/ domingo 26 de noviembre de 2017

¿Qué es la nube? descubre lo bueno, lo malo y lo raro de este servicio

Es toda una paradoja pero te apoyamos para darle el mejor uso de acuerdo a tus necesidades

¿Qué es la nube?  El comediante Jason Segel, en la película “Sex Tape” junto a Cameron Díaz lo define muy bien: “¡Nadie sabe bien lo que es la nube! ¡Es un @#%& misterio!” Y vaya que lo es, sobre todo si se trata de definirla como una unidad única de almacenamiento. Pienso que  –más bien– la nube es un cúmulo de servicios en línea que conforman la herramienta de integración definitiva.


Mejor me explico:

Lo bueno

Siendo un fanático del hardware para multimedia que vive entre procesadores, tarjetas de gráficos y un sinfín de dispositivos de almacenamiento, siempre pensé la seguridad de mi información radicaba en los RPM, megabytes/segundo y terabytes de mis discos duros ( y recientemente en la migración de toda mi información a SSD o discos de estado sólido). Todo ese despliegue de hardware me ha funcionado muy bien como bodega virtual de sólidos cimientos. Pero resulta que esta bodega no tenía realmente una puerta de salida ni un canal de distribución hasta que llegó la nube. Gracias a servicios como wetransfer (www.wetransfer.com), Google Drive (www.google.com/drive) sin ningún problema puedo compartir con mi equipo de trabajo producciones en video (las cuales llegan a pesar desde cientos de megas hasta un par de gigas), independientemente del sistema operativo o si su dispositivo es un smartphone, tablet o laptop y aprovechar para respaldar mi trabajo en dicho servicio, ayudando a liberar cantidades considerables de gigabytes en mis discos de estado sólido. Pero no todo es positivo…

Lo malo

Si bien la nube nos permite tener acceso a nuestra información desde virtualmente cualquier parte del mundo, no consideramos ciertos elementos esenciales y algunos hábitos importantes de seguridad que pueden entorpecer o hasta colapsar totalmente nuestra experiencia en la nube:

Al subir los datos de mis partidas en la nube para disfrutarlas donde sea tiene algunos puntos negativos que hace que la experiencia no sea la más placentera.

Hay muy pocos servicios de internet en nuestro país que ofrecen velocidades simétricas de carga y descarga, es decir, podemos descargar archivos a buena velocidad, pero subirlos puede ser un problema. Las limitantes en megabytes de servicios de datos de los principales carriers de telefonía celular puede ser también un problema al momento de cargar nuestra información a la nube. ¿Se imaginan tener una importante junta, necesitar la información en ese momento y no tener acceso a ella debido a una falla de conectividad?

La seguridad es un factor importante. Reforzar contraseñas y ser selectivos en que se sube a la nube son consideraciones importantes. Mantener al mínimo la información personal.

La venta de datos, que van desde preferencias personales hasta números bancarios, va en ascenso. Empresas como Sony, Vodafone y AOL  han sido víctimas de sus propios empleados.

Lo raro

La nube es toda una paradoja. Es altamente recomendable para hacer respaldos y convocar nuestra información desde cualquier lugar en cualquier momento, pero no se recomienda subir información de naturaleza muy personal o confidencial por posibles brechas en temas de seguridad.

No porque esté disponible es para todos, se debe adoptar. Es importante pensar primero en la utilidad que pueda tener en nuestras vidas personales o profesionales.

La integración que tanto buscamos no radica en qué sistema operativo, marca (los estoy viendo, fanáticos de Apple), gadget o plataforma utilizamos. Radica en la compatibilidad que tienen nuestros dispositivos para tener acceso a nuestros datos en la nube, la facilidad que tenemos para consultarlos y el sentido común que ejercemos para proteger nuestra información.

El “reino mágico” de la nube también lo encontramos en los videojuegos, en donde más allá de permitirnos sincronizar nuestras partidas guardadas a lo largo de distintos dispositivos, hace posible el poder correr títulos que requieren de equipos de alto rendimiento en computadoras no tan potentes.

Un ejemplo de esto son los servicios de streaming como PlayStation Now. Aunque lamentablemente estos servicios no han tendido la demanda esperada, en parte porque es necesario contar con una conexión de banda ancha de gran velocidad, de por lo menos arriba de los 10 Mb para tener una experiencia decente.

En cuanto a la aplicación de la nube dentro de los juegos, tenemos a Forza Motorsport para Xbox One con la nueva encarnación de su sistema Drivatar, en donde cada que jugamos el título comienza a grabarse nuestro estilo de juego, para posteriormente por medio de la nube, enviar una representación virtual de nosotros a competir en línea cuando no estamos jugando. Esto permite que cada que uno entre a una carrera estando conectados a Xbox Live, se enfrentará a IA (Inteligencia Artificial) que se comportan más como un jugador que como un bot.

Nvidia con su dispositivo Shield, y Valve con Steam también han empezado a voltear al uso del streaming y la nube, particularmente para tener su lugar en la sala del hogar que por ahora ha sido el reino de las consolas.

El problema con esto, al igual que otros servicios en la nube, será el requerir una conexión constante a internet, sin mencionar la suscripción a servicios agregados como Xbox Live y PlayStation Plus. Y en un país en el que los servicios de internet y datos, son igual o más inestables que el servicio de energía eléctrica, aún hay mucho que recorrer.

