Cada 13 de septiembre, México se sumerge en una encendida conversación sobre los Niños Héroes, ese grupo de jóvenes cadetes que valientemente defendió el Castillo de Chapultepec durante la intervención de Estados Unidos en México en 1847.
Agustín Melgar, Fernando Montes de Oca, Francisco Márquez, Juan de la Barrera, Juan Escutia y Vicente Suárez son los nombres que resuenan en la historia oficial.
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Según los relatos históricos, estos seis valientes desobedecieron las órdenes del General Nicolás Bravo de no combatir y se enfrentaron al ejército estadounidense que avanzaba. Sin embargo, es aquí donde la historia se funde con el mito, y la figura más enigmática de todos ellos es la de Juan Escutia.
Se dice que este joven héroe se lanzó desde lo alto del Castillo de Chapultepec, envuelto en la bandera de México, para evitar que cayera en manos del enemigo. Un gesto heroico que ha sido parte integral de la narrativa histórica mexicana.
Pero aquí radica el dilema: ¿fue realmente Juan Escutia quien realizó este acto heroico? La respuesta sigue siendo esquiva y se encuentra en una fina línea entre la historia y el mito.
La historia
Juan Escutia, nacido el 22 de febrero de 1827 en Nayarit, tendría tan solo 20 años cuando murió el 13 de septiembre de 1847 en el Castillo de Chapultepec. Sus padres fueron Antonio Escutia Ubirichaga y María Dolores Martínez Quintero. A pesar de estos datos, la falta de registros que confirmen su condición de cadete del Colegio Militar ha generado dudas sobre su participación en la defensa del castillo.
Entonces, ¿cuál es la verdadera historia de Juan Escutia? Aunque su nombre no figura en los registros del Colegio Militar, existen teorías que lo vinculan con el Batallón de San Blas, liderado por Felipe Santiago Xicoténcatl. Según una versión, fue él quien se lanzó con la bandera mexicana, resultando herido y buscando refugio en la capilla de San Miguel Chapultepec, donde finalmente murió.
El historiador J.D. Eisenhower, en una entrevista con la UNAM, señala que el General Bravo entregó su espada, adornada con piedras preciosas, pero seis jóvenes cadetes prefirieron morir en lugar de rendirse. Uno de ellos, sosteniendo la bandera mexicana, perdió la vida al arrojarse del muro, posiblemente Juan Escutia.
Aunque esta historia no puede ser confirmada con certeza, lo que sí es indiscutible es que el 13 de septiembre de 1847 hubo muchos héroes más, además de los seis niños que todos conocemos desde la primaria, quienes murieron en este trascendental episodio histórico.
Ese día, prácticamente todo el Batallón de San Blas sacrificó sus vidas tratando de detener el avance del ejército estadounidense.