El TDAH, es decir, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, es considerado como la causa principal del fracaso escolar y el principal motivo de consulta pediátrica.
Este padecimiento crónico prevalece más en niños que en adultos, no se limita a la edad pediátrica, sino que perdura a lo largo de la vida adoptando diferentes formas de presentación y repercusión, de acuerdo a la etapa vital de la persona.
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¿Qué es el TDAH?
Este trastorno consiste en una alteración en el desarrollo del sistema nervioso, es decir, un trastorno del neurodesarrollo.
Este trastorno puede ser de tres tipos, dependiendo de las manifestaciones predominantes: predominantemente inatento, predominantemente impulsivo-hiperactivo y combinado.
Causas
La causa del TDAH es genética, la posibilidad de ser hereditaria es de un 80% y consiste en una falla de los lóbulos frontales que no permite realizar apropiadamente las llamadas funciones ejecutivas (planear, anticipar, organizar, persistir).
Otra manera de que un niño padezca TDAH es si la madre fumó, consumió alcohol y/o drogas durante la gestación, aunque no existan antecedentes familiares; lo mismo puede ocurrir, sí el niño estuvo expuesto a plomo, o sufrió algún traumatismo craneoencefálico.
Terapia conductual
La terapia conductual es una parte importante del tratamiento del TDAH, es recomendada para niños de más de 6 años junto a los medicamentos que un especialista indique.
Los medicamentos pueden ayudar a los niños con este padecimiento en su vida diaria y el tratamiento farmacológico puede ser una manera eficaz de manejar los síntomas de TDAH, así como ayudar a controlar algunos problemas de conducta, los cuales pudieran acarrear problemas de socialización en diferentes entornos.