Mazatlán, Sinaloa.- El reto más importante para un maestro es mantener la vocación, la convicción, el liderazgo compartido y el servicio hacia los demás. Es estar actualizado y en estudio constante. Por las aulas en las que trabajan pasan cientos, miles de personas, muchas de las cuales hoy se destacan en la vida pública o en la empresa privada.
La maestra Carmen Osuna Cedano lleva casi 28 años dedicados a la labor académica, 14 de ellos transmitiendo conocimientos, enseñando a todos los que llegan a las aulas, pero también aprendiendo de ellos.
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A lo largo de su carrera ha trabajado tanto con adolescente como con adultos, porque como coordinadora sabe que hay que capacitar, y es algo que le gusta mucho, pero también estar en contacto con los estudiantes.
Ella estudió la licenciatura en Administración Turística en la Universidad de Occidente y entró a trabajar en la Secretaría de Educación Pública en 1991, como asesora administrativa; en 1994 cursó la licenciatura en Educación, en el Centro de Actualización del Magisterio, posteriormente hizo una maestría y un doctorado en Desarrollo Humano en Icreser.
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Luego empezó a trabajar como maestra frente a grupo, inició en la Secundaria Técnica 81, ubicada en El Castillo, y en la 88, en la Isla de la Piedra, ahí estuvo alrededor de 14 años y fue coordinadora en Tecnología. En ambas escuelas combinó las dos cosas y aprendió mucho.
En 2018 dejó las aulas y se fue como Asesora Técnica Pedagógica a la supervisión de la zona, ahí estuvo hasta el 2013 y ese mismo año la nombraron subdirectora de la ETI 5, hasta el 2015.
Posteriormente la mandaron a trabajar a la Secundaria Técnica de Costarica, Culiacán, estuvo solo unos meses ahí, porque ese mismo año ascendió a directora, y del 2015 al 2016 estuvo en la Técnica 36 ubicada en El Palmito del Verde, en Escuinapa. Del 2016 a la fecha tiene la dirección de la Escuela Secundaria Técnica 57, en la comunidad de Escamillas.
Carmen cumplirá en agosto 28 años de servicio, y en todo este tiempo ha desarrollado su labor en secundaria, donde ha crecido, hecho amigos, compañeros y ha tenido la suerte de aprender y estar con gente muy trabajadora.
“Empecé a trabajar en supervisión, entonces estaba rodeada de jefes de enseñanza, del supervisor, y ya en la escuela uno no deja de aprender de los alumnos, padres de familia y compañeros. A la par, he trabajado tanto con adolescentes como con adultos, porque como coordinadora hay que capacitar, y es algo que me gusta mucho, y también estar en contacto con los muchachos”, dijo.
Recordó que desde el kínder a la secundaria quiso ser maestra, en la preparatoria se le quitó por alguna razón la idea de ser docente y cuando estuvo en la universidad tuvo la oportunidad de que la contrataran en la Secretaría de Educación Pública y ahí retomó su sueño.
Admitió que trabajar con adolescentes no es fácil, y lo más difícil es querer resolver alguna situación que no está en sus manos, pues siempre están las ganas de quitarle al joven todos los obstáculos que tiene, y darle la atención profesional que requiere.
“Hablo de canalizarlo a otras instituciones, y lo difícil es sentirnos amarrados de manos en cuanto a que el niño no deje de estudiar, que salga adelante, que esté en un contexto de más amor. Hay situaciones que como maestro en el aula se van resolviendo, y los niños nos van agarrando cierto cariño”, expresó.
Para la directora, esposa y madre de dos hijos, para ser un buen maestro se necesita amor a lo que se hace.
“Esa es la clave, teniendo eso puedes estudiar mucho y aprender todo, para ser un buen maestro, que domine la asignatura, la actividad, la forma en que te comunicas con los demás, porque tienes que tener una comunicación adecuada con los niños y padres de familia, y vivir cada uno de las virtudes y valores”, afirmó.
Con una gran emoción a lo que hace, reiteró que disfruta mucho su profesión, porque es una de las actividades que siempre deseó hacer.
“Soy de las afortunadas a las que la vida le dio la oportunidad de hacer lo que quería, hay muchas opciones que me gustan y que hubiera podido realizar, pero lo que es trabajar en escuela, en la docencia, ha sido lo mejor”, señaló.
Indicó que con los medios de comunicación, las redes sociales, la lucha por la educación está un poquito más fuerte, porque también enseñan y educan.
“Los maestros no sólo necesitan saber de su asignatura, tienen que orientarlos para que sepan manejar de manera responsable lo que son las redes, los acuerdos de convivencia, cómo manejar los valores y ponerle amor en todo lo que se haga y amor en acción. Amar no es lo que sentimos por otra persona, sino ser amable, comprensivo, cuidadoso, entonces es fomentar eso en un chico que a veces trae un contexto difícil, diferente, es un poquito que vea la escuela como una oportunidad de dirigirse de una manera diferente, positiva hacia el mundo”, comentó.
TRABAJO COORDINADO CON LOS PADRES
Agregó que a los padres de familia tienen que sensibilizarlos, porque no se puede llegar a exigir o juzgar, y para ello los apoyan instituciones, psicólogos, donde se trata de sensibilizar sobre la importancia que el hogar tiene en el estudio, las obligaciones, pero sobre todo el espejo que son los padres de familia para sus hijos, el cómo modelarles, cómo enseñarles con acciones lo que se quiere que ellos aprendan.
“Para que un niño se motive, el maestro tiene que estar al cien, en todas las escuelas que he trabajado me encontrado con buenos equipos de trabajo, sin embargo, hay maestros con pensamientos diferentes y uno tiene que dar respuesta a su necesidad”, explicó.
Los valores se viven, no tiene caso que me aprenda lo que son los valores, responsabilidad, mesura, la virtudes, si yo no las vivo, yo enseño más actuando a que me estén escuchando, entonces con los docentes y padres de familia trato de sensibilizar, porque la educación es muy importante, son seres humanos en formación, donde yo soy responsable junto con los padres. Ahí tienes que practicar el amor, no juzgar, atender, escuchar, hay muchas cosas que suceden en el aula que no son precisamente de la asignatura y que el maestro debe atender”.
GRANDES SATISFACCIONES
“Las satisfacciones que me ha dejado ser maestra no las puedo contar con los dedos, son muchas y no hablo solamente de un concurso, o que salga adelante, pero cuando se tiene la oportunidad de sacar a un niño de contexto diferente, después de 28 años, encontrarte a tus ex alumnos y que te saluden y recuerden, es muy gratificante. En la educación la principal satisfacción es que los alumnos te reconozcan”.
DATO
UNA VIDA EN LA DOCENCIA
- Estudió la licenciatura en Administración Turística en la Universidad de Occidente
- Trabajó en la Secretaría de Educación Pública en 1991, como asesora administrativa.
- Cursó la licenciatura en Educación, en el Centro de Actualización del Magisterio.
- Cuenta con una maestría y un doctorado en Desarrollo Humano.
- Ha sido maestra en la Secundaria Técnica 81 de El Castillo y en la 88 en la Isla de la Piedra.
- En 2018 dejó las aulas y se fue como Asesora Técnica Pedagógica a la supervisión de la zona.
- En 2013 fue subdirectora de la ETI 5.
- En 2015 fue subdirectora en la Secundaria Técnica de Costarica, Culiacán.
- Del 2015 al 2016 fue directora en la Técnica 36 en El Palmito del Verde, Escuinapa.
- Del 2016 a la fecha es directora de la Escuela Secundaria Técnica 57, en Escamillas.