Mazatlán, Sin. - De manera silenciosa e imperceptible, las invasiones surgen en Mazatlán donde menos se espera: a orillas de los arroyos y esteros, en marismas, entre los manglares, en áreas verdes o deportivas, incluso en terrenos consolidados en propiedad y en casas abandonadas y embargadas.
Y aunque la instrucción del gobierno en turno es la contención de los asentamientos irregulares e impedir que éstos crezcan, cuando menos ocho nuevas invasiones se han registrado en lo que va del año, entre ellas la Ampliación Jaripillo, Ex Hacienda del Conchi, “Andrés Manuel López Obrador”, Juan Pablo II y cuatro más en márgenes del arroyo Jabalines.
Hortensia Hernández, líder que encabeza la invasión Manuel López Obrador, que cuenta con 160 lotes para igual número de familias, asegura que la principal causa que los movió a invadir fue la falta de opciones para construir vivienda.
Anduvimos nosotros solicitando vivienda, al principio éramos como 60 familias, aquí hay mucha gente desplazada que viene de los pueblos, y se anduvo solicitando terrenos en el Invies, en Vivienda y Tenencia de la Tierra, y como no hubo respuesta, se vio esta oportunidad y nos trajimos a la gente para acá.
Hortensia Hernández
Comentó que desde febrero están viviendo en casas hechas de palo, tablas y láminas de cartón, sin luz, ni agua, en espera de regularizar su situación y obtener los servicios públicos más indispensables.
Ante una demanda de vivienda insatisfecha por décadas, la gente le busca de una y de mil maneras, reconoce el director de Vivienda y Tenencia de la Tierra, Raúl Carvajal Tirado, quien asegura que, al día de hoy, el escenario que se tiene es que no existen reservas territoriales municipales para lotificar o construir nuevas casas.
Por su parte, Miguel Ángel Gutiérrez, dirigente del Movimiento Amplio Social Sinaloense, asegura que los asentamientos irregulares en Mazatlán es un problema complejo que data desde hace más de 50 años, y que inició con la invasión de terrenos encabezadas por líderes sociales, afiliados al PRI y al PPS, que ahora forman las colonias Salvador Allende, Luis Echeverría, Estero, Independencia, entre muchas otras.
Refirió que fue en los años 90, durante la administración municipal de José Ángel Pescador, cuando inició el proceso para destrabar esta problemática y empezar a regularizar las colonias populares, entre ellos el Infiernillo, la Independencia y el Estero; sin embargo, los siguientes trienios han avanzado poco, al grado que actualmente el 43% de los hogares de Mazatlán siguen irregulares.
TAREA NADA FÁCIL
La política de la presente administración ha sido la “contención”, en primer término, para que el problema no crezca y, segundo, buscar soluciones.
Y es que el crecimiento exponencial y desordenado de la ciudad ha propiciado en los últimos 50 años, la creación de 60 asentamientos irregulares o invasiones en la ciudad.
La tarea no ha sido nada fácil, comentó Carvajal Tirado, más si se considera que la demanda de acuerdo al crecimiento demográfico del puerto es de 5 mil viviendas anuales, a cuya cifra se suma la cantidad de 3 mil 500, que corresponden a las familias de desplazados por la violencia que viven refugiadas en Mazatlán.
Adicionalmente, están las personas o familias que llegan de fuera para comprar casa o vivir con familiares, mientras adquieren un lote o una vivienda propia.
Frente a toda esta demanda, el Municipio planea adquirir dos predios, uno de 7.5 hectáreas y otro de 5 hectáreas, para lotificar 800 terrenos en total para igual número de familias.
Estos terrenos se ubican en el ejido El Castillo, al sur de la ciudad; el proyecto se encuentra en la etapa de estudio para ver si son susceptibles en el uso de suelo, para que ahí se pueda lotificar y posteriormente construir viviendas.
Carvajal Tirado dijo que se espera concretar la adquisición de cuando menos uno de los dos terrenos este mismo año, para la entrega de los primeros 500 lotes.
A la par, agregó, se trabaja en la gestión con el gobierno del estado y federal para aprovechar las más de 22 mil viviendas desocupadas y vandalizadas que existen en la ciudad, las cuales se encuentran en juicios de embargo por parte de empresas constructoras e instituciones bancarias, ante el incumplimiento en el pago del crédito hipotecario.
El llamado que nosotros hemos venido haciendo ante las instancias de gobierno federal y estatal, es que haya una partida presupuestaria para el rescate de esas viviendas, y la reasignación de las mismas; mataríamos dos pájaros con un mismo tiro, estaríamos satisfaciendo viviendas para entregar, pero además para la economía de los empresarios y de quienes por necesidad han embargado y establecido juicios.
Funcionario municipal
Por otro lado, Miguel Ángel González, del MASS, informó que con recursos de una partida de 30 millones de pesos aprobada por el Congreso del Estado para este año, el gobierno comprará un terreno de 3.5 hectáreas para edificar 270 viviendas que serán asignadas a familias desplazadas por la violencia y que residen en el puerto.
Dijo que antes de diciembre, se adquirirá otras 3.5 hectáreas para 450 familias más.
Tanto Raúl Vizcarra como Miguel Ángel González reconocieron que estas opciones no solucionarán el problema y la demanda de vivienda en el municipio, pero sí ayudará a paliar la necesidad más urgente.