En colaboración con

 

¿Qué es la nube?  El comediante Jason Segel, en la película “Sex Tape” junto a Cameron Díaz lo define muy bien: “¡Nadie sabe bien lo que es la nube! ¡Es un @#%& misterio!” Y vaya que lo es, sobre todo si se trata de definirla como una unidad única de almacenamiento. Pienso que  –más bien– la nube es un cúmulo de servicios en línea que conforman la herramienta de integración definitiva.


Mejor me explico:

Lo bueno

Siendo un fanático del hardware para multimedia que vive entre procesadores, tarjetas de gráficos y un sinfín de dispositivos de almacenamiento, siempre pensé la seguridad de mi información radicaba en los RPM, megabytes/segundo y terabytes de mis discos duros ( y recientemente en la migración de toda mi información a SSD o discos de estado sólido). Todo ese despliegue de hardware me ha funcionado muy bien como bodega virtual de sólidos cimientos. Pero resulta que esta bodega no tenía realmente una puerta de salida ni un canal de distribución hasta que llegó la nube. Gracias a servicios como wetransfer (www.wetransfer.com), Google Drive (www.google.com/drive) sin ningún problema puedo compartir con mi equipo de trabajo producciones en video (las cuales llegan a pesar desde cientos de megas hasta un par de gigas), independientemente del sistema operativo o si su dispositivo es un smartphone, tablet o laptop y aprovechar para respaldar mi trabajo en dicho servicio, ayudando a liberar cantidades considerables de gigabytes en mis discos de estado sólido. Pero no todo es positivo…

Lo malo

Si bien la nube nos permite tener acceso a nuestra información desde virtualmente cualquier parte del mundo, no consideramos ciertos elementos esenciales y algunos hábitos importantes de seguridad que pueden entorpecer o hasta colapsar totalmente nuestra experiencia en la nube:

Al subir los datos de mis partidas en la nube para disfrutarlas donde sea tiene algunos puntos negativos que hace que la experiencia no sea la más placentera.

Hay muy pocos servicios de internet en nuestro país que ofrecen velocidades simétricas de carga y descarga, es decir, podemos descargar archivos a buena velocidad, pero subirlos puede ser un problema. Las limitantes en megabytes de servicios de datos de los principales carriers de telefonía celular puede ser también un problema al momento de cargar nuestra información a la nube. ¿Se imaginan tener una importante junta, necesitar la información en ese momento y no tener acceso a ella debido a una falla de conectividad?

La seguridad es un factor importante. Reforzar contraseñas y ser selectivos en que se sube a la nube son consideraciones importantes. Mantener al mínimo la información personal.

La venta de datos, que van desde preferencias personales hasta números bancarios, va en ascenso. Empresas como Sony, Vodafone y AOL  han sido víctimas de sus propios empleados.

Lo raro

La nube es toda una paradoja. Es altamente recomendable para hacer respaldos y convocar nuestra información desde cualquier lugar en cualquier momento, pero no se recomienda subir información de naturaleza muy personal o confidencial por posibles brechas en temas de seguridad.

No porque esté disponible es para todos, se debe adoptar. Es importante pensar primero en la utilidad que pueda tener en nuestras vidas personales o profesionales.

La integración que tanto buscamos no radica en qué sistema operativo, marca (los estoy viendo, fanáticos de Apple), gadget o plataforma utilizamos. Radica en la compatibilidad que tienen nuestros dispositivos para tener acceso a nuestros datos en la nube, la facilidad que tenemos para consultarlos y el sentido común que ejercemos para proteger nuestra información.

El “reino mágico” de la nube también lo encontramos en los videojuegos, en donde más allá de permitirnos sincronizar nuestras partidas guardadas a lo largo de distintos dispositivos, hace posible el poder correr títulos que requieren de equipos de alto rendimiento en computadoras no tan potentes.

Un ejemplo de esto son los servicios de streaming como PlayStation Now. Aunque lamentablemente estos servicios no han tendido la demanda esperada, en parte porque es necesario contar con una conexión de banda ancha de gran velocidad, de por lo menos arriba de los 10 Mb para tener una experiencia decente.

En cuanto a la aplicación de la nube dentro de los juegos, tenemos a Forza Motorsport para Xbox One con la nueva encarnación de su sistema Drivatar, en donde cada que jugamos el título comienza a grabarse nuestro estilo de juego, para posteriormente por medio de la nube, enviar una representación virtual de nosotros a competir en línea cuando no estamos jugando. Esto permite que cada que uno entre a una carrera estando conectados a Xbox Live, se enfrentará a IA (Inteligencia Artificial) que se comportan más como un jugador que como un bot.

Nvidia con su dispositivo Shield, y Valve con Steam también han empezado a voltear al uso del streaming y la nube, particularmente para tener su lugar en la sala del hogar que por ahora ha sido el reino de las consolas.

El problema con esto, al igual que otros servicios en la nube, será el requerir una conexión constante a internet, sin mencionar la suscripción a servicios agregados como Xbox Live y PlayStation Plus. Y en un país en el que los servicios de internet y datos, son igual o más inestables que el servicio de energía eléctrica, aún hay mucho que recorrer.

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