Culiacán, Sin.- En 2017 y 2020 centenas de mujeres dejaron sus hogares en la sierra de Sinaloa, por la pugna entre cárteles del crimen organizado. Ellas junto con sus hijos, tuvieron que refugiarse de una ráfaga de balas para luego, a como pudiera, huir a la ciudad y comenzar una vida nueva.
Ahora ellas son la cabeza de la familia y quienes se encargan de que no se fragmente o esté desprotegida.
El delito del desplazamiento forzado en Sinaloa, es un tema que, aunque en el Congreso del Estado se haya probado penalizarlo con hasta 12 años de prisión, continúa como letra muerta al no haber recursos ni voluntad, para detener a los causantes de este acto.
Activistas por los derechos de las mujeres, señalan que la posibilidad de que los derechos de las madres e hijas víctimas del desplazamiento forzado, sean vulnerados por partida doble; pues ser mujer en México es ya un peligro.
La violencia de tipo psicológica, económica, asexual, verbal y física, se da no sólo en los hogares, sumado a esto, las víctimas de desplazo sufren violencia estructural.
“Además del estrés postraumático que se sufre tras el suceso. Quedan en una situación de pobreza extrema, debido a que fue una situación inmediata, además puede darse que, ya estando en la ciudad, sean discriminadas o violentadas por el hecho de pertenecer a una comunidad. Esto incluso puede hacer que batallen en encontrar trabajo, además de ser madres de más de un hijo, porque pasa también que, por tener cierto número de hijos, no les den trabajo las dejen rentar alguna casa. Las mujeres jóvenes se vuelven vulnerables al abuso y el acoso”, externó la sicóloga y activista Edith Robles Arredondo.
Robles comentó que, el no reinsertar a las víctimas a la sociedad en la que vivirán ahora, causa bajo rendimiento escolar o laboral, y puede causar depresión o ansiedad, insomnio y dislexia.
“No se trabaja tampoco por darles acompañamiento sicológico, no hay una instancia del estado que se encargue de trabajar para atender este tipo de violencias. Los menores de edad que viven esto, junto con sus madres, tienen secuelas del hecho que no permiten tener un buen desarrollo. Se debe atender a las mujeres víctimas de desplazamiento forzado con enfoque de género, porque es claro que, por ser mujeres, están expuestas además a otro tipo de situaciones que vulneran su integridad”, expuso.
Cuando hace cinco meses, en la comunidad de Tepuche, al norte de Culiacán, las familias tuvieron que salir por el refuego entre criminales; quienes llegaron a Culiacán, fueron canalizados al Instituto Municipal de la Juventud, quien les ofreció terapia sicológica gratuita.
De acuerdo con víctimas de este delito en 2017, en ese año ningún instituto de gobierno se acercó a apoyar, hasta meses después se les dio una despensa y nada más.
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