Unos se trasladan al sur, a otros les crece un nuevo pelaje que sirve de abrigo y muchos simplemente se acuestan a dormir en una guarida acogedora. Los animales transcurren los meses de invierno de maneras muy diferentes.
Para algunos animales en la naturaleza la temporada de frío es un gran desafío.
"Para que no se congelen en invierno, necesitan mucha energía. Los animales obtienen la energía de la comida, pero en invierno suele escasear", señala el ambientalista Albert Wotke. Por lo tanto, muchas
especies han encontrado formas diversas para sobrevivir en las estaciones frías y bajo la nieve.
Muchas aves se trasladan por varios meses a las zonas cálidas, donde es más sencillo hallar alimento. Por ejemplo, al sur de Europa, a África o a América del Sur. Entre las aves migratorias se encuentran las cigüeñas, grullas, golondrinas y estorninos.
Sin embargo, no todos los pájaros huyen del frío. "Las llamadas aves estacionarias permanecen aquí, en estas latitudes, incluso en el invierno", apunta el experto alemán. Estos pájaros esponjan sus plumas y así se protegen mejor de las heladas.
Muchos animales almacenan el alimentos durante los meses de primavera y verano. "Los murciélagos, los erizos y las marmotas comen copiosamente antes del invierno", explica Wotke. "Luego encuentran su escondite e hibernan. Y mientras duermen durante los meses de invierno se alimentan de sus reservas de grasa", agrega.
Otros sin embargo no duermen tan profundamente, como el tejón, el mapache y la ardilla. Si bien lo hacen la mayor parte del tiempo, cada tanto se despiertan y comen lo que han almacenado antes del comienzo del invierno.
Los ciervos, las liebres, los jabalíes y los zorros son más resistentes a los climas fríos, y en los bosques todavía encuentran suficiente comida. Aunque no tienen muchas opciones.
"Los zorros también comen fruta caída, los jabalíes buscan raíces y bellotas en el suelo, los ciervos mordisquean los pastos, las moras y los brotes", dice Wotke.
Con temperaturas bajo cero se forma una capa de hielo en el agua, pero raramente se congela hasta el fondo. Por lo tanto, tampoco los peces se congelan en bloques de hielo, pero intentan buscar un refugio tranquilo.
Las ranas y las salamandras se entierran en el lodo. "A medida que baja la temperatura también baja su temperatura corporal. Hibernan durante el invierno y se despiertan nuevamente en la primavera", explica Wotke.
Estas, al igual que las tortugas, las serpientes y las lagartijas, que también hibernan, son animales de sangre fría que necesitan el calor del sol, del agua y del aire para mantenerse con vida, agrega.