La imposición de aranceles de cinco por ciento de Estados Unidos a productos del campo mexicano generaría aumento de precios a alimentos de primera necesidad como la tortilla, sopas, pan y, por ende, una inflación galopante, advirtieron dirigentes del Congreso Agrario Permanente (CAP).
En conferencia de prensa para anunciar que el próximo 8 de agosto habrá una movilización de organizaciones campesinas hacia la Ciudad de México para conmemorar el natalicio de Emiliano Zapata, el coordinador del CAP, José Luis González Aguilera, dijo que el gobierno mexicano debe “ponerse las pilas” para aplicar una política de regulación de precios frente a esta posibilidad.
“¿Cómo se puede combatir eso? Con una política que realmente sea más efectiva de precios, pero yo me fijo que en algunos casos el gobierno no quiere actuar como el problema de los gasolineros”, consideró.
En tanto, el secretario técnico de esta agrupación agraria, Raúl Pérez Bedoya, afirmó que la imposición de incremento en la aplicación de aranceles no sólo afectará a los consumidores de México, sino a los de Estados Unidos, pues el vecino país nos compra en gran porcentaje tomate, aguacate y hortalizas, entre otros productos.
“Eso es un efecto negativo perverso que viene, que también lo van a tener los norteamericanos, o sea, Donald Trump también va a pagar, porque al consumidor norteamericano también se le van a incrementar cinco por ciento, algunos que mandan de allá para acá van a ganar, pero los que consumen de lo que les enviamos va a tener que pagar cinco por ciento más", expuso.
Recordó que tan solo de tomate, el mercado norteamericano adquiere de México casi 90 por ciento del consumo de su población que en buena medida se usa para elaborar salsas como la catsup, así como un porcentaje similar de aguacate y también uno muy grande de hortalizas.
“De que les va a llegar, les va a llegar, pero el impacto inmediato es que el señor Trump capta un ingreso que le sabe a gloria para el muro y sus caprichos, pero en México a lo mejor se capte algo por el movimiento de aduanas, pero nuestra economía está tan débil... tenemos un efecto inmediato e inflacionario que los mexicanos años van a gastar más”, dijo.
Recalcó que el mayor efecto negativo de esta medida que pretende adoptar el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo tendrían los mexicanos, pues la economía nacional depende en 80 a 90 por ciento del mercado de ese país.
Asimismo, afirmó que conociendo al sector empresarial mexicano, de los cuales hay buenos, pero también muchos malos, seguramente los precios subirán aún más de este cinco por ciento, pero esto no impactará de manera positiva al productor.
Indicó que el problema de la migración es corresponsabilidad de ambos países y que el gobierno mexicano debería de tener mayor control en la frontera sur porque por ese problema es lastimoso ver a muchos hermanos centroamericanos pidiendo limosna en calles de la ciudad o encerrados en jaulas en Estados Unidos.
Por otro lado, se refirió al problema de la distribución tardía e ineficiente de los fertilizantes y culpó falta de cálculo y previsión de los funcionarios, aunque opinó que la idea de hacer un esquema de apoyo para zonas marginadas y garantizar la producción de maíz y frijol es interesante.
“Lo que no entienden estos nuevos funcionarios, tampoco algunos del pasado, es que la agricultura es de ciclos y de fechas, y esa no se espera a ver si al burócrata se le ocurrió, si no se le pone ahorita que ya empezó a llover, ahorita precisamente por eso son los movimientos y desesperación de los campesinos”, expuso.
Detalló que con las primeras lluvias la tierra absorbe el fertilizante y que aunque se entregue la próxima semana éste ya no servirá, mas no se puede guardar porque se endurece y no existen las bodegas con las condiciones necesarias para mantenerlo con el mismo efecto benéfico para la tierra y los cultivos.
Hay movimientos de campesinos inconformes registrados en varios estados como en Morelos, Chiapas, Veracruz, Campeche y prácticamente en todos los lugares donde se ha establecido este programa de fertilizantes, porque no hay abasto necesario o se entrega a algunos privilegiados adeptos al partido en el gobierno.