Culiacán, Sin.- Que en Sinaloa sigan ocurriendo feminicidios y que los agresores incineren a las víctimas, es una factor alarmante para la sociedad y una exigencia a las autoridades a que no dejen los casos de violencia de género en la impunidad, al ser un motor más para que los hombres cometan el delito.

Integrantes de colectivos de feministas en Culiacán, coincidieron en que es preocupante e indignante que en Sinaloa y en México no se respeten los derechos de las mujeres y que, en lugar de disminuir la violencia, esta incremente con nuevos modos de operar.

La vocera del colectivo, No se Metan con Nuestras Hijas, Priscila Salas, comentó que es muy feo que ocurra esto en Culiacán, municipio en donde recientemente se encontró una joven mujer de 25 años calcinada en el panteón Santo Tomás, en la sindicatura Eldorado.

“Es una situación bastante alarmante, triste y que como sociedad tenemos que cerrar filas y demandarle a las autoridades que hagan las cosas que se tienen que hacer para evitar este tipo de situaciones”, manifestó.

En 2020, al menos cinco mujeres fueron incinerados por sus agresores, dos de los casos más sonados fueron las de las adolescentes que fueron encontradas en el ejido El Huizache, de Costa Rica.

La activista local, destacó que es alarmante que esta práctica se haya convertido en un modo de operar en los asesinatos de las mujeres, además del intento de desaparición.

“La verdad es muy triste, es muy lamentable, los condolencias de verdad para la familia, para sus amigas, para todas las personas que la querían y yo creo que es hora de que salgamos a pedir justicia y a pedir una acción coordinada de las autoridades y de todos los niveles de gobierno para que hayan las medidas necesarias, para que cese la impunidad, todo esto que está pasando”, subrayó.

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Por su parte, la Secretaria general del colectivo, Girl Up, Ana Paula Ojeda Coronel, declaró que las integrantes están en una opinión general de indignación, enojo y con posturas divididas ante los casos que van surgiendo, algunas con impotencia, tristeza y hastío de cada vez saber que más mujeres se violentan.

“Sobre todo enojo con las autoridades, por la impunidad de que no sabemos cuántas más asesinadas serán suficientes para que en realidad hagan algo, cuanto tiempo más tenemos que estar reunidas exigiendo justicia por todas las que aún no se ha investigado, no se ha encontrado culpables, cuanto más tiempo vamos a vivir con miedo”, confesó.

Reconoció que “lo más triste de todo es que a nosotras no nos alarma, porque de alguna forma ya esperamos todo por parte de los agresores, nos da rabia, enojo y mucha tristeza, pero no nos parece algo fuera de lo extraordinario y eso es lo más triste, que nosotras mismas nos estamos acostumbrando a escuchar que calcinan mujeres, nos violan, nos descuartizan”.

La feminista, añadió que mientras las autoridades no castiguen a los agresores, ellos seguirán sintiendo que tienen todo el derecho de abusar de las mujeres, porque saben que no va haber consecuencias porque a nadie se castiga.

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