María Martina García a sus 84 años sigue activa en el tianguis

Martina García es fundadora del mercado de la plazuela Flores Magón

Juan Carlos Ramírez

  · viernes 10 de mayo de 2019

A sus 84 años de edad, María Martina García pone su puesto de semillas de calabaza y cacahuates en el tianguis Flores Magón.

Mazatlán, Sinaloa.- María Martina García Duarte tiene 84 años de edad, es una de las tres fundadoras del tianguis de la Ricardo Flores Magón, y la única que se mantiene activa desde hace 25 años, cuando ella, Socorrito y Carmen, llegaron el mismo día y a la misma hora, sin planearlo, a la plazuela, con una misma necesidad: obtener un peso para el sustento.

A su edad, ya no puede venir sola porque ‘no le alcanza la vista’ y las fuerzas, la acompaña su hija María González García, quien tiene 58 años de edad.

Puedes leer: Aprueba Cabildo ocho jubilaciones y pensiones en Mazatlán

Desde hace 25 años doña Martina asiste al tianguis.


Vive sola en la colonia Ampliación Pino Suárez, ya que enviudó hace cuatro años, su rutina los jueves y domingos es asistir al tianguis de la Flores Magón antes de las 6:00 de la mañana, hora en que pone su tendido para aprovechar el mejor tiempo de venta; entre 9:00 y 10:00 horas levanta su mercancía y se retira a su casa, donde despacha una tiendita de abarrotes que le puso su hija para que se entretuviera, de ahí es donde saca cuando menos para comer en el día.

Actualmente, doña Martina vende semillas de calabaza y bolsitas de cacahuates sobre una jaba de plástico que ofrece a 10 pesos, pero cuando le va bien, comenta, vende ropa de segunda de la que le regalan y si saca ganancias, compra más para surtir su puesto que por siempre ha sido una pequeña banca de fierro de la plazuela.

Puedes leer: Dan donativos al ‘Buto’ y al Albergue Una gota en el océano

Para no perder su lugar, en esta ocasión la banca la cedió a una de sus amigas tianguistas para que ofreciera su ropa, mientras ella se quedó a un lado con su negocio de semillas.

A ella no se le cobra derecho de piso como a todos los demás, ya que se le reconoce su antigüedad; la llaman doña Martina o La Abuela, aunque ya puede presumir el título de tatarabuela, pues tiene cuatro nietos y tres bisnietos, y un bisnieto más que viene en camino, como lo confirma su hija María.

María Martina García es fundadora del tianguis Flores Magón.

Asegura que no gana mucho en el tianguis, que cada vez hay menos ganancias y que ni aún en días festivos se ve el circulante, ella considera que es porque ya todo está caro y antes era más barato.

La competencia, dice, está donde quiera, pero eso no le impide apoyar a sus amigas.

“Yo les doy chanza porque son mis amigos y amigas por años, y también tienen necesidad”, asegura.

A la pregunta de cómo va a celebrar el Día de las Madres, doña Martina responde que con trabajo, que no queda de otra, aunque aclara que no le gustan los regalos y menos que sean pasteles o ropa, porque es muy ‘chiqueona’, prefiere que le regalen dinero para después comprarse lo que quiera.

Así que disfruta más cuando su hija le regala 200 o 500 pesos que cuando le compran un pastel, ya que este no dura mucho, en cambio con el dinero, puede comprar lo que quiera.

RUTINA INQUEBRANTABLE

No recuerda la fecha con precisión, pero sí que fue el mismo día y la misma hora cuando llegaron casi juntas a la plazuela Flores Magón, ella, Socorrito, quien ya murió, y Carmen, quien se encuentra enferma y ya no puede asistir al tianguis, pero viene una de sus hijas.

De eso ya pasaron 25 años, asegura. Hoy, el tianguis cuenta con 237 puestos, según un censo hecho en marzo de este año por la administración en turno.

“Empezamos tres, luego vinieron más y mire, ya cuántos somos, ya no caben en la plazuela”, comenta.

Recuerda que al principio no cobraban derecho de piso, sino después de los tres años, y desde entonces cada administración lo hace.

Actualmente se cobran 20 o 25 pesos por puesto, según el tipo de venta. En el caso de ropa nueva son 25 pesos, y en ropa de segunda, 20 pesos.

Martina García asegura que a ella nunca le han cobrado, ya que es poco lo que gana y también por su antigüedad, de algo le tienen que servir tantos años de trabajo, señala.

Ella no modifica su rutina, haya o no venta, levanta su puesto entre 9:00 y 10:00 de la mañana para seguirle con su “changarro” en casa.

“De ahí me ayudo para tener para mis nietos y mis cigarritos”, agrega, al confesar que es el único vicio que tiene, pero que ya es muy vieja para dejarlo.

Comenta que piensa seguir así hasta que muera, porque le gustan las ventas y es lo que se le da, pero lamenta que la situación económica esté por los suelos, que ni en los días festivos como el Día de las Madres suban las ventas.

Y aunque ayer no vendió mucho, doña Martina levantó su tendido a las 10:00 en punto para irse a atender su “changarro”, como llama a la tienda de abarrotes que tiene en su casa.

DESCENDENCIA

Martina García tiene una hija, cuatro nietos y tres bisnietos, más uno que viene en camino.