NUEVAS INVASIONES
Pese a la política de “contención” de la presente administración, cuando menos 8 nuevas invasiones se han registrado en lo que va del año, en zonas de la colonia Jaripillo, Hacienda del Conchi, arroyo Jabalines, avenida Juan Pablo II y al norte de la ciudad, con la invasión “Andrés Manuel López Obrador”.
A principios de enero del año en curso, el secretario del Ayuntamiento de Mazatlán, José de Jesús Flores Segura, había señalado que la omisión se dio en las pasadas administraciones al permitir el crecimiento de asentamientos irregulares, pero que en la presente se actuaría conforme a lo establecido en el Código Civil.
Aunque no se pueda eliminar, se vigilará que no sigan en crecimiento, aunque sea necesario el uso de la fuerza pública para impedirlo.
El Sol de Mazatlán
Sin embargo, en febrero del año en curso, más de 60 familias invadieron un terreno a la salida norte de la ciudad, a un costado de la invasión Nuevo San Francisco y del panteón del Venadillo; actualmente, son 160 familias con lote, la mayoría son desplazados por la violencia de la zona serrana.
El 22 de marzo, el alcalde Luis Guillermo Benítez Torres insistió ante los medios de comunicación que en esta administración no se permitirían nuevas invasiones.
“Estamos poniendo orden, no se permitirán nuevos asentamientos irregulares y los que ya están colocados, no se les permitirá de ninguna manera crecer”, dijo el munícipe.
En el mes de abril, se registraron cuando menos cuatro nuevas invasiones en los márgenes del arroyo Jabalines, que el coordinador de Protección Civil, Eloy Ruiz, describió como menores, las cuales fueron desalojadas, entre ellas siete viviendas que se edificaron con palos, tablas y láminas de cartón, entre las colonias Salvador Allende y Burócrata, a un costado del cárcamo de aguas residuales.
En mayo, 97 familias invadieron un terreno entre Rinconada del Valle y la Foresta, a la que le llamaron Ex Hacienda del Conchi, la cual todavía permanece.
Más reciente, a principio de julio, alrededor de 60 personas se metieron en terrenos cercados de la Ampliación Jaripillo, donde lotificaron aproximadamente 300 terrenos.
ES MUCHA LA NECESIDAD
El grupo de 60 familias que invadió hace seis meses el terreno contiguo a la invasión Nuevo San Francisco, a espaldas del parque acuático Los Mangos, en la zona norte de la ciudad, ahora son 160 familias.
La necesidad los ha llevado a desafiar primero el frío, cuando llegaron a principios de año, y ahora el calor que los envuelve día y noche, sin los servicios de agua y luz eléctrica.
A Hortencia Hernández le preocupa no los adultos, sino las familias con hijos pequeños que padecen más las altas temperaturas durante el día, y la proliferación de insectos, roedores y fauna nociva por la noche.
Comenta que el agua les está llegando a través de pipas, y se espera que pronto puedan recibir el servicio de luz a través de una conexión colectiva.
Tras seis meses de sufrimientos y carencias, comenta: “Los terrenos ya se están pagando, se negoció con la dueña, y los terrenos de ella cedió venderlos y ya se contrataron, y ahorita ya estamos viendo lo de los servicios”.
Así como esta invasión que lleva por nombre “Andrés Manuel López Obrador”, la mayoría de las colonias populares de Mazatlán se han sumado al crecimiento urbano de Mazatlán, por la misma razón de siempre: la inexistencia de reservas municipales para atender la demanda de vivienda de cientos y miles de familias año tras año, quienes optan por irse por la vía ilegal al no existir más opciones.
INVASIONES 2019
Febrero. “Manuel López Obrador”, 160 lotes
Abril. Arroyo Jabalines, entre Burócrata y Salvador Allende, 7 viviendas
Mayo. Ex Hacienda del Conchi, 97 lotes, y 3 invasiones más en Jabalines
Junio. Juan Pablo II y avenida Insurgentes, 1 lote
Julio. Ampliación Jaripillo, 300 lotes
OPCIONES EN PROCESO:
AYUNTAMIENTO DE MAZATLÁN
Predio de 7.5 hectáreas para 500 lotes, en el ejido El Castillo. Plazo: 2019
Predio de 5 hectáreas para 300 lotes, en el ejido El Castillo. Plazo: 2020
APOYO PARA FAMILIAS DESPLAZADAS
3.5 hectáreas para 270 familias, en Mazatlán. Plazo: 2019
3.5 hectáreas para 450 familias, en Mazatlán. Plazo: 2019
CIFRAS:
43% de los asentamientos de la ciudad están irregulares.
1 de cada 2 casas de las colonias populares de Mazatlán no cuentan con escrituras.
60 asentamientos se encuentran irregulares en zonas de alto riesgo.
5,000 viviendas es la demanda anual de Mazatlán de acuerdo al crecimiento demográfico.
3,500 es la demanda de vivienda de familias desplazadas por la violencia en Mazatlán.
3.56 habitantes es el promedio general de ocupante por vivienda en Mazatlán
7.85% es la tasa de crecimiento media anual.
METAS DE LA ACTUAL ADMINISTRACIÓN
Regularizar el 80% del rezago histórico de la tenencia de la tierra en colonias populares.
8 de cada 10 se les otorgue sus escrituras es el plan municipal.
Construir 500 casas por año para atender la demanda de vivienda en la ciudad.
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