Culiacán, Sin. -Durante el primer trimestre de 2023, en Sinaloa se registró un incremento del 53 por ciento de denuncias de personas desaparecidas, respecto al mismo periodo de 2023, de acuerdo con la Comisión Nacional de Búsqueda, ya que de enero a marzo del presente año, la Fiscalía recibió 113 denuncias mientras que el año pasado fueron 76.
A pesar de esta problemática, activistas acusan que la Fiscalía General del Estado se mantiene al margen y no realiza búsquedas exhaustivas en fosas clandestinas de la zona urbana en Culiacán.
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"Encontramos 4 difuntos, separados por algunos metros de distancia, allá en Alturas del Sur, y hasta ahora no han implementado ningún operativo en el lugar, ni han utilizado maquinaria ni nada", reclamó Reynalda Pulido, quien desde hace tres años busca a su hijo Javier Ernesto Vélez Pulido.
Además de las omisiones de las autoridades, la madre rastreadora considera difícil localizar pronto a su hijo, ya que después de los hallazgos consecutivos en el predio baldío de la capital, está siendo bloqueada para recibir apoyo y continuar con la búsqueda de su retoño.
El destape
Las integrantes del colectivo 'Madres en lucha por tu regreso a casa' excavaron un terreno baldío ubicado a un costado de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia de la UAS, al sur de la capital.
Reynalda recordó que al llegar al lugar, lo primero que hizo fue preguntarle a los antropólogos su opinión sobre el sitio, quienes respondieron señalando que había demasiado escombro y marcas de retroexcavadoras.
Horas después, las madres rastreadoras removieron tierra, retiraron el escombro y sacaron los restos de 3 personas durante la jornada de búsqueda implementada el pasado 26 de abril.
"Regresamos el 3 de mayo, con el apoyo de una excavadora, logramos encontrar otro. Estamos insistiendo en volver porque los vecinos me han dicho que hay más allí, pero en la Comisión de Búsqueda nos dicen que la agenda está llena".
Los que no están
Lo último que Reynalda supo de su hijo neto fue que presuntos Policías Municipales se lo llevaron mientras hacía fila para las tortillas el 8 de diciembre del 2020. Desde entonces, rasga el suelo esperanzada de encontrar a su hijo, quien es una de las 5 mil 553 personas desaparecidas en Sinaloa.
Un año antes de que la hoy madre rastreadora perdiera a su hijo se destacó por ser el año en donde la FGE registró el mayor número de personas desaparecidas, la suma de todas las querellas interpuestas en el 2019 es de 1,089 carpetas abiertas.
Esta problemática ha tenido un repunte de incidencia del 53 por ciento durante el primer trimestre del 2024, de 76 casos que se registraron en 2023, el año en curso contabiliza 113.
Los protocolos
El fiscal especializado en Desaparición Forzada, Jose Luis Leyva Rochín, explicó que la FGE no abandona los lugares en donde se encuentran cuerpos, ya que es común que los grupos que perpetran estos crímenes, ya que suelen repetir los lugares en donde dejan cuerpos.
“Una vez que se sacan los cuerpos que se encuentran, se vuelve a entrar al área ya con más equipo para hacer una búsqueda especializada. La agencia que tenía esa área la tiene que liberar para poder regresar y seguir buscando”
Afirmó que la FGE tiene 8 brigadas de dos agentes, cada una que diariamente salen a rastrear cuerpos como las madres buscadoras.
Sin embargo, han pasado más de dos semanas desde que se dieron los 5 hallazgos, uno de ellos ya fue identificado como Socorro Alberto, residente del Vallado. El fiscal comentó que aún no se les ha notificado que esta persona haya sido reportada como desaparecida.
Contraparte
Estos protocolos expuestos por el funcionario son ajenos para María Isabel Cruz Bernal, líder del colectivo Sabuesas Guerreras A.C, quien señala que en las búsquedas en las que ha participado y encontrado los restos de una persona, la FGE no ha sido protagonista.
Cuando se encuentran los restos de una persona, las activistas se mantienen en el área para que el organismo de investigación haga un levantamiento adecuado de los cuerpos que se encuentran porque hay ocasiones en donde el trabajo no se hace bien y terminan dejando evidencia en el sitio.
“Eso de que salen a buscar no es cierto, si así fuera nosotras no tendríamos por qué andar rastreando. Son las familias las que obligan a la FGE a trabajar”, expuso.