Mazatlán, Sin. - El 1 de enero de 2014, Daniel Rueda circulaba en su motocicleta sobre la avenida Francisco I. Madero de la colonia Valles del Ejido, cuando una camioneta que venía en sentido contrario, sin luces, le pegó de frente.
Ese fatal accidente le cambió la vida al joven de 26 años, recién graduado como Ingeniero en Diseño Digital, que además de pasar tres meses en coma, perder una de sus piernas y la memoria por un tiempo, perdió también la oportunidad de desarrollarse profesionalmente en la carrera que con tanto esfuerzo cursó, ya que, al recuperarse, en su nueva condición de vida, las cosas ya no fueron las mismas para él, pues conseguir un empleo resultó misión imposible.
Sin embargo, la adversidad lo hizo reinventarse, sus deseos de vivir y salir adelante lo llevaron a emprender un negocio con el que ahora se abre paso, El Pan de la Abuela, panadería artesanal sinaloense, que ha tenido buena respuesta de los mazatlecos.
Recordó que fue en 2017, cuando asistió a una Feria de Empleo organizada por el Gobierno, donde se dio cuenta que la mayoría de las vacantes que se ofrecían eran oficios, que no son malos, pero que no les dan oportunidad a los profesionistas. Entonces entendió que tenía que hacer algo diferente.
Mi familia me ha ayudado mucho, principalmente mi abuela, que es de un poblado cercano de Celestino Gazca, en Elota. Desde muy chico me enseñó a hornear y me compartió sus recetas.
Fue así que empezó a hacer coricos, que es su producto estrella, empanadas de cajeta y piña, gorditas de nata y arándano, también hace pan de mujer, empanadas y bollitos de calabaza.
Mis familiares me ayudan a engrasar las charolas, a calentar el horno de barro, que está en el patio de mi casa, yo preparo la masa de todos mis productos, y cuando ya están listas las charolas y el horno, empiezo a meterlas.
Para él, lo más difícil ha sido abrir los 10 puntos de venta que actualmente tiene, porque no se le da mucho eso. Y no se ha expandido más debido a que su capacidad de producción es poca.
El ir a un lugar y pedirles que si me dejan poner mi producto a consigna me da un poco de pena todavía, aunque no le estoy pidiendo nada a nadie, solamente es el espacio, pero ellos también van a ganar con mi producto.
Como él prepara todo, es muy cansado y se tiene que organizar para la producción, que hasta el momento es de 150 paquetes cada 10 días, con un precio de 15 pesos cada una. El lunes, miércoles y viernes hornea y el resto de los días empaqueta y entrega.
Los mercados de las colonias Valles del Ejido y Alarcón, han respondido bien. Él sabe que los primeros años de un negocio son los más difíciles, pues hay que reinvertir en insumos y equipo, por lo que las ganancias que tiene actualmente son moderadas.
Empecé hacer gorditas de nata en un sartén, ya tengo una plancha y un horno de barro. Ahorita le estoy tirando a comprar una máquina para porcionar, porque ahí me lleva mucho tiempo, también estoy viendo la posibilidad de comprar un ‘carro-moto’ para la distribución.
TODO UN GUERRERO
A cinco años del accidente, Daniel reflexiona y dice que cada quien vive lo que le toca, y le queda claro que nada es para siempre. A las personas que pasan por un momento difícil y oscuro, les dice que no olviden que siempre hay un mañana mejor.
Con una gran madurez enfrenta su destino, a él le tocó vivir esto y aquí está. Una frase que lo marcó y le ha dejado una gran enseñanza es: “Dios le da las peores batallas a sus mejores guerreros”. Todo lo malo que le ha pasado lo ha hecho decir que puede con esto, y con lo que venga.
Cuando despertó del coma y le dieron la noticia que le habían amputado una pierna no fue tan duro, porque de momento no asimiló su nueva realidad, ya que el doctor le dijo que volvería a caminar.
No fue tan duro como esperaba, porque inmediatamente que recuperé la conciencia y me explicaron que me habían amputado la pierna, me dijeron: pero vas a volver a caminar, y en ese momento no me preocupé tanto, pero durante todo este tiempo, en algunos momentos me siento frustrado, porque antes del accidente tenía un buen trabajo, un buen futuro y ahora se me ha vuelto el triple de difícil, pero aun así nada es imposible.
Recomendó a los jóvenes que valoren todo lo que tienen, y a toda la gente que los rodean, porque muchos desperdician su tiempo en cosas triviales, que no tienen sentido.
Es cuando digo: si yo estuviera como ellos, qué no estaría haciendo, pero esto es lo que me tocó vivir.
FALTA DE OPORTUNIDADES Y APOYOS
Las personas con discapacidad cada vez ganan mayores oportunidades en la sociedad y en el mercado laboral, pero todavía hay mucho trabajo por hacer en varios aspectos. Porque si es difícil encontrar trabajo, para las personas como Daniello es un poco más.
Daniel comenta que falta más conciencia y respeto. Los espacios para discapacitados en lugares públicos son invadidos, y en el aspecto laboral no existe la infraestructura para poder ofrecer trabajo a personas con algún tipo de discapacidad física.
“En mi caso, quedo y Ingeniero Digital y que he buscado trabajo relacionado con mi carrera, la mayoría de las agencias de publicidad son oficinas en segundos pisos, desnivel o banquetas altas, lo que dificulta llevar mi currículum”, expresa.
Además, lamentó la falta de apoyo de los tres niveles de Gobierno, cuando se habla de diversos programas que no siempre llegan a quienes realmente lo necesitan.
Recientemente él participó en el Mercado Emprendedor organizado por la Secretaría de Economía Estatal, donde pudo mostrar su producto al público.
“El 90% de la gente que llegó al stand se quedó impresionado del sabor original de mi producto, me gusta ofrecer calidad, para que cuando la gente lo pruebe lo reconozca y diga: este es El Pan de la Abuela. Eso es muy motivador”.
Indicó que durante estos dos años se ha cansado de buscar apoyo, tocar puertas para conseguir algo que le ayude a sacar adelante su pequeño negocio, el cual lo tiene en su domicilio.
Más que nada, me enfadé de andar buscando apoyos y no encontré por ningún lado, así que dije: si voy hacer algo, lo voy hacer por mi cuenta, no hay otra opción. Finalmente todo lo que he hecho me ha costado a mí, no hay apoyo para los emprendedores, por lo menos para mí no, no estoy enojado o molesto con el Gobierno, pero tampoco deberían jactarse de que ellos hacen todo para apoyar a los emprendedores.
Su sueño es tener un negocio estable, que produzca y que le dé la posibilidad de darle trabajo a la gente en la misma condición que él.
“Cuando eso suceda, todo el esfuerzo habrá valido la pena, porque yo sé lo difícil que es encontrar un trabajo”.
INNOVACIÓN
Daniel también ofrece sus productos para eventos, como bautizos, quince años, bodas y fechas especiales. Para eso las redes sociales le ayudan mucho. En Facebook está como El Pan de la Abuela y el teléfono para pedidos es el 6694417658.
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