Mazatlán, Sinaloa.- El plan era reubicar en el año 2017 a 360 familias que viven en peligro latente por estar en zonas de alto riesgo de Mazatlán, con recursos del Programa de Prevención de Riesgos de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), pero el dinero nunca llegó, ya que todos los apoyos federales, 21 mil millones de pesos, se destinaron a la restauración de la zona devastada por los sismos que afectaron a once estados del centro y sur del país, ese año y el siguiente.
Mazatlán formaba parte de las 20 ciudades del país que recibirían estos recursos federales de manera extraordinaria, para reubicar a familias que viven en peligro latente.
Así lo había dicho el entonces titular del Instituto Municipal de Planeación, Israel Victoria Lona, al advertir que Mazatlán ya no tenía más tiempo para resolver el problema de crecimiento anárquico.
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“Mazatlán está en el momento exacto, en el momento preciso, pero ya no tiene más tiempo, es hoy cuando se debe empezar a planear y solucionar esta problemática”, expresó el ex director del Implan.
Sin embargo, a más de dos años, la reubicación de precaristas no se ha dado y el problema de las invasiones en zonas de alto riesgo sigue creciendo, ante la complacencia de las autoridades e intereses políticos y personales.
De 63 asentamientos irregulares que había en el 2017, se le sumaron ocho más, y tan sólo este año la autoridad municipal ha detectado 18 invasiones que, a palabras de directivos de Seguridad Pública, se han disuelto, la mayoría a las orillas del arroyo Jabalines y del estero del Infiernillo.
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El caso más reciente se registró al margen del arroyo Jabalines, entre las colonias Salvador Allende y Burócrata, en un terreno cercado con alambre de púas que delimita una propiedad que se desconoce el dueño o quién puso los postes. Ahí se construyeron cuando menos siete casas de palo y cartón, de las cuales permanecen tres edificadas, sin que ninguna autoridad haga algo al respecto.
AFECTACIONES AL VASO REGULADOR
Este crecimiento anárquico de la ciudad ha propiciado otro problema más serio, ya que en los últimos 58 años, el vaso regulador del estero del Infiernillo disminuyó de 381 hectáreas a 35 por el relleno de áreas inundables, según un diagnóstico hecho por miembros del Colegio de Ingenieros Civiles de Mazatlán, presentado en el foro Drenaje Pluvial Sustentable, organizado por el Congreso del Estado en diciembre pasado.
Campos agrícolas, aguas lagunares y estuarinas fueron absorbidas por la mancha urbana desde 1931 a la fecha, esto por quienes invaden las márgenes del estero para levantar su casa, pero también por las propias autoridades que han ocupado espacios para desarrollo urbano.
El relleno del estero continúa con la complacencia de las autoridades, pues algunos asentamientos irregulares en zona de manglares, como la invasión de la avenida Juan Pablo II y la colonia Casa Redonda, cuentan con energía eléctrica y tomas colectivas de agua.
Un estudio hecho por el Centro Ecológico de Mazatlán en el 2016, concluye que el crecimiento anárquico originó el estrangulamiento de ecosistemas importantes para la hidráulica y el equilibrio ecológico de Mazatlán.
El reporte destaca que 50 colonias del puerto se encuentran asentadas sobre ecosistemas acuáticos o sobre los márgenes de esteros, marismas, lagunas o cuencas hidrológicas naturales, que no cuentan con los servicios básicos e impactan de manera directa a la flora y fauna de estos cuerpos de agua, al vertirse residuos, aguas negras y desechos sólidos sobre las mismas.
Por su parte, el Plan Municipal de Desarrollo Urbano advierte que en los últimos años el estero del Infiernillo ha perdido más del 60% de la totalidad de su cuenca por rellenos.
LA CIFRA AUMENTA CADA DÍA
Las cifras oficiales de las colonias que se encuentran contempladas en focos rojos con riesgo de inundación, datan de los años 2012 y 2013, cuando se realizó el Atlas de Riesgo y el Plan Municipal de Desarrollo Urbano de Mazatlán, este último derivado del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018.
En estos documentos se ubican entre las zonas con riesgo de inundación el arroyo Jabalines en la cercanía de la colonia Progreso, el Centro Histórico; el puente Juárez, en la desembocadura del arroyo Jabalines; la zona aledaña al estero del Infiernillo; zonas cercanas a la Laguna El Camarón; colonias Flamingos, Ampliación Villa Verde, López Mateos, la colonia Villas del Estero, Villas de Jaraco, Ex Hacienda del Conchi; y finalmente, a lo largo de las márgenes del Arroyo Jabalines, El Fraccionamiento María Antonieta y Bosques del Arroyo; Bugambilias, Urías y Rinconada del Valle.
Después se añadirían a la lista colonias como la Pino Suárez, Madero, Azteca, Quinta Chapalita, Rafael Buelna y Casa Redonda.
Y en lo general, el Plan Municipal de Contingencia muestra que en Mazatlán hay 8 mil 600 hectáreas susceptibles de inundaciones, 60 mil habitantes de la población son afectadas y 289 colonias están en riesgo.
De manera más reciente, en el 2016, el Implan daba a conocer que en el puerto había 63 asentamientos irregulares, de los cuales 30 estaban asentados en zonas de riesgo y 360 familias vivían en peligro latente por estar en zonas de alto riesgo.
Desde principios del año 2018, la invasión en la zona de la avenida Juan Pablo II se ha extendido más y más.
El director de Vivienda y Tenencia de la Tierra del Municipio, Raúl Carvajal Tirado, informó para El Sol de Mazatlán, que los asentamientos irregulares en zonas de alto riesgo suman ya 70, según una actualización de datos hecha a principios del 2019.
Comentó que las invasiones territoriales avanzan en un crecimiento desmedido, y aunque no se tiene registro oficial, el problema se ha agudizado.
“Hay un crecimiento anárquico en la ciudad, Mazatlán es claro ejemplo de eso, en las zonas más impensables las invaden… día a día estamos actualizando e incrementándolos, llevamos más de 70 asentamientos irregulares y se siguen sumando”.
Lamentó que gente sin escrúpulos ha hecho de las invasiones un negocio o su modo de vivir, ya que estos promueven los asentamientos irregulares para acaparar lotes y engordarlos tres o cuatro años para después venderlos al mejor postor, haciendo usufructo de esa posesión.
El problema viene después, al crearse colonias con altos porcentajes de superficie irregular, algunas hasta con niveles superiores del 40% en cuanto a vivienda y tenencia de la tierra.
Esta situación impide que las familias tengan un sustento jurídico de su patrimonio.
Casos como la colonia Flores Magón, con siete ampliaciones, ha crecido de forma irregular, o como la 12 de Mayo y la Klein, que después de 40 o 50 años, lograron ser desincorporadas de la zona federal marítimo terrestre para que el Ayuntamiento pudiera darles certeza jurídica a las decenas de familias que viven ahí.
CRECE DEMANDA DE VIVIENDA
Para el año 2050, la necesidad de vivienda en Mazatlán será de tres mil residencias anuales, la pregunta es ¿cómo se atenderá esta demanda en aumento?
Hasta hoy el problema ha sido un crecimiento urbano desordenado, la proliferación de grandes fraccionamientos alejados de la ciudad, lo cual ha generado dos mil viviendas de Infonavit desocupadas y dos mil hectáreas con baldíos o inmuebles sin usar al interior de la ciudad, con todos los servicios públicos.
La tendencia con las nuevas políticas públicas es urbanizar hacia el interior de las ciudades para aprovechar los espacios con agua, drenaje, vías de comunicación, escuelas, hospitales, etc. y no tener que ejercer grandes sumas de dinero para introducir los servicios; es decir, ir hacia dentro y edificar de forma vertical, más que extenderse hacia el horizonte.
Pero la prioridad sigue siendo, la reubicación de esas 360 familias que viven en zonas de alto riesgo, en más de 30 asentamientos irregulares a orillas de los esteros y arroyos, así como el freno a las nuevas invasiones, proporcionando opciones para vivienda.
La Ley General de Asentamientos Humanos contempla sanciones administrativas y penales para las autoridades de todos los niveles de gobierno que permitan asentamientos humanos en zonas de riesgo; sin embargo, de presentarse alguna tragedia, quién responderá en el caso de Mazatlán, si son varias las administraciones que han permitido o solapado esta situación.
La necesidad de vivienda crece año tras año, se estima que son alrededor de cinco mil viviendas anuales que genera el crecimiento demográfico, sin contar la demanda de las familias desplazadas por el fenómeno de la violencia en la zona serrana, que se calculan en tres mil más; el problema es que el Municipio no tiene reservas territoriales para ofrecerlas como opción.
De ese tamaño está el problema que advirtiera hace dos años el entonces titular del Implan, Israel Victoria, cuando dijo: “Mazatlán está en el momento exacto, en el momento preciso, pero ya no tiene más tiempo…”
NUMERALIA
280 colonias están en zonas inundables
60,000 habitantes son afectables por inundaciones
2,092 hectáreas son baldíos e inmuebles abandonados con toda la infraestructura urbana y servicios
70 asentamientos irregulares con alto riesgo hay en la ciudad de Mazatlán
360 familias viven en zonas de alto riesgo
EN LOS ÚLTIMOS 24 AÑOS
58% creció la población
113% aumentó la mancha urbana
FUENTE: Plan Municipal de Desarrollo Urbano de Mazatlán
DEMANDA DE VIVIENDA
5,000 viviendas es la demanda que genera el crecimiento demográfico en Mazatlán actualmente
3,000 viviendas se requieren para los desplazados por la violencia de la zona serrana que viven en el puerto
7.85% es la tasa de crecimiento media anual de vivienda en el periodo 2005-2010 de Mazatlán
3.56 ocupantes por vivienda era el promedio general en el 2010
2,000 viviendas de Infonavit permanecen abandonadas en la ciudad por diferentes motivos