorbos.
El café en Italia
La cultura del café en Italia es profundamente arraigada. El espresso se considera una forma de arte, y su preparación y consumo son altamente codiciados. Para los italianos, el café no es solo una bebida, sino una parte importante de la vida cotidiana y social.
El café americano, por otro lado, se obtiene diluyendo espresso o utilizando granos de café menos concentrados. Es comúnmente más grande en volumen y, por lo tanto, menos intenso en sabor. Esta diferencia en la preparación y el sabor es lo que no encaja con las preferencias italianas por el café fuerte y concentrado.
En última instancia, la historia del café americano frente al espresso italiano ilustra cómo cada cultura tiene sus propias preferencias y apreciaciones en cuanto al café. Estas diferencias son una parte esencial de la riqueza de la diversidad cultural en el mundo del café.
Entonces, la próxima vez que te encuentres en Italia, disfruta de un espresso italiano auténtico y comprende por qué esta bebida es tan apreciada en este país. Y si eres un amante del café americano, recuerda que las diferencias culturales hacen que el mundo del café sea aún más interesante y variado.