Mazatlán, Sinaloa.- Su proceso parece fácil, pero requiere de tiempo para que el producto final esté listo y pueda ser adquirido por quienes gustan de consumir ricos platillos hechos a base de especies del mar.
Ernesto González Camberos, vendedor de pescado del embarcadero a la Isla de la Piedra, reconoce que la producción de carne seca de pescado tiene su chiste, pues son varios los pasos que se tienen que seguir para su elaboración.
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La realización de ese tipo de producto, aseguró, es todo el año, pero es el periodo de Cuaresma o las vacaciones de Semana Santa, en las que su venta llega hasta un 100%.
Para tener un producto final, indicó, primeramente consiguen lonja fresca de tiburón o cazón, que viene a sustituir al bacalao, un pescado que es muy consumido en el sur del país, sobre todo durante los festejos de fin de año.
Al menos tres lugares, uno en la avenida Gabriel Leyva, otro en el puente Juárez y uno más en el embarcadero, precisó, es donde la gente puede encontrar dicha carne seca.
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Diariamente, indicó, adquiere entre 10 y 20 kilos de filetes de pescado, los cuales consigue entre los trabajadores del mar, que logran capturarlo en su recorrido por la bahía mazatleca.
Sobre camas, comentó, se extienden los trozos de lonjas, que previamente han sido “embarradas” con sal, cuyos granos permiten una mejor conservación del producto.
En la intemperie, señaló, la carne se deja secar durante tres días, tiempo que permite que el producto tenga una rica consistencia, que se verá reflejada en la realización de algún platillo.
Una vez seca, mencionó, la carne es expendida a 130 pesos el kilo, precio que considera como accesible, pues es poca la ganancia que obtiene desde su elaboración.
Caso contrario, señaló, ese tipo de pescado se eleva entre los 150 y los 180 pesos el kilo en estados como México, donde sus habitantes mayormente comen bacalao, cuyo costo asciende entre los 229 y 259 pesos el kilo.
En Mazatlán, aseguró, el producto que realiza es consumido principalmente por el sector restaurantero, que llega a adquirir el 75 por ciento de las lonjas y el resto por locales y turistas.
Con pocas ventas, González Camberos confía que la carne seca de pescado es otra opción que tiene el público consumidor, que a la larga incrementará sus niveles de consumo un 10%, a los que actualmente registran en comparación a especies marinas frescas.