Culiacán, Sin.- En Sinaloa existen tres santuarios que se dedican a la preservación y cuidado de las tortugas marinas, acompañándolas desde que ponen los huevos, hasta que estos salen y están listos para iniciar su viaje en las aguas del Pacífico.
El estado alberga cinco de las seis especies de tortugas marinas que se tienen registros, es por eso que, desde hace 40 años, personas que habitan las costas del pacífico en Sinaloa se han dedicado a la conservación y protección de estas, ante las amenazas de los depredadores y humanos.
De los tres centros para la conservación de las especies, el Campamento Verde Camacho data desde el año 1975, cuando ciudadanos de las comunidades aledañas a la playa Verde Camacho se percataron de los problemas que vivían las tortugas en el proceso de incubación.
Un año después, en playa Ceuta en Mazatlán, abrió otro albergue de tortugas marinas, logrando el rescate de más de 300 nidos, lo cual representaban cerca de 5 mil huevos, en 1977 y 1978.
El ubicado en la playa Celestino Gasca, en La Cruz de Elota se encuentra el tercero de los santuarios tortugueros en el estado, donde familias enteras trabajan en la conservación de las distintas especies de tortugas que llegan a poner sus huevos en las costas sinaloenses.
La temporada cuando se lleva a cabo los procesos de incubación y liberación de tortugas marinas inicia el primero de agosto, finalizando el 31 de diciembre.
Año con año, los colaboradores en los centros tortugueros inician sus jornadas recorriendo las playas en busca de nidos o huevos, para ser llevados a los campamentos de incubación, los cuales se pueden hacer mediante dos procesos.
El primer campamento al que son trasladados los huevos, es al corral de incubación, donde los huevos son enterrados en la arena a profundidad de 45 centímetros, y deben mantener temperaturas no mayores a los 37 grados y no menos de los 22.
El segundo, es una sala de eclosión, ahí los huevos son pu8estos en hieleras y expuestos a 35 grados de temperatura.
Luego de que los nidos son reubicados es necesario etiquetarlos con la fecha del inicio de incubación y la cantidad de huevos; posterior a esto se debe esperar de 40 a 45 días para que eclosionen e inicien las nuevas vidas.
Según la Norma 164, el espacio entre cada nido debe ser de uno a dos metros.
Es durante los días que dura el proceso de incubación que los trabajadores de los santuarios supervisan las temperaturas de los nidos, así como la limpieza de corrales y sala de eclosión. Al mismo tiempo que realizan inspección en las playas en busca de más nidos, para llevar a cabo los mismos procesos.
Una vez que finaliza el proceso de incubación, es hora de iniciar con la limpieza de los nidos, proceso en el cual se sacan los huevos vacíos y se colocan a las tortugas en grandes hieleras, para luego proceder a su liberación en las playas.
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