Mazatlán, Sinaloa.- Tenía 14 años de edad cuando Nicolás decidió quitarse la vida. Sucedió una noche hace seis años, tomó una cuerda, aprovechando el silencio nocturno, y se colgó del marco de la puerta de su habitación.
Su decisión devino en un quebranto anímico en sus seres queridos; pero motivó a reflexionar a su mamá sobre la importancia de hablar, de comunicarse con sus hijos.
Mi hijo se quitó la vida y no pude darme cuenta que él me suplicaba ayuda. Vivo pidiéndole a Dios porque me lo cuide, y sé que ya no está confundido cómo cuando estaba con nosotros; ha vuelto a ser el chico alegre y noble que conocí.Madre del joven.
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El consuelo no llega por completo, dice Elsa, sobre todo porque hay preguntas que no han sido respondidas en su totalidad. Esta mujer de poco más de 40 años de edad, ha visto a su segunda hija superar obstáculos y formar una familia.
No así con su otro hijo, quien le dejó un mensaje, ahí le decía que a pesar de tener el apoyo para sus estudios, se sentía solo e incapaz. Después de lo ocurrido aquella noche, ahora en su nueva etapa de abuela, se dio cuenta que le faltó apoyo a Nicolás en momentos cruciales.
Tendencia preocupante
El caso de Nicolás sucedió en un momento en que los suicidios iban a la alza. En Mazatlán durante 2018 hubo docenas de intento de suicidio; la autoridad tomó conocimiento de 23 fallecimientos por este motivo.
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Entre los 9 y 14 años de edad, los jóvenes tienden a copiar comportamientos inapropiados, como hacerse daño con instrumentos cortantes, conocido como cuting, o someterse a juegos donde se pone en riesgo la vida.
Estos comportamientos según la sicóloga Sonia Contreras López, tienen que ver con la baja autoestima, sin conocer el apoyo que pueden recibir. La presidenta del Colegio de Profesionales de la Salud Mental, explica que se han visto cifras de suicidios alarmantes.
“Lo que nosotros queremos hacer es prevenirlos, junto a la depresión o casos de auto-flagelo. Es la falta de valores y falta de atención, así como la violencia, lo que nos está frustrando a nivel emocional”, consideró.
El sentimiento de abandono o soledad no desaparece en ninguna etapa de la vida, por lo cual de manera multidisciplinaria se debe considerar el acompañamiento o la auto-ayuda, a través del ramo profesional.
“Como familia tenemos que ponerle atención a lo que cualquier integrante de ella está haciendo. Tenemos pacientes que están en constante estrés y es fácil estresarse por el trabajo como adulto, la familia puede intervenir en detectar los indicios”, apuntó.
De acuerdo a estadísticas del Inegi, en los últimos veinte años se ha triplicado el número de suicidios en Sinaloa. De un registro de 70 en 1996, se pasó a 190 en 2016. A nivel nacional el estado ocupa el lugar número 14.
Los apoyos en Mazatlán
Tan sólo el pasado 20 de enero, el cuerpo de Bomberos Veteranos acudió al reporte de un intento de suicidio en la colonia Ramón F. Iturbe, sin embargo, al llegar al lugar la persona ya no presentaba signos vitales.
Además de este caso, se han registrado tres suicidios más en lo que va de este año, de hombres y mujeres en edades entre los 23 a los 49 años, y uno más que está en proceso de investigación por la Fiscalía General del Estado.
Para atender este tipo de problemas existe desde hace cinco años la Unidad Especializada de la Policía para la Prevención de la Violencia Familiar y de Género (Uneprevif), dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal; ahí laboran psicólogos, trabajadores sociales, abogados y demás elementos profesionales.
La atención que se brinda a las personas de reporte con intento de suicidio, es dar un seguimiento a su caso, para ofrecer terapias psicológicas sin costo.
Temmy Villa Robles, coordinadora de la Uneprevif.
Esta área es de carácter preventivo y de gestión, sólo puede intervenir si les hacen del conocimiento del caso o piden la intervención directa en acompañamiento familiar.
“Ya sea al afectado o su familia, apoyarlos con la orientación en caso que sea por drogas, o sobre algún centro de rehabilitación; y así poder detectar las conductas que generan la tendencia suicida, y si es caso psiquiátrico poder canalizarlos, por ejemplo al Hospital General”, agregó.
El apego a la fe
Acercarse a la religión, en un entorno de unión y armonía, resulta ser para muchos casos una influencia positiva y recuperar el sentido de la vida, donde el fortalecimiento de la fe interviene de manera oportuna.
“He visto que se dá más en los jóvenes, pero estamos trabajando con grupos de jóvenes y adultos en talleres. Muchas veces tomamos lo malo de la vida, con gente externa que te induce fácilmente con influencias negativas, debemos de fortalecernos y continuar caminando, aunque caigamos, lo importante es levantarnos”, dijo Mónica Martínez, consejera católica.
La Iglesia no condena a quienes intentan quitarse la vida, sino que ofrece ayuda y orientación, entendiendo el sufrimiento por el que han atravesado, explica.
Autoridades, consejeros espirituales, psicólogos, coinciden en algo: La vinculación entre todas las partes de la sociedad puede salvar una vida, ayudar a que una posible víctima nunca se sienta sola.
CITA
Mi hijo se quitó la vida y no pude darme cuenta que él me suplicaba ayuda. Vivo pidiéndole a Dios porque me lo cuide, y sé que ya no está confundido cómo cuando estaba con nosotros. Ha vuelto a ser el chico alegre y noble que conocí.
Madre de suicida
DATO
SINALOA
De un registro de 70 suicidios en 1996, se pasó a 190 en 2016. A nivel nacional el estado ocupa el lugar número 14 en índices de suicidios.