Culiacán, Sin.- Adolfo tiene actitud de servicio y un gusto por la música regional, lo comenta a sus pasajeros cuando por las noches trabaja en una aplicación de transporte privado.
El joven lleva años dedicándose a la música, no recuerda cuántos ya, y aunque es un camino difícil porque tiende a no valorarse al medio artístico, él prefiere esforzarse de esta manera para luego ser parte del cuerpo de policías o la Guardia Nacional, pues no quiere terminar como su padre: asesinado a tiros.
Hace siete años su papá fue víctima de homicidio doloso, y el dolor, lo ha llevado a entender que la vida, debe ganarse sin trabajo sucio.
Como los taxistas de la vieja guardia, con facilidad logra hablar de su vida y relata que, en su pueblo, en Tepuche, no hay más que trabajar con el narco y sobrevivir a él, de manera que, el pasado acontecimiento violento por la pugna entre carteles, no le sorprendió.
“La verdad, oiga, yo le voy a ser sincero, en Bagrecitos no hay más en qué trabajar que no sea el narco. Así perdí a mi papá pero, él no quería perdernos a nosotros y en cuanto pudo nos sacó de allá del pueblo para estudiar en la ciudad y nos gustó, nos gustó la vida derecha, lo legal”, afirma.
Su padre fue asesinado cuando él era un adolescente y desde entonces, además de su amor por la música, ha querido ser parte de las corporaciones de seguridad del gobierno.
Yo quería enlistarme en la Guardia Nacional pero cuando supe que los iban a mandar para mi pueblo, mejor no quiseAdolfo
Este medio cuestionó la razón por la que no trabaja en lo que quiere en su pueblo, a lo que Adolfo respondió que sería exponerse "allá los malandros que me reconozcan, van a querer comprarme para estar de su lado, o la misma gente va a pensar que trabajo chueco y esa no es la idea, además, yo no pienso volver por esa situación a menos que pueda contribuir con la gente más joven para que no se convierta en parte del problema que tiene así al pueblo”.
Adolfo es consciente de su juventud y dice que no piensa desperdiciarla en los malos pasos, él prefiere trabajar con las notas del requinto y el acordeón, o detrás del volante cuando se convierte en conductor de Didi.
“Yo me siento mal por los muchachos, por los jóvenes de allá que se dejan impresionar por las armas y el trabajo disque fácil, cuando no hay mayor satisfacción que el esfuerzo. Yo espero pronto hacer mi examen para policía” comentó.
En el rancho, recuerda, no hay más que volverse pistolero, sembrar “mota”, o trabajar en los narcolaboratorios.
Te lo digo porque yo desgraciadamente lo viví, mi papá se dedicaba al cultivo de motaAdolfo
Para este joven, la única manera de pacificar Bagrecitos, es haciendo frente al problema, pues expresa que la realidad de los jóvenes que asesinan, es porque prefieren trabajar “chueco” que salir delante de una manera honesta.
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“Entiendo que da miedo y no sé cuál haya sido exactamente el motivo de último que pasó en el rancho pero, espero que las futuras generaciones puedan cambiar su forma de ver la vida y no dedicarse a lo mismo que ahora los tiene así, sin casa” enfatizó.
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