A dos años de cumplir su sentencia en Estados Unidos, el capo sinaloense ex integrante del Cártel de Sinaloa fue notificado que no cuenta con una orden de aprehensión en su contra en territorio mexicano, por lo que de quedar en libertad no tendría pendientes en México.
De acuerdo con los datos de la Corte Federal de California, Cázares Salazar será liberado el 5 de mayo de 2025, una vez que cumpla con su condena de 15 años impuesta en 2015, tras un juicio en el que admitió haber traficado drogas y lavado recursos de procedencia ilícita.
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En un juicio de amparo tramitado ante el Juzgado Tercero de Distrito con sede en Culiacán, su defensa pidió conocer si contaba con una orden de aprehensión para combatir de manera legal el pedimento judicial, pero la Fiscalía General de la República informó al juez que no había pendiente de ejecutar una orden.
En el acto reclamado, la representación jurídica de Cázares Salazar puso como autoridades responsables a la Unidad de la Policía Federal Ministerial de la Delegación Sinaloa, al fiscal General de la República y a los titulares de la Agencia de Investigación Criminal y de la Policía Federal Ministerial.
Sin embargo, en sus informes justificados estas autoridades indicaron que no existía una orden de aprehensión en su contra, por lo que el Juez Tercero procedió a sobreseer el recurso de amparo.
“Inexistencia de actos reclamados, al rendir su informe negaron el acto que se les reclama, sin que la parte quejosa (Cázares) haya aportado prueba alguna en contrario, para desvirtuar dichas negativas. En consecuencia, se impone sobreseer el presente juicio de amparo”, resolvió el juez Rubén Darío Fuentes Reyes.
Limpio de polvo y paja
Ya desde septiembre de 2022, los abogados del capo originario de Mocorito, Sinaloa, comenzó a litigar un amparo para determinar si cuenta con órdenes de aprehensión en su contra, ya que, como en otros casos, una vez que cumplen sentencias en Estados Unidos, son repatriados y detenidos por las autoridades mexicanas.
Dos de estos casos han sido Javier Torres Félix, “El JT”, exlugarteniente de Ismael Zambada García, “El Mayo”, y Héctor Luis Palma Salazar, “El Güero”, quienes quedaron en libertad tras cumplir condena, pero una vez expatriados, fueron procesados por la Fiscalía General de la República.
En el caso de Torres Félix, la FGR tenía activa una orden de aprehensión por delincuencia organizada contra el antiguo socio de “El Mayo”, proceso judicial que lo mantiene en prisión desde 2013 en que fue trasladado de Estados Unidos a México.
También el proceso de “El Güero” Palma ha sido noticia, ya que los abogados han reclamado que el ex líder narco sinaloense cumplió en Estados Unidos su sentencia por los mismos delitos que le imputan en México.
El 9 de febrero pasado, Palma Salazar fue trasladado del penal de máxima seguridad de El Altiplano a un hospital debido a complicaciones de salud. Las autoridades guardaron sigilo sobre el tema.
Cázares en bajo perfil
Por años, Víctor Emilio y su familia construyeron toda una infraestructura para transportar drogas y recibir los envíos de dinero de la venta de los narcóticos, que partían de Jalisco y Sinaloa rumbo a la frontera.
Pero en 2007 el Departamento del Tesoro fichó a él y familiares como su hermana Blanca Margarita Cázares Salazar, La Chiquis, a quien la DEA le atribuyó poseer casas de cambio en Culiacán y un entramado de empresas inmobiliarias, de transporte e importación con las que blanqueaban los capitales ilegales.
A Blanca Margarita la DEA la bautizó como La Emperatriz, debido en parte a que le atribuyeron ser pieza clave en el lavado de recursos ilícitos, con toda una red de familiares y socios que trabajaban en California, Tijuana, Mexicali y Sinaloa.
La Operación que reveló la estructura de los Cázares se llamó Emperador Imperial, ya que la DEA detectó que el trasiego de los cargamentos de la familia pasaban por el Valle Imperial del suroeste de California, y que tenían como punto de entrada Caléxico.
Luego de ser ventilados los negocios de los Cázares, pasaron a una vida de bajo perfil. A Víctor Emilio lo detuvo la Policía Federal en la semana santa del 2012, cuando circulaba en un automóvil Mercedes Benz de Zapopan a Sinaloa, a la altura de la comunidad La Venta del Astillero.
Ahí se descubrió que se había practicado cirugías en el rostro y se había injertado pelo en forma de caireles alborotados. Con credenciales falsas a nombre de Jaime González Márquez intentó disuadir a los federales que él no era el sujeto que buscaban, pero la DEA ya lo tenía ubicado. El gobierno mexicano (con Calderón) no hizo público el arresto, pero un mes más tarde el diario Los Angeles Times tronó la nota: Cázares no tuvo escapatoria.
En 2014 fue extraditado a California y un año después se declaró culpable, ante el juez se dijo arrepentido y aseguró que encontró a Dios en su interior. Incluso mencionó que se hizo cristiano en el tiempo que llevaba en prisión. En dos años más, quedará en libertad